La Feria de Abril tal y como se conoce hoy en todo el mundo tiene, no obstante, un origen bien distinto y una historia repleta de anécdotas y curiosidades.

Coches de caballos en la Feria de Abril en el Prado de San Sebastián.

Para encontrar el origen de la Feria hay que remontarse al año 1842, fecha en la que Sevilla vivía tiempos difíciles. La ciudad intentaba reponerse de la crisis económica causada por la invasión francesa y, ya en plena Desamortización, comenzaban a verse incluso iniciativas industriales en la capital. Por ejemplo, en la Isla de La Cartuja, en el convento confiscado a los frailes, los ingleses inauguraron una fábrica de loza y cerámica fina, pero por otro lado, en octubre de 1842, un huracán arrosó la ciudad.

Compra y venta de ganado

Con la ciudad maltrecha después del huracán, dos concejales, sevillanos de adopción, los concejales José María Ibarra y Narciso Bonaplata -naturales de Bilbao y Barcelona, respectivamente-, tuvieron la idea de celebrar una feria anual, que tendría lugar en abril y en la que, durante tres días, sirviera para compra y venta de ganado. 

La celebración de este evento se solicitó a la reina Isabel II y, finalmente, se aprobaron como días feriales el 18, 19 y 20 para no coincidir con la feria de Mairena del Alcor, la más antigua de Andalucía.

Torre de la Pasarela, portada simbólica de la Feria de Abril en el Prado de San Sebastián.

Así nació la primera Feria de los tiempos modernos. Según recoge el propio Ayuntamiento de Sevilla, "se aprobó por el Consistorio el día 18 de septiembre de 1846 y se inauguró el 18 de abril de 1847 en el Prado de San Sebastián, con 19 casetas y con un éxito tal de público y de negocio que, ya al año siguiente, los organizadores de la venta de ganado pedían una mayor presencia de agentes de la autoridad porque “los sevillanos y sevillanas, con sus cantes y bailes, dificultaban la realización de los tratos”.

Postal de la Caseta de los Artistas, fechada en 1904 y editada por Stengel y Compañía, de Dresde (Alemania)

Con el paso de los años, los sevillanos han ido moldeando aquella feria ganadera hasta llegar en la actualidad a considerarse "como una de las más singulares expresiones de color y alegría donde el sevillano y aquellos que nos visitan disfrutan de la fiesta durante 7 días cada año", aseguran desde el Ayuntamiento. 

El torero Pepe Limeño en una de sus salidas a hombros por la Puerta del Príncipe de la Maestranza.

Ya aquel primero año de 1847, se celebró una corrida de toros, feria taurina que ha seguido acompañando a la de Abril hasta nuestros días. Se lidiaron 6 toros de Luis Taviel de Andrade y los diestros fueron Juan Lucas Blanco, de Sevilla y Manuel Díaz "el Lavi", de Cádiz. 

Desde 1847, la Feria de Abril ha sufrido y ha sido testigo de acontecimientos de todo tipo: vaivenes políticos, la Guerra Civil española, que supuso la suspensión de la Feria de 1937 a 1939 inclusive. El fuego, los huracanes o crisis económicas. Sin embargo, de todo ha salido victoriosa.

La primera Feria de Abril, en mayo

Las anécdotas de la Feria se han sucedido a lo largo del tiempo. Resulta curioso, que la primera Feria de Abril de los Remedios -se trasladó del Prado de San Sebastián en el año 1973-, se celebrara en el mes de mayo.

Casetas familiares diseñadas por el arquitecto municipal José Sáez, en 1893, para alquilarlas a particulares.

En concreto, tuvo lugar del 1 al 6 de mayo por razones del calendario litúrgico. Para tratar de arreglar la paradoja, afirma el Consistorio, el entonces alcalde de la ciudad, Juan Fernández Rodríguez García del Busto, la inauguró de forma oficial el día 30 de abril a las 21:00 horas. También se sabe que las primeras sevillanas que sonaron en los nuevos terrenos de los Remedios las cantó Naranjito de Triana y estuvo  acompañado a la guitarra por José Cala "El Poeta".

Fuego en el Real

La historia de la Feria no siempre ha estado llena de alegría. Quizás el recuerdo más triste fue el acontecido en 1964, cuando el Real todavía estaba en el Prado. Aquel año el fuego se convirtió en el protagonista, ya que arrasó con 67 casetas y ocasionando más de 50 heridos de diversa gravedad y falleció un anciano a causa de las lesiones producidas.

Sin embargo, de aquel terrible suceso surgió la solidaridad de todos los sevillanos. En muy pocas horas se reconstruyeron total o parcialmente las casetas quemadas, lo que permitió que la Feria de 1964 se siguiera celebrando.