El futuro del Valle de los Caídos: mantendrá la cruz pero se eliminará la escalinata a la basílica

El proyecto ganador para resignificar Cuelgamuros sustituirá la icónica escalera por un imponente soportal horizontal a modo de grieta que se extenderá de lado a lado por toda la explanada del recinto. Albergará un centro de interpretación.

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La maqueta del proyecto 'La base y la cruz', en la que se aprecia la pérdida de la escalianata. / EFE
Agencias

Madrid, 11 de noviembre 2025 - 17:20

El Valle de Cuelgamuros, antiguamente conocido como Valle de los Caídos, experimentará una transformación histórica tras la elección del proyecto La base y la cruz, de los estudios Pereda Pérez Arquitectos (Pamplona) y Lignum S. L. (A Coruña), como ganador del concurso internacional convocado por el Gobierno español. El jurado ha decidido por unanimidad que este diseño será el encargado de resignificar el controvertido monumento franquista, eliminando la icónica escalinata de acceso a la basílica y sustituyéndola por un innovador soportal horizontal que atravesará toda la explanada.

El secretario general de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura, Iñaqui Carnicero, ha anunciado este martes la decisión junto a otros miembros del prestigioso jurado. "Se da más protagonismo a la naturaleza que a la arquitectura y se rompe la axialidad que tanto había caracterizado este monumento para producir una gran sombra, una grieta que facilita el encuentro, que invita al diálogo y a una visión más plural, más democrática de este espacio", ha explicado Carnicero durante la presentación oficial.

El jurado, integrado por representantes gubernamentales, un miembro de la Iglesia católica y figuras destacadas del mundo cultural como la artista española Cristina Iglesias y el arquitecto británico David Chipperfield, ha subrayado la excepcional calidad de todos los finalistas y la complejidad de una decisión que, según Chipperfield, va "más allá de los simples términos de la arquitectura".

El proyecto plantea la construcción de un soportal en la explanada. / EFE

El cambio más significativo y visible que aportará el proyecto ganador será la completa eliminación de la actual escalinata vertical que conduce a la entrada de la basílica. En su lugar, se construirá un imponente soportal horizontal a modo de grieta que se extenderá de lado a lado por toda la explanada del recinto, modificando radicalmente la percepción espacial del conjunto monumental.

Los visitantes accederán al complejo a través de este soportal, que conducirá a un vestíbulo circular con el techo descubierto. Desde este espacio central, los usuarios podrán dirigirse tanto a la basílica, ubicada al frente, como al nuevo centro de interpretación situado en los laterales del conjunto. Este centro interpretativo constituía uno de los requisitos fundamentales establecidos en las bases del concurso, en cumplimiento con lo estipulado por la Ley de Memoria Democrática.

El perfil de cómo quedaría Cuelgamuros. / EFE

Un aspecto crucial que permanecerá inalterado es la monumental cruz de piedra de 150 metros de altura, uno de los símbolos más reconocibles del Valle de Cuelgamuros. El Gobierno nunca contempló su demolición, al considerarla un elemento testimonial indispensable para comprender el origen y significado histórico del monumento franquista. Cabe recordar que hasta 2019, este lugar albergó los restos del dictador Francisco Franco, cuya exhumación y traslado marcó un hito en la política de memoria histórica española.

En cuanto al interior de la basílica, este seguirá dedicado al culto religioso sin experimentar alteraciones estructurales significativas. Los cambios se limitarán a la instalación de paneles informativos y elementos museográficos destinados a contextualizar el espacio dentro del nuevo marco interpretativo establecido por la Ley de Memoria Democrática.

Calendario y presupuesto para transformar Cuelgamuros

La ejecución de esta ambiciosa intervención arquitectónica y paisajística no será inmediata. Según las previsiones oficiales, las obras de transformación no comenzarán hasta 2027, estableciéndose un plazo de ejecución estimado en cuatro años. Esto significa que el nuevo Valle de Cuelgamuros no sería una realidad hasta aproximadamente 2031, coincidiendo con el centenario del inicio de la Segunda República española.

Recreación del memorial que se hará bajo el soportal. / EFE

Para la financiación del proyecto, el Gobierno ha asignado un presupuesto total de 30 millones de euros, distribuidos entre los 26 millones destinados a la ejecución material de las obras y los 4 millones en concepto de honorarios para los arquitectos ganadores del concurso. Esta inversión refleja la importancia que el Ejecutivo otorga a la resignificación de uno de los espacios más controvertidos de la memoria histórica española.

El objetivo fundamental de esta intervención, como ha reiterado el Gobierno en diversas ocasiones, es transformar Cuelgamuros en un espacio que contribuya a la memoria democrática y la reconciliación nacional, siguiendo ejemplos internacionales como el monumento al Holocausto de Berlín. Se busca así crear un lugar de reflexión y aprendizaje que permita comprender la compleja historia reciente de España desde una perspectiva democrática e inclusiva.

La mayor fosa común de España

Un aspecto frecuentemente desconocido o ignorado sobre el Valle de Cuelgamuros es su condición de mayor fosa común del país. En la actualidad, los restos de más de 33.000 víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil española permanecen enterrados en este enclave situado en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial.

Imagen actual de Cuelgamuros: el recinto perderá esta escalinata. / EFE

Esta dimensión funeraria colectiva constituye uno de los aspectos más sensibles y complejos a la hora de abordar la resignificación del espacio. El nuevo proyecto deberá integrar y dignificar esta realidad, ofreciendo un marco adecuado para la memoria de todas las víctimas allí inhumadas, muchas de las cuales fueron trasladadas sin el conocimiento o consentimiento de sus familias durante la construcción del monumento ordenada por el régimen franquista.

La transformación de Cuelgamuros representa así un desafío arquitectónico, paisajístico, histórico y moral, en el que se entrelazan cuestiones de memoria histórica, reconciliación nacional, dignificación de las víctimas y superación de un pasado traumático que aún genera importantes controversias en la sociedad española contemporánea.

¿Qué es el Valle de Cuelgamuros?

El Valle de Cuelgamuros, anteriormente conocido como Valle de los Caídos, es un monumental complejo construido entre 1940 y 1958 por orden del dictador Francisco Franco, supuestamente para honrar a los caídos en la Guerra Civil española (1936-1939). Situado en la Sierra de Guadarrama, a unos 50 kilómetros de Madrid, este conjunto arquitectónico fue concebido como un símbolo del régimen franquista y construido en parte con mano de obra de prisioneros políticos.

El complejo está presidido por una gigantesca cruz de piedra de 150 metros de altura, visible desde decenas de kilómetros a la redonda, bajo la cual se excavó una enorme basílica en la roca. Hasta 2019, este lugar albergó la tumba de Francisco Franco, convirtiéndolo en un polémico lugar de peregrinación para nostálgicos del régimen dictatorial que gobernó España hasta 1975.

Con la aprobación de la Ley de Memoria Democrática, se inició un proceso para transformar este espacio y dotarlo de un nuevo significado acorde con los valores democráticos actuales, respetando la memoria de todas las víctimas allí enterradas y contextualizando adecuadamente su controvertido origen histórico.

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