"Soy el candidato de UPyD, ¿tiene algo que preguntarme?"

Manuel Pérez Fabra está encantado. Lidera en Cádiz un partido "amable" y cercano a la ciudadanía: UpyD. Tiene ilusión y no se corta un pelo a la hora de captar votos. Si hay que disfrazarse, Manolo es el primero. Si hay que coger un megáfono, ahí está el tío, como suele decirse en Cádiz. Ayer demostró que está disfrutando como un niño con zapatos nuevos. "Las campañas son siempre cansadas. Si encima no te lo tomas con ganas y humor, la llevas clara", decía en la mañana de ayer en la puerta del Mercado de Varela. Allí instaló su chiringuito pregonando su programa electoral como si estuviera vendiendo camarones. 'Encuentro callejero' se llamaba la película. Un coche con altavoces y un micrófono de mano, folletos sujetos con trozos de mármol para combatir el levante y varios compañeros de partido repartiendo folletos. Para qué más. A Manuel se le ve contento. La marea magenta está haciendo bien sus deberes.

Le decimos que conoce a medio Cádiz. "¿A medio Cádiz?, a Cádiz entero", nos replica un compañero de partido. Pérez Fabra usa su micrófono para atraer a su mostrador a las personas que pasan por la puerta del Mercado. A muchas las conoce. "Tú eres la hermana de Pablo, ¿no?". "Señora, soy el candidato de UpyD, ¿tiene usted algo que preguntarme?". Manuel no para de hablar. Explica a una joven que hará todo lo posible por la creación de empleo mientras le regala un abanico de cartón. Llega un chaval de 20 años y asegura no tener "ni idea" de a quién va a votar, pero añade que "a ustedes sois los únicos a los que he visto en la calle". Y el candidato se hincha de orgullo. Patearse Cádiz le está sirviendo de algo. Se siente cercano y presume de ser ciudadano como los que van a votar el día 22.

UpyD tiene gancho. A Manuel le ayuda la generalizada buena imagen que tiene la líder del partido a nivel nacional, Rosa Díez. Una señora se acerca tirando del carro de la compra y afirma que Díez le convence "porque habla muy claro". Pérez Fabra le entrega un recetario para cocinar 'Cádiz en su punto de empleo' con curiosos ingredientes: un partido nuevo libre de hipotecas, una alternativa al bipartidismo, un partido transparente... Una señora con el brazo en cabestrillo le pregunta si va a arreglar las calles en caso de salir elegido alcalde. Cuenta que se ha caído en la puerta del colegio Carola Ribed. Se paran luego los padres de una chica que va en una candidatura de UpyD en Sevilla. Pérez Fabra les pregunta si votan en Cádiz. Afirmativo. "¿Entonces cuento con sus votos?". Afirmativo de nuevo.

El número 1 de la lista sigue con su pregón y llama a todas aquellas personas que llevan el color magenta en sus ropas. Busca complicidades. Y la gente se acerca porque más que a un político ven a un showman. Salvo uno con camiseta del Cádiz de dos tallas menos que rechaza un folleto. Manuel requiere su atención y el ciudadano asegura que no quiere "largar" y que todos los políticos "sois iguales". El candidato lo niega a viva voz, pero se lo toma con deportividad. Para eso está su partido a pie de calle. Precisamente para captar votos de los descontentos con la política, que en España son legión. Otro ciudadano pregunta a un simpatizante de UpyD: "¿Váis a dar trabajo?, ¿sí?, pues entonces no os voto". Quita, quita, no vaya a este hombre tocarle currar con toda la gente que hay esperando. Ya sería mala suerte. La frase "Hay gente pa tó" resume la humanidad.

El candidato completa una mañana fructífera. "Ánimo y pa'lante", grita un hombre que le conoce. Manuel recoge el chiringuito y se va a vender a otro lado. Y sueña con dar la campanada el 22 de mayo. ¿Se ve sacando una concejalía? "No lo descarto", afirma convencido. Desde luego, si el cariño de la gente se tradujera en votos, habría que apostar por el éxito de UpyD.