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Feria de Abril

Jueves de Feria: el cuerpo pide un respiro

Ambiente de la feria este jueves de farolillos / Juan Carlos Vázquez

ENCARA la Feria de Abril su recta final y el cuerpo se resiente. Pide un respiro. El real se desinfla en una jornada de jueves que en el formato tradicional sería sábado. Antesala de los fuegos. Pero todavía quedan dos días de juerga, jolgorio, cantes y bailes. Para quien lo aguante, claro. Que ayer muchos ya tiraron la toalla, o colgaron el traje de flamenca y el sombrero de ala ancha y pusieron rumbo a los destinos de veraneo. Que para eso se avecina un gran puente y las temperaturas son más propias de julio o de agosto que del abril que toca a su fin. Este éxodo feriante lo pudo comprobar el cronista en una ronda de mensajes para ver dónde podía acoplarse para tomar un refrigerio. “No estoy en la Feria. Nos hemos venido esta mañana a la playa”. “No voy hoy. Estoy reventado. Creo que mañana tiro para Chiclana”. “Qué pasa. Pues no estamos. Nos hemos ido a la playa”. Para muestra estos botones. Así que no hubo más remedio que buscar el piscolabis en la caseta municipal, donde el alcalde recibió a cofrades y artesanos de la Semana Santa.

Estampa del paseo de caballos. Estampa del paseo de caballos.

Estampa del paseo de caballos. / Juan Carlos Vázquez

La Feria encara este jueves resaca de festivo sin las apreturas vistas hasta ahora. El calor y el sol apenas dan una tregua, pero esto no ha sido un impedimento para que en los días anteriores costara horrores recorrer las calles de esta ciudad efímera que se sublima con la caída de la tarde. Nada que ver con lo de esta jueves. Las aceras lucen prácticamente limpias de personas y ofrecen una perspectiva única del paisaje. ¿Se han fijado que las calles del real tienen una excelente cobertura aérea? Los plátanos cruzan de acera a acera creando una fantástica pérgola de sombra natural. Qué necesario sería esto en la ciudad que se habita a diario. La menor afluencia se nota en el aspecto que ofrecen las casetas. En la mayoría apenas se cubre un tercio del aforo a una hora, las cuatro de la tarde, en la que era imposible encontrar un sitio para comer en los días pasados. Hay sitios de sobra en los aparcamientos regulados por el Ayuntamiento y hasta en el Paseo de la Palmera. Hay pocos bolsillos que aguanten una Feria de seis días y dos fines de semana. Es habitual que en los últimos días la afluencia, y el negocio, decaigan. Por eso hay caseteros que no vacilan en pedir un gasto fijo mínimo a los socios para garantizarse, al menos, cubrir gastos. En una caseta familiar de Ignacio Sánchez Mejías esta cantidad asciende a mil euros. Casi nada.

Una caballista ofrece agua a su caballo. Una caballista ofrece agua a su caballo.

Una caballista ofrece agua a su caballo. / Juan Carlos Vázquez

La presencia de caballos y carruajes se ha resentido menos, aunque no se han producido los atascos de los días precedentes. Que las calles estén menos despobladas también sirve para admirar la belleza de este paseo que embriaga a propios y extraños. Con el mercurio rozando los 40 grados al sol, se forma una importante cola en los abrevaderos para dar de beber y aliviar a los animales. Aunque haya algún descerebrado como se ha visto estos días, la inmensa mayoría vela por la salud de los equinos. Como el Ayuntamiento lo hace por la de los ciudadanos con los puestos de agua que Emasesa ha instalado en el real. En el situado en la calle Joselito el Gallo se agolpan caballistas y viandantes ávidos por echar un trago y refrescar el gaznate. Hasta a 15.000 personas fueron atendidas en estos puntos en la jornada festiva del miércoles.

Un puesto de agua de Emasesa. Un puesto de agua de Emasesa.

Un puesto de agua de Emasesa. / Juan Carlos Vázquez

Pero decíamos que el jueves de Feria es el día en el que el alcalde recibe en la caseta municipal a los miembros de las cofradías y a los artesanos que trabajan para engrandecer la Semana Santa. En animada tertulia, hermanos mayores y artistas intercambian opiniones y hablan de la pasada Semana Santa, con permiso de la Feria, la fiesta mayor principal de esta ciudad. El que no está este año es Paco Vélez, presidente del Consejo, que sigue con el arzobispo en Roma preparando el II congreso internacional de Hermandades y Religiosidad Popular. Una cita que promete. Y mucho. Entre las lonas de la caseta municipal hay quien sueña entre las lonas de la caseta con un ceremonia final presidida por el Papa Francisco ante la Virgen de la Esperanza Macarena...

El alcalde, Antonio Muñoz, con los representantes del gremio de arte sacro. El alcalde, Antonio Muñoz, con los representantes del gremio de arte sacro.

El alcalde, Antonio Muñoz, con los representantes del gremio de arte sacro. / Juan Carlos Vázquez

El delegado de Fiestas Mayores y Gobernación, Juan Carlos Cabrera; y su inseparable Diego Ramos, director del Cecop, se muestran muy satisfechos de cómo va la celebración. La única pega, el calor. “No recuerdo tantos días de tanto calor seguidos. El calor no le va a la Feria”, dice Ramos. Hay quien bromea ya con abrir un debate sobre el traslado de la Feria. Pero no de ubicación, sino de fecha. “Como sigamos así vamos a tener que hacerla en octubre o noviembre”. A las seis y media de la tarde se superó el récord de temperatura registrado el miércoles. El mercurio se fue hasta los 36,6 grados. Más allá de estos comentarios jocosos, parece evidente que la discusión debe centrase en si es oportuno ampliar la Feria optimizando el espacio actual para ganar algunas casetas. Lo que ningún político se ha atrevido a plantear abiertamente es si es oportuno volver al formato de Feria tradicional. El que empezaba el martes y acababa el domingo. Es cierto que ahora sólo hay un día más, pero al abarcar dos fines de semana la sensación de hastío y cansancio se multiplican.

Una de las casetas más animadas en la calurosa tarde del jueves es la del Círculo Mercantil. Allí, su presidente, Práxedes Sánchez, agasaja a distintas autoridades. Entre ellos, el ex alcalde y secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas; o el senador y candidato del PP a la Alcaldía, José Luis Sanz, quien, por cierto, se perdió el miércoles de Feria festivo al tener que desplazarse a Madrid para votar el remiendo a la polémica ley del “sólo sí es sí”. Sanz disfrutó después de un almuerzo con los hermanos del Tiro de Línea.

Unas jóvenes flamencas pasean por el real. Unas jóvenes flamencas pasean por el real.

Unas jóvenes flamencas pasean por el real. / Juan Carlos Muñoz

El sol empieza a ocultarse tras las lomas del Aljarafe. El calor mengua y los caballos abandonan el real. El ambiente remonta, aunque no tanto como otros días. La Feria encara su final entre el éxodo de los sevillanos y un nuevo desembarco de turistas. 

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