“Desde siempre la poesía de las mujeres ha sido diferente a la de los hombres”
Pepa Merlo | Editora y filóloga
María José Merlo Calvente, más conocía por Pepa Merlo, es doctora en Filología Española, especialista en la Generación del 27 y también una investigadora de la literatura empeñada en descubrir todo lo bueno que han escrito mujeres de otra época que no pudieron publicar. Sus trabajos de investigación han sido publicados en prestigiosas revistas internacionales. También es, desde hace unos meses, cofundadora de la editorial El Envés y columnista del diario Granada Hoy. Su afición a la fotografía permite que sus columnas se publiquen bajo el epígrafe ‘Ojo de pez’.
–¿Cómo se te ocurre montar una editorial con lo que está cayendo sobre los libros de papel?
–Quizás precisamente por eso. Mi madre siempre me decía que era el espíritu de la contradicción. En pleno confinamiento el mundo entero se volvió loco haciendo pan y magdalenas y yo quise hacer el objeto que más adoro en este mundo: el libro.
–¿Quién le ayuda en esta locura?
–En realidad somos cuatro socias. No estoy sola. Así que la locura es compartida. Una de las socias es el pilar económico, que hace posible que podamos pagar a la imprenta. Otra de las socias es el corazón y la cabeza, ella es la que pone cordura y hace realidad esos libros tan bonitos que estamos editando. Otra tiene buen olfato literario. Y entre todas yo voy haciendo lo que puedo.
–Y encima dedicada especialmente a la poesía.
–Bueno, publicamos también narrativa. El Envés tiene colección de Poesía que hemos inaugurado con La casa de la piedra de Nieves Chillón, la reciente premio de la Crítica de Andalucía. La colección de narrativa se ha estrenado con Cave Name, la novela póstuma de Miguel Ángel González. Además, tenemos una colección de novela gráfica y libros ilustrados, en la que acabamos de publicar El sexo de las embarazadas y otros relatos salvajes de Beatriz Rodríguez y Cris Erre como ilustradora.
–¿Cómo surgió la iniciativa de crear una editorial?
–Después del confinamiento, con una de las socias y mucho vermú. Sin el alcohol de por medio quizás se hubiese impuesto la cordura. Pero aquí estamos. Y la verdad es que, con los tres ejemplares en apenas unos meses, me siento muy orgullosa del trabajo que hemos hecho.
–Pongamos que a usted le presentan el manuscrito de Ulises, el libro de James Joyce. ¿Lo publicaría de inmediato?
–Sin duda. Aunque quizás la discusión entre las cuatro pudiese ser más intensa. Bueno vamos a inaugurar la colección de Crítica con un estudio de Proust de Blas Matamoros. Soy una de esas especímenes extrañas que disfrutó leyendo Ulises.
–Rebátame usted la idea de que casi nadie compra libros de poesía.
–No es cierto. Sí se compran libros de poesía. El problema está en comparar las ventas entre la poesía y la narrativa. Somos muy dados a comparar y las comparaciones terminan resultando odiosas. Sí es cierto que si en la primera treintena del siglo pasado los poetas y los dramaturgos eran los reyes, ahora es la novela la que tiene más predicamento. De todas maneras, los lectores de poesía son más fieles a la hora de comprar.
–Usted está especializada en García Lorca. ¿Es de las que cree que hay que encontrar sus restos?
–Soy de las que cree que habría que haber encontrado los restos de todas y cada una de las personas desaparecidas durante los años del genocidio posterior a la Guerra Incivil. Un país con muertos en las cunetas no puede avanzar con dignidad. Pero también soy de las que cree que a Federico García Lorca se le encuentra en su obra.
–También ha dedicado mucho tiempo a la poesía escrita por mujeres. ¿Hay alguna diferencia a la poesía escrita por los hombres?
–Me he dedicado a visibilizar a las poetas del 27 en una antología, Peces en la tierra. Antología de mujeres poetas entorno a la Generación del 27 que fue precursora en su momento de todo el boom que, afortunadamente, ha venido después. En los versos de ellas sí había diferencia. Sobre todo en la temática. El poeta podía dedicarse de lleno a la poesía. Para ellas era más complicado. Salir del entorno doméstico, ser reconocidas y, sobre todo, respetadas por sus compañeros y por su ambiente familiar resultaba muy duro. Por eso muchas veces rige la temática, la soledad, el sentimiento de estar prisioneras.
–¿Hay muchas escritoras de otros siglos aun por descubrir?
–Las hay. Incluso en el periodo de la Edad de Plata. Estoy realizando una nueva antología, también para Vandalia. Y si en la anterior descubrí a varias, entre otras a Margarita Ferreras, en esta también hay novedades.
–He leído que su editorial se dedicará más a la poesía escrita por mujeres. ¿Eso no es una discriminación?
–La verdad es que no somos una editorial de género. Somos una editorial feminista. Completamente feminista. Si ves los títulos hemos salido con una autora y con un autor. Acabamos de sacar un libro hecho por dos chicas y la siguiente es una novela de Manolo Ramos. Si lo pensamos bien a lo largo de la historia, las editoriales se han dedicado más a la literatura de hombres, discriminando a las escritoras. Y nunca se han planteado que discriminaban. Sin embargo, ahora si una editorial publica a mujeres o si se hace una antología de mujeres, tenemos que estar dando las explicaciones que nunca se les ha pedido a las editoriales antes.
–¿Leyendo qué tipos de libros se duerme por las noches?
–Se sorprendería usted.
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