"Mi hijo es el gran milagro de mi vida"

La ex del empresario Cris Lozano divide su vida entre Bali y España y disfruta de la maternidad de su hijo Iker de dos años.

"Mi hijo es el gran milagro de mi vida"
"Mi hijo es el gran milagro de mi vida"
Ricardo Castillejo

27 de noviembre 2010 - 01:00

Casada con Cris Lozano, tío del popular Oscar Lozano, durante más de 14 años, la modelo, actriz y empresaria, Jacqueline de la Vega, tuvo como uno de sus objetivos más perseguidos, desde siempre, ser mamá. Tras la ruptura con su ex marido, inició una relación con Josu Fernández, junto al que decidió trasladar su residencia a Bali (Indonesia), donde posee hoteles y varios negocios. Sin embargo, tener su propio hijo seguía siendo su principal ilusión en la vida y, después de varios intentos fallidos, al fin lo logró en 2008. Fue entonces cuando llegó al mundo Íker, junto al que ha conocido la felicidad completa y del que ha querido hablarnos coincidiendo con la celebración, en Madrid, del 45 aniversario de la película Sonrisas y lágrimas durante un acto, con una proyección en Blu-Ray, cuyos fondos se destinaron a la Fundación Vistare.

-Hacía mucho que no la veíamos por nuestro país… ¿Dónde se había metido?

-Bueno, estoy de ida y vuelta continua pero sí que, de vez en cuando, vengo. De hecho, presenté, la última vez, la nueva colección de la firma Cristian Lay.

-Y ahora apoyando este reestreno de Sonrisas y lágrimas, ¿no?

-Fíjate. Forma parte de mi niñez y, el título, ni te cuento. Todos la hemos visto y la hemos cantado.

-En su caso, si echamos la vista atrás, ¿qué ha habido más? ¿Sonrisas? ¿Lágrimas?

-Yo creo que, si hago un balance, más sonrisas. Algunas de las lágrimas han sido muy profundas y se te quedan más grabadas pero no me puedo quejar. En esta etapa, por ejemplo, me encuentro en un momento muy dulce, muy caramelo. Con mi hijo, sólo existe felicidad. Es inteligentísimo y un cielo.

-¿A quién se parece más? ¿Al padre o a la madre?

-Físicamente es como su padre pero, en el carácter, soy yo. No tengo un niño, tengo un loro (risas). Pregunta, habla… Es el gran milagro de mi vida.

-¿Cómo hace para organizarse con él?

-Mi madre y mi hermana han venido a ayudarme. Gracias a Dios porque si no, ¡no podría!

-¿Ha cambiado mucho su realidad desde que apareció Íker?

-Lo ha cambiado absolutamente todo, todo, todo. ¡Hasta me han tenido que quitar la vesícula! (risas). Mi tiempo, mi corazón, mis prioridades… Ten en cuenta que se trata de una criatura muy deseada.

-¿Y de trabajo? ¿Buena racha a pesar de la crisis que nos asola?

-No me quejo. Aparte de lo de las joyas que te he comentado, acabo de terminar una campaña de coloración para el cabello en la que estoy con otras mujeres bellísimas como Mar Saura. Salimos vestidas de ángeles con lo que… ¡imagínate! Además, en quince días voy a abrir un nuevo hotel en Bali. Es diferente puesto que consta de distintas villas y tiene spa, mayordomos, chefs personales… Todo muy exclusivo.

-Son varios los famosos que, según hemos podido saber por los medios del corazón, han celebrado una boda balinesa allí, ¿verdad'

-Sí. Recuerdo la de Bustamante y Paula Echevarría… Algunas han salido a la luz pública y otras, no. Intentamos que puedan mantenerse, si ellos lo desean, lo más en secreto posible.

-¿Usted no se anima a pasar de nuevo por el altar?

-Es que yo, aunque no tenga un papel firmado, es como si lo estuviera. Primero fue Cris y, ahora, Josu.

-¿Ha pesado más el amor a su propia carrera?

-Sí, siempre. Para mí, el amor ha sido lo primero. Ante los sentimientos, no hay nada que merezca la pena. Por eso no me arrepiento de ningún paso de los que he dado.

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