España

ERC pone en marcha el reloj con la derecha hostigando a Sánchez

  • El Consell Nacional dará este jueves vía libre a la abstención para elegir presidente al socialista el próximo lunes

  • PP, Cs y Vox truenan contra el pacto: "Traición", "atropello" y "golpe de Estado"

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez conversan tras presentar su acuerdo en el Congreso el lunes.

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez conversan tras presentar su acuerdo en el Congreso el lunes. / Juanjo Martín / Efe

ERC tiene en su mano mantener a Pedro Sánchez en La Moncloa o enfangar más el bloqueo político en España. El Consell Nacional pondrá el dedo hacia arriba o hacia abajo, aunque todo indica que este jueves a las cinco habrá fumata blanca republicana para poner en marcha el reloj de la investidura, que ya cuenta de forma oficiosa –lo hará oficial Meritxell Batet tras la decisión de ERC– con calendario.

El próximo sábado será la primera sesión de investidura desde las nueve de la mañana, el domingo, víspera de Reyes, se celebrará la primera votación, el lunes se celebra una Pascua Militar extraña por los acontecimientos políticos, y el martes será cuando el secretario general socialista será proclamado presidente del Gobierno gracias a la abstención de ERC.

La Ejecutiva republicana decidió el lunes convocar a este órgano tras dar por acabada la negociación con el PSOE, y la portavoz de ERC, Marta Vilalta, anunció entonces el acuerdo con los socialistas para establecer una mesa de negociación entre Generalitat y Gobierno que sirva para buscar una solución al conflicto catalán, como en los últimos días lo definen también los negociadores socialistas. Además, el martes se supo que el acuerdo incluye una consulta a la ciudadanía de Cataluña sobre las conclusiones que salgan de esta mesa de diálogo entre gobiernos.

Los republicanos sacan una consulta en Cataluña en el acuerdo

El PSOE tiene prisa, mucha prisa. Intentó sin éxito coronar a Sánchez la última semana del año, pero ERC lo frenó;tampoco pudieron los socialistas convencer a los independentistas para investir al presidente en funciones el próximo domingo, pero lo conseguirá dos días después, el martes.

La precipitación está provocada para que pase inadvertido el debate de investidura en el final navideño y por las dudas de los socialistas sobre la abstención de ERC, una formación muy voluble y de la que temen que pueda echarse para atrás, más aún sabiendo que próximamente hay una agenda judicial crucial relacionada con el procés. De hecho, mañana mismo decidirá la Junta Electoral Central sobre la inmunidad de Junqueras y la inhabilitación de Torra. De ahí que el PSOE quiera volar.

Han echado fuego por la boca los líderes de los tres partidos de centroderecha con el pacto de socialistas y republicanos. Pablo Casado, presidente del PP, acusó a Sánchez de "consumar la traición a España" al llegar al acordar con ERC que los pactos que salgan de la mesa de negociación entre el Gobierno y la Generalitat se sometan a una consulta, en principio no vinculante, en Cataluña.

"Nos acusaban de exagerar, pero nos quedamos cortos. Responderemos con firmeza", aseveró Casado, para añadir que "Sánchez consuma la traición a España que denuncié hace un año al descubrir las conclusiones de Pedralbes. Ha pactado un referéndum con los delincuentes que dieron un golpe al Estado para ser investido".

Page y Lambán, contra los "privilegios"

La portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, denunció que la "cesión" de Sánchez al separatismo es un "atropello inédito y absolutamente intolerable". Santiago Abascal, presidente de Vox, dijo que es "un golpe de Estado" que los residentes en Cataluña voten algo "que afecte a todos los españoles". Asimismo, destacó que todos los culpables, antes o después, "rendirán cuentas ante la soberanía del pueblo español".

Dentro del socialismo, dos de sus voces críticas defendieron la Carta Magna. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, defendió la Constitución como "nuestro seguro de país", que "resume a todos, incluso a aquellos que le dan patadas", y reclamó la defensa de la unidad de España. Javier Lambán, presidente aragonés, afirmó que elGobierno central contará con la lealtad de su comunidad, que no generará ninguna tensión territorial, pero advirtió de que dicha lealtad "debe ser correspondida" y que "no admitiremos que, para apaciguar las que puedan generar otras regiones, se les otorguen privilegios o tratos de favor".

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