El ataque que sufrió la mujer asesinada en San Juan de Aznalfarache fue "muy violento"

Jurado Popular

El cadáver presentaba 23 lesiones, la mayoría de ellas en la cabeza

El acusado de matar a una mujer en San Juan de Aznalfarache ante el tribunal
El acusado de matar a una mujer en San Juan de Aznalfarache ante el tribunal / Juan Carlos Vázquez

El forense que realizó la autopsia de Dolores Ortiz, la mujer que fue encontrada muerta en la Plaza de Blas Infante de San Juan de Aznalfarache el 1 de febrero de 2020 declaró ante el tribunal del jurado que su muerte fue "muy violenta". Aunque recibió más de 20 golpes en la zona de la cabeza y la cara, la muerte fue causada por un traumatismo craneoencefálico severo. Loli no se pudo defender de su agresor puesto que tenía "disminuidas sus capacidades de defensa" al haber consumido, al menos, cocaína, heroína y cannabis.

Los facultativos de toxicología dataron la muerte entre las 4:45 y las 5:45 del mismo día en el que se encontró el cadáver, una hora similar a la que manejan los forenses que realizaron la autopsia. Según los forenses, la víctima presentaba la mayoría de las lesiones en la cabeza, tanto en la cara como en la parte posterior, con hasta 11 heridas que afectaban al cráneo y que llegaron a lacerar zonas del encéfalo.

Sobre el objeto con el que se propinaron estos golpes, y que nunca se llegó a encontrar, los forenses indicaron que probablemente tuviera mucho peso y, al menos, una arista, "por las marcas dejadas en las heridas incisocontusas que presentaba el cadáver". Los peritos señalaron que, lo "más probable" es que Loli fuera atacada por primera vez mientras estaba recostada o sentada y recibiera los primeros golpes "de cara a su agresor". Con "toda seguridad", este primer ataque le provocó una conmoción cerebral. En un momento determinado, según los facultativos, "o ella se volvió o su agresor la vuelve y es cuando ella recibe los golpes en la parte trasera de la cabeza".

Durante la cuarta sesión del juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla también declaró como testigo la pareja que tenía la víctima desde 2009 hasta que la mataron en 2020. Aunque afirmó que nunca llegaron a convivir, aseguró que no tuvo constancia en esos 11 años de que el acusado, Abel M. agrediera a la víctima. Sin embargo, señaló que ella, sí le contó que durante su relación con Abel M., él le había pegado.

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