El culebrón de Patricia Conde

Patricia Conde pone al mal tiempo buena cara estos últimos días teniendo en cuenta que atraviesa una complicada situación tras separarse de su marido y padre de su único hijo, el empresario mallorquín Carlos Seguí, hace mes y medio. Ella le ha denunciado por maltrato psicológico, y él por no dejarle ver a su hijo, que aún no tiene ni un año de vida. Entretanto llega el momento de verse las caras en los tribunales, la presentadora y actriz aprovecha su reaparición mediática (está planeando su regreso televisivo con el programa Ciento y la madre, que aún no tiene fecha de estreno en Cuatro, y acaba de estrenar su primera película, El perro Pancho), para lanzarle alguna que otra pulla a su ex. Como algunas de sus manifestaciones en la revista S Moda, donde afirma que "a partir de los 30 toca elegir entre tener novio o criterio". Una demoledora frase que Patricia acompaña de otras indirectas, como que "el problema de salir en televisión en este país es que estás muy expuesto". Vamos, que no dice nada pero lo dice todo.

Desde que pusieron punto y final "de mutuo acuerdo" a su matrimonio de año y medio, Patricia y Carlos han entablado una guerra que ni ellos mismos saben cuándo y cómo tendrá el final. La vallisoletana ha interpuesto una demanda contra el padre de su hijo Lucas y pretende demostrar que hubo maltrato psicológico en su relación con, entre otras cosas, el testimonio de uno de los fotógrafos que les siguió durante su viaje de recién casados a Senegal y que fue testigo de una de las muchas broncas que el matrimonio tuvo esos días.

Mientras Conde sólo lanza mensajes velados, Carlos Seguí ha denunciado públicamente y a las claras que su ex no le permite ver nunca a su hijo, de diez meses de edad. El mallorquín y su madre protagonizaron a principios de mes una situación de lo más tensa en casa de su aún mujer. "¡Quiero ver a mi hijo. Quiero ver a Lucas!", gritaba Seguí por el telefonillo mientras aseguraba que tenía la autorización de sus abogados para estar con su hijo los días 4 y 5. "En 35 días sólo he podido ver a mi hijo siete horas y en unas condiciones pésimas", aseguraba. Este lunes pasado el juicio en el que se tenía que dirimir el régimen de visitas de padre e hijo finalmente no tuvo lugar, fue aplazado. La ex pareja está a la espera de que se fije una nueva fecha. Entretanto los dardos envenenados vuelan.