La muerte de Elia B., la joven de 17 años cuyo cadáver fue encontrado en El Rubio el pasado lunes, no se debió a un disparo accidental de un arma de fabricación casera, como sostiene el presunto asesino, Germán C. V., sino que fue un asesinato. Así lo asegura el juez de Instrucción número 1 de Osuna, que este miércoles envió a prisión al sospechoso, y que sostiene que Germán disparó a Elia en la cabeza y "a quemarropa", según el informe preliminar de la autopsia elaborado por el médico forense.

En un contundente auto, al que tuvo acceso este periódico, el juez Daniel Vicente Pérez acordó el ingreso en prisión del presunto asesino porque considera que hay indicios suficientes para afirmar que se trató de un asesinato. "Germán ejecutó voluntariamente a Elia, mediante un disparo con un arma de fuego efectuado a escasos centímetros, o a cañón tocante, en la cabeza, actuando con la clara voluntad de causarle la muerte, asegurando el resultado de la misma, sin riesgo para su persona e imposibilitando la defensa por parte de la víctima", asevera el instructor, que descarta la versión exculpatoria que ha ofrecido el investigado, según la cual se trató de un disparo accidental.

El magistrado recoge en el auto varios argumentos que desmontan, a su juicio, el testimonio de Germán C. V., quien además ha ofrecido distintas versiones de los hechos, llegando a afirmar en un primer momento que la víctima se había suicidado y ocultando incluso que era su pareja. Frente a estas versiones, el juez subraya que Germán es el presunto autor de un crimen que "reviste especial gravedad y trascendencia social" y que se enmarcan dentro del ámbito de la violencia machista.

El auto de prisión relata cómo se produjeron los hechos y así recuerda que sobre las 05:51 horas del pasado lunes la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla recibió una llamada de la madre del presunto asesino, quien comunicaba que su hijo había llegado a su domicilio en la calle Colón de El Rubio, tras haber salido a "comprar tabaco", y se encontró a una amiga suya, Elia B., de 17 años, quien "se había pegado un tiro". 

Una patrulla de la Guardia Civil se personó en el domicilio en cuestión de nueve minutos, en concreto, a las 06:00 horas, hallando el cadáver de la joven con un disparo en la cabeza. En la vivienda estaban la madre de Germán y un hermano de éste, y el presunto asesino le contó "espontáneamente" a los agentes que una amiga suya -en ese instante Germán negó cualquier relación sentimental con Elia- se había disparado con un arma de fabricación casera cuando él había ido a comprar tabaco a la vecina localidad de Marinaleda.

A pesar de esa manifestación inicial a los agentes, Germán se acogió a su derecho a no declarar cuando fue detenido por la Guardia Civil y conducido a las dependencias policiales. Sin embargo, una vez que el detenido fue puesto a disposición de la autoridad judicial, prestó declaración y se procedió a una reconstrucción judicial en la vivienda, reconociendo entonces que Elia era su novia desde unos seis o siete meses y que incluso tenían la intención de tener un hijo en común. De hecho, en un momento de la reconstrucción, el joven se derrumbó y se refirió a Elia como su novia.

Según el relato que mantuvo Germán en su declaración, la muerte de Elia se habría debido a una disparo accidental. Los hechos, según el presunto asesino, habrían tenido lugar sobre la 01:20 horas, cuando ambos se hallaban sentados en un sofá de la vivienda, y Germán se acercó hasta una estantería donde estaba el arma de fabricación casera, junto a unos cartuchos de munición. 

El sospechoso dice que cogió el arma, cargó el cartucho y, al girarse, se golpeó con el mueble y se disparó de forma accidental, alcanzando a Elia cuando la joven seguía sentada en el sofá a unos tres metros. A continuación, Germán cogió su coche y se fue hasta un puente sobre el arroyo "El Salado", donde se deshizo del arma arrojándola por la ventanilla y sin detenerse, según su versión de los hechos.

Voluntad de ocultar el crimen

El instructor considera, no obstante, que esta versión de los hechos es incongruente con el informe inicial del médico forense, que señala que según las lesiones causadas por el disparo en el cráneo de la víctima, el disparo se efectuó "a quemarropa" o a "cañón tocante" y en cualquier caso se hizo a un escasa distancia, lo que resulta incompatible con la versión del disparo accidental que ofrece el investigado. Además, el detenido tenía una pequeña lesión en el pulgar de la mano derecha que podría haberse producido al percutir el arma que acabó con la vida de la joven.

Concluye el juez que la versión del presunto asesino no es creíble. "Podemos decir que el detenido, pese a mantener en un primer momento la tesis del suicidio y después la postura del accidente, ha actuado desde el principio con la voluntad de ocultar medios de prueba relevantes para el esclarecimiento de los hechos con objeto de dificultar la labor de investigación policial y judicial", asevera el magistrado, que añade que Germán ha ofrecido varias versiones de los hechos en las que ha ido "acomodando a medida que se iban descubriendo nuevos detalles de lo sucedido, llegando a cambiar su versión en la misma sede judicial cuando se le ha puesto de manifiesto la evidente contradicción entre sus explicaciones y el testimonio de sus familiares cercanos".

Por último, el juez justifica la decisión de enviar a prisión provisional al sospechoso por el riesgo de fuga y evitar la ocultación de pruebas. Sobre el riesgo de fuga explica que existe esta posibilidad por los indicios razonables que hay sobre su autoría y la gravedad de la pena que pudiera imponérsele en caso de que fuera hallado culpable por el delito de asesinato, que puede llegar hasta los 25 años de prisión, precisa el instructor.