España

Los sucesivos golpes policiales han dejado "muy tocada" a la banda

  • La organización terrorista ha tenido que 'adelgazar' su comité ejecutivo, que ahora está compuesto por apenas media docena de miembros activos

Los sucesivos golpes policiales contra ETA en todos los frentes, el último ayer en Francia, están dejando seriamente "tocada" la estructura de la banda, que se habría visto obligada en los últimos tiempos a recortar sus "cargos directivos" y adelgazar su comité ejecutivo de apenas media docena de miembros.

Ésa es la información que manejan los expertos de la lucha antiterrorista que situaban hasta hace unas horas en el actual comité ejecutivo -conocido como Zuba- a uno de los detenidos en la operación practicada a primeras horas de ayer en suelo francés, Ibon Goegeaskoetxea, supuesto jefe del aparato militar.

Este presunto etarra, que estaba en la estructura de ETA desde hace trece años, estaría encargado hasta ahora de la "intendencia" de los comandos, suministrando armas, explosivos y vehículos para cometer los atentados, mientras que su hermano Eneko, otro de los miembros de la Zuba, estaría todavía en la misión de dirigir la estrategia de estos grupos terroristas.

Junto a Ibon y Eneko, en el comité ejecutivo de ETA estarían en estos momentos, según las fuentes policiales consultadas, otros tres etarras bien conocidos: José Luis Eciolaza Galán, Dienteputo; Iratxe Sorzabal y el veterano activista Juan Cruz Maiztegi Bengoa, alias Pastor.

La estructura de compartimentos estancos de la época del colectivo Artapalo, que funcionaba hace veinte años, ya no es posible y los jefes operativos están asumiendo competencias de los diferentes aparatos, como el logístico o el militar.

Dienteputo junto a Sorzabal, según los expertos antiterroristas, dirige el aparato político en colaboración con Pastor, que actúa de enlace con el aparato militar y logístico, liderado hasta ayer por los dos hermanos Gogeaskoetxea. Esta cúpula directiva, compuesta por terroristas con muchos años en la clandestinidad, está apoyada por una nueva generación de activistas, entre los que destaca Mikel Carrera Sarobe, hombre de confianza del ex número uno Garikoitz Azpiazu, Txeroki, y verdadero "hombre fuerte" de la banda.

Carrera se encargaría de manejar, "a pie de calle", a los cada vez más escasos y perseguidos comandos operativos, que han sufrido casi una treintena de detenciones desde enero o, lo que es lo mismo, un etarra arrestado cada dos días.

A la sombra de Mikel Carrera, los expertos antiterroristas colocaban a uno de los tres detenidos ayer en Francia, Beñat Aguinagalde, presunto asesino del empresario Ignacio Uría y del ex concejal socialista de Arrasate Isaías Carrasco.

Un terrorista, Aguinagalde, especialmente "peligroso, violento y agresivo", y que representaba el sector más "duro" de ETA, el de los que apuestan sin fisuras por seguir matando a pesar de la delicada situación de la banda, asediada en todos los frentes.

Carrera, ahora el nuevo hombre fuerte del aparato militar cuenta con otro lugarteniente, Mikel Oroz, al que se considera responsable de la fabricación y distribución de explosivos.

Precisamente Mikel Oroz fue el dirigente etarra que ordenó instalar un taller de explosivos en Cataluña a Faustino Marcos, el terrorista detenido el pasado 16 de febrero en Portbou (Gerona), cuando buscaba llegar a España.

Marcos estaba a la órdenes de Oroz desde agosto de 2008, dedicándose a la elaboración de explosivos, a la sustracción de vehículos y a la falsificación de placas de matrículas.

Las sucesivas operaciones policiales desarrolladas han demostrado a las claras que ETA ha intentado dispersar sus almacenes de armas y explosivos, ante la presión que sufre en Francia. Pero también le ocurre lo mismo en Portugal.

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