El cantante de Los Toreros Muertos ha tenido mala cabeza una vez más. Bueno, ha tenido un mal giro dentro de su coche y se dio "un porrazo" con el compartimento superior del parasol, donde guarda las gafas de sol para conducir. Con el pico de ese accesorio se hizo una pequeña herida, con gran dolor. Todos nos podemos solidarizar viendo la foto de Pablo Carbonell, con uno de esos incidentes sin importancia, pequeños percances, que nos dejan una aguda secuela por unos días. Hay golpes que son lo suficientemente aparatosos que nos dejan huellas.

El gaditano llevó el impacto puntiagudo con resignación y con una cura a cargo de la "enfermera de la señorita Pepis", su pareja, Maria Arellano. Ambos son los orgullosos padres de la joven actriz Mafalda Carbonell.

Tras el disgusto del "hostión", como también lo ha calificado Pablo Carbonell, quiso agasajar a su enfermera: "si hay que cenar guacamole, se hace guacamole", y ahí aparece en la foto pelando una fruta con su correspondiente chichón en la cabeza que nos hace empatizar tanto con él.