Agresión sexual

Doce años de cárcel por violar a su hijastra menor de edad durante un lustro

El juicio se celebró el 9 de marzo en la Audiencia de Sevilla.

El juicio se celebró el 9 de marzo en la Audiencia de Sevilla.

La Audiencia de Sevilla ha impuesto doce años de cárcel a un hombre que estuvo violando a la hija de su pareja, una niña menor de edad, durante algo más de cinco años. Cuando comenzaron las agresiones, José María M.F. tenía 42 años y su hijastra, sólo 8. Los hechos fueron descubiertos cuando la joven, ya adolescente, se lo contó a un trabajador social y a la orientadora del instituto donde cursaba sus estudios.

En una sentencia fechada el 13 de marzo, la Sección Cuarta de la Audiencia condena al violador por un delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años, de acuerdo ya con lo estipulado en la ley del 'sólo sí es sí', con la atenuante analógica de confesión tardía y la atenuante simple de drogadicción. Además de la pena de prisión, también lo inhabilita durante 17 años para ejercer cualquier profesión o actividad que implique contacto con menores de edad, le prohíbe aproximarse a menos de 300 metros de la víctima durante 16 años y le impone diez años de libertad vigilada una vez salga del centro penitenciario. El investigado, además, deberá indemnizar a su hijastra con 15.000 euros.

José María M.F. convivía con la madre de la víctima desde 2015. Se casaron en 2017 y tuvieron un hijo en común. La niña, fruto de una relación anterior de su pareja, había nacido el 17 de febrero de 2008. El tribunal considera probado que desde 2016, cuando la menor tenía ocho años, el acusado "aprovechaba cuando estaban solos en el domicilio", entonces en un pueblo de Sevilla, o que la niña estaba dormida para hacerle tocamientos en sus partes íntimas.

Los abusos dieron después paso a las violaciones. El procesado advertía a la víctima de que "si contaba algo, él iba a terminar en la cárcel y ella, en un centro de menores", lo que "provocaba temor en la niña e impedía que esta se lo contara a nadie". Las agresiones se repitieron "en muchas ocasiones", tanto en el pueblo como cuando más adelante se mudaron a distintos domicilios en una barriada de Sevilla capital. "También fueron numerosas las ocasiones en las que el acusado practicó sexo oral a la menor y obligó a que ella se lo practicara a él", prosigue la sentencia, facilitada por la oficina de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Esta lamentable situación persistió hasta que, en noviembre de 2021, la ya adolescente de trece años contó lo ocurrido a un trabajador social y a la orientadora de su instituto.

La sentencia fue fruto de un acuerdo de conformidad por el que la Fiscalía y la acusación particular aceptaron que el acusado, durante los cinco años de violaciones, tenía "levemente alteradas" su capacidad de entendimiento y su voluntad "como consecuencia de su dependencia a las drogas". El padrastro también se beneficia de la atenuante de confesión tardía. De hecho, el fallo recalca que "ha colaborado con la Administración de Justicia reconociendo los hechos", con lo que "ha favorecido que el juicio se celebre con mayor celeridad".

La Audiencia también argumenta que el acusado se valió de la "intimidación ambiental" para salirse con la suya y cometer el delito. La sentencia refiere que existió "un estado de intimidación permanente o una situación objetiva intimidante" porque José María M.F. "era pareja de la madre de la menor" y, además, "todos los actos sexuales se produjeron en la intimidad del hogar". En este sentido, la propia víctima explicó que no había contado nada "por miedo".

"El acusado le decía que si lo contaba, ya sabía el carácter de su madre, y él podía ir a la cárcel y ella a un centro de menores", continúa la Sección Cuarta, que establece que, gracias a "ese clima de temor o miedo", el investigado favoreció "la continuación en la agresión".

Los jueces conceden la máxima credibilidad al testimonio de la joven, que en el acto del juicio narró más detalles de los abusos que sufrió. Y por si no hubiera sido suficiente, todo fue "corroborado" en la vista oral por el propio procesado, que reconoció "todos y cada uno de los hechos que han sido objeto de acusación".

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