Su historia de amor y desamor ha ocupado un buen puñado de titulares. Y un cuarto de siglo después lo sigue haciendo. Jaime Ostos y María Ángeles Grajal tienen previsto volver a casarse este verano, según anunciaron en la revista ¡Hola!. Para celebrar sus bodas de plata, el matrimonio va a cumplir uno de sus mayores sueños: darse el 'sí quiero' por la Iglesia. El torero y la neumóloga están ultimando todos los preparativos para este enlace, que se celebrará en Yerbabuena, propiedad del diestro José Ortega Cano. La ceremonia religiosa tendrá lugar en la capilla consagrada de la famosa finca. Una boda que organizan con mucha ilusión 25 años después de casarse por el juzgado.

Aunque por el momento la pareja no tiene una fecha concreta para celebrar el enlace, sí está confirmado que será en los próximos meses. Por ello, ya tienen en marcha toda la logística que conlleva una boda, lista de invitados incluida. En lo que parece que no hay duda es en la elección del padrino del enlace, que como no podía ser de otra forma va a ser el propio hijo del matrimonio, Jacobo Ostos, que será testigo de como sus padres cumplen con su sueño, por fin, de unirse en matrimonio ante los ojos de Dios. Ésta será la segunda boda de sus padres a la que acuda Jacobo, que con tres años celebró junto a sus progenitores su primera boda, que tuvo lugar el 6 de marzo de 1987 con una emotiva ceremonia civil celebrada en San Lorenzo de El Escorial. Aunque inseparables, desde ese momento su relación ha estado marcada por las idas y venidas. En 1990, Grajal anunció a los medios su separación de Ostos asegurando ser una mujer maltratada. Tiempo después, y tras una sonada ruptura matrimonial, desmintió estas acusaciones y retomaron su vida en común.

Jaime Ostos está muy ilusionado con la idea de casarse de nuevo a los 83 años. María Ángeles Grajal fue la segunda esposa del torero, después de que éste se divorciara de María Consuelo Alcalá, madre de dos de sus hijos, Gabriela y Jaime. Con Alcalá se casó en el año 1960 en la Basílica de La Macarena. Años más tarde consiguió la nulidad eclesiástica, que le permitirá darle el sí quiero a su esposa en la boda religiosa que tanto desea.