Crimen en las Tres Mil Viviendas: la Audiencia de Sevilla condena a quince años y medio de cárcel al asesino del Vaca

Asesinato en Sevilla

La pena que recae sobre Francisco Javier J.V., sobrino político de la víctima, se acerca más a lo que pidió la Fiscalía que a los más de veinte años reclamados por la familia del fallecido

El crimen del Vaca: el jurado sentencia que el sobrino político de la víctima cometió un asesinato y no un homicidio

El sobrino político del Vaca, durante la primera sesión del juicio en la Audiencia de Sevilla.
El sobrino político del Vaca, durante la primera sesión del juicio en la Audiencia de Sevilla. / Juan Carlos Vázquez Osuna

La Audiencia de Sevilla ha condenado a quince años y medio de cárcel al hombre que mató a su tío, un delincuente de las Tres Mil Viviendas conocido como el Vaca, al dispararle con una carabina durante una discusión en el barrio. La condena obedece al veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular hace ya un mes y medio. El homicida, de hecho, reconoció en el juicio que había disparado a su familiar, aunque señaló que el arma se le disparó sin querer. El jurado no creyó esa versión y la pena que recae sobre él lo es por un delito de asesinato, aunque se acerca más a lo que pidió la Fiscalía que a lo reclamado por la familia del fallecido.

En la sentencia, facilitada por la oficina de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), la Audiencia condena a Francisco Javier J.V. a quince años de prisión por ese delito de asesinato y le prohíbe comunicarse y aproximarse a menos de 300 metros de los padres del fallecido durante veinticinco años. También le impone seis meses de cárcel por un delito de tenencia ilícita de armas. En ambos casos concurre la atenuante de reparación parcial del daño, ya que al inicio de la vista oral depositó en la cuenta de consignaciones del tribunal un total de 3.000 euros para indemnizar a los familiares de la víctima. En cualquier caso, el asesino deberá indemnizar a los padres y al hijo menor del fallecido con un total de 300.000 euros.

El pasado 11 de marzo, el jurado dictó el veredicto del juicio por la muerte violenta de David D.A., alias el Vaca, un conocido delincuente de las Tres Mil Viviendas que el 24 de octubre de 2022 recibió un disparo de escopeta en la cabeza ejecutado por su sobrino político, Francisco Javier J.V. El tribunal popular lo declaró culpable de un delito de asesinato al entender que lo mató "consciente e intencionadamente" y que además lo atacó "por sorpresa, sin darle opción a defenderse". El jurado se alineó así con la tesis de la acusación particular y no la de la Fiscalía, que atribuía al encausado un delito de homicidio. Y por supuesto rechazó la versión de la defensa, que calificó los hechos como un homicidio imprudente.

Los nueve componentes del jurado tuvieron en cuenta distintos testimonios oídos durante el juicio que confirmaron que el procesado llamó a un familiar antes del crimen para avisarle de que iba a "matar" a su tío. También valoró la pericial de la forense que practicó la autopsia al fallecido y determinó que el disparo "en la cara" se había producido de forma "perpendicular". La clave, en todo caso, está en que la víctima "confiaba" en su agresor porque los unía una estrecha relación familiar y amistosa, así que "no podía esperar el ataque".

El jurado declaró por unanimidad que el acusado "disparó en la cara" a David D.A. en la madrugada del 24 de octubre de 2022 con una carabina para la que además no tenía permiso, de ahí la comisión de otro delito de tenencia ilícita de armas. También ha establecido que "lo mató intencionadamente" porque "era consciente de que podía causarle la muerte con mucha probabilidad" teniendo en cuenta a qué zona del cuerpo apuntó. Para la alevosía, y por tanto para la calificación del hecho como un asesinato, no hubo unanimidad pero sí mayoría de siete votos a favor: con esa puntuación se determinó que Francisco Javier J.V. atacó a su familiar "por sorpresa, sin darle opción a defenderse".

El veredicto, por tanto, fue unánime al considerar al acusado "culpable de dar muerte" a la víctima "consciente e intencionadamente" con un arma "sin tener permiso" para poseerla y, por mayoría de siete votos, "culpable de matar" a su tío político "sin darle opción a defenderse". Y por unanimidad, a favor del encausado, el jurado reconoció que antes del juicio consignó 3.000 euros para indemnizar a la familia del fallecido, lo que se traduce en que esa rebaja de la condena gracias a la atenuante de reparación parcial del daño.

Basándose en ese veredicto, la Audiencia destaca que la autoría del investigado “resulta con claridad de su reconocimiento siquiera parcial de los hechos" pero también “por las manifestaciones de los testigos, en especial la madre del acusado y la pareja de la víctima", ante quienes el homicida también admitió los hechos. Y a todo eso hay que sumar el testimonio de un vecino “que refirió que la noche de autos, tras los disparos, salió a la calle y vio cómo el acusado arrastraba” al fallecido por el suelo.

“Ninguna duda cabe albergar acerca de la comisión de los hechos” por parte del investigado, afirma la Audiencia, que encuadra el suceso en un delito de asesinato porque el procesado mató a su tío político "de forma intencionada" disparándole "a corta distancia, a 60 o 70 centímetros, a la altura de la cara”.

En cuanto a la alevosía, está justificada porque el ataque fue “súbito, repentino y por sorpresa", de modo que la víctima "no tuvo opciones reales de defenderse". "El autor se aprovechó deliberadamente de la indefensión de su víctima, que se hallaba desarmado y hasta ese día, no había tenido motivos para pensar que podía ser objeto de un ataque de este tipo por parte de su sobrino, con el que mantenía una buena relación".

La versión del acusado

En la primera sesión del juicio, el encausado vino a alegar que el suceso fue accidental y que ocurrió mientras ambos se peleaban "a puñetazos" en la calle Viento del Pueblo. Su versión era que su tío quería que le diera un golpe a un primo que traficaba con hachís en Coria, él se negó y el arma, que no era suya, "se disparó sola" durante un forcejeo entre ambos.

"Él me llamó y me habló de un primo suyo que vendía hachís en Coria. Quería que yo fuera a quitarle la droga mientras él esperaba en el coche, porque a él lo conocía. Yo le dije que no y que si estaba loco", explicó el presunto homicida. "Empezamos a pelearnos a puñetazos. Él estaba a gustito, porque había tomado alcohol y pastillas, y agresivo. Yo no quería ir a Coria, pero él sacó el arma del coche y me encañonó. Quise quitársela y el arma se disparó sola, no tenía puesto el seguro ni nada. Yo tiré del arma hacia mí, él la tenía agarrada, yo la levanté para arriba y se le disparó para él", añadió.

Cuando sonó el disparo, varios vecinos de los bloques cercanos salieron a la calle para ver qué había ocurrido. Algunos aseguraron después que vieron al acusado arrastrar el cuerpo del fallecido. "En ningún momento tuve la intención de matar a mi tío. Quería llevarlo al hospital, pero todos los gitanos que salían de los bloques me decían 'vete, vete, que te van a matar' y me metían miedo. Me temblaba todo el cuerpo", aseguró Francisco Javier J.V.

El procesado en efecto huyó, supuestamente presa del miedo porque además tiene "cuatro hijos chicos", y emprendió rumbo a Dos Hermanas, donde vivía un amigo suyo al que pidió que lo alojara durante unos días. "Le dije que me había peleado con mi mujer", respondió al respecto. "Estuve oculto porque su hermano [el de la víctima] me estaba buscando y había puesto precio a mi cabeza", agregó. Tardó unos dos meses en ser detenido por la Policía Nacional.

Calificaciones definitivas

En sus calificaciones provisionales, la Fiscalía pedía quince años de cárcel para el acusado por un delito de homicidio (catorce años) y otro de tenencia ilícita de arma (un año), mientras que la acusación particular ejercida por la familia del Vaca solicitaba veinte años y nueve meses porque ya encuadraba los hechos en un delito de asesinato. "La víctima medía 1,62, el disparo fue mucho más posible de arriba a abajo y de atrás hacia delante", argumentó el abogado en el trámite de las alegaciones previas para justificar por qué entiende que hubo alevosía.

Tras oír el veredicto, la Fiscalía modificó sus conclusiones y terminó pidiendo un total de dieciocho años de prisión: diecisiete por el asesinato (con la atenuante de reparación parcial del daño) y uno por la tenencia ilícita de armas. La familia del fallecido elevó a definitiva su petición de veinte años y nueve meses. Y la defensa, por último, no interesó pena alguna pero solicitó a la magistrada que tuviera en cuenta el depósito de esos 3.000 euros para resarcir a los familiares del Vaca.

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