El universo judicial de Sevilla critica que el Metro no llegue a la Ciudad de la Justicia hasta 2036: "Es un despropósito"

Jueces, fiscales, abogados y procuradores tildan de "fiasco" o "serio contratiempo" el replanteamiento de la Junta de Andalucía, que calcula que la línea 3 llegará a Palmas Altas dentro de once años

Los operadores jurídicos ven con preocupación lo que ocurrirá a partir de 2028, cuando ya estén en el nuevo complejo todos los juzgados y todas las secciones de la Audiencia Provincial

El consejero de Justicia: "Jueces, fiscales y abogados saben mucho de Derecho, pero no tienen por qué saber tanto de movilidad"

José Antonio Nieto charla con Reyes Vila y Álvaro Martín durante una visita reciente a la Ciudad de la Justicia.
José Antonio Nieto charla con Reyes Vila y Álvaro Martín durante una visita reciente a la Ciudad de la Justicia. / Juan Carlos Vázquez Osuna

El Metro no llegará a la Ciudad de la Justicia de Sevilla hasta 2036 como muy pronto, según el último cálculo efectuado por la Junta de Andalucía. En 2028, también de acuerdo con los planes de la Administración, estarán allí todos los juzgados, todas las secciones de la Audiencia y la Fiscalía. Eso significa que al menos durante ocho años, que no son precisamente pocos, un lugar al que diariamente acuden miles de profesionales y usuarios no dispondrá de una infraestructura que todos, incluido el Gobierno andaluz, señalan como “la solución definitiva” al problemón de movilidad de un complejo ubicado en mitad de ninguna parte. Ese anuncio, en un sector ya de por sí reacio a la mudanza, ha provocado la inevitable y unánime crítica de todos los operadores jurídicos, con conceptos como “despropósito”, “contratiempo” o “fiasco” para calificar esta especie de dilación indebida que por una vez en la vida es agravante y no atenuante.

Los jueces

“Ya hemos indicado muchas veces que el principal problema de la Ciudad de la Justicia es de comunicación. Es una ubicación muy alejada de donde se encuentra actualmente, muy lejana del centro de la ciudad, y que se demore tanto tiempo una infraestructura fundamental como el Metro es un contratiempo muy relevante”, apunta Álvaro Martín, presidente de la Audiencia Provincial de Sevilla.

“Hay que ser realistas, en esta ciudad los plazos van como van históricamente. Tenemos una línea de Metro, se está ejecutando ahora la mitad de la línea 3 y llevan el tiempo que llevan para su ejecución. Cinco años me parecía una cosa asumible y razonable [el primer plan pasaba por el horizonte de 2030], pero once años son muchos años y en once años pueden pasar muchas cosas”, advierte. “La Junta tiene perfecto conocimiento de cuál es nuestra postura sobre esta infraestructura que para nosotros desde luego es crítica y fundamental”, finaliza.

Reyes Vila, decana de los jueces de Sevilla, coincide en que el sector afronta “un auténtico problema”. “Ya tenemos un déficit gravísimo para acceder a la Ciudad de la Justicia, y más que lo vamos a sufrir desde noviembre con los juzgados de Primera Instancia. Entonces ya habrá allí 47 órganos judiciales, casi la mitad del total. Eso mueve muchísimas personas”, anticipa.

La decana ha recibido de Tussam el compromiso de que la lanzadera creada hace un par de años, la CJ, incrementará el servicio, pero... “Es insuficiente. Y si considero que es insuficiente a día de hoy, entiendo que cuando ya esté allí la totalidad de la Ciudad de la Justicia va a ser muy, muy, muy, muy insuficiente”, augura. Ella misma ha planteado al Ayuntamiento la opción de que “otras líneas distintas aledañas a la zona” puedan ser “derivadas” para llegar allí “desde otros puntos de la ciudad”, en especial Santa Justa.

“La Ciudad de la Justicia a día de hoy no está integrada en la ciudad y el acceso es fundamentalmente a través de la SE-30, con el cuello de botella que supone en las horas punta. Parecía que ese problema se iba a paliar con el Metro, pero si ahora se nos dice que la obra se difiere en un plazo seis años, y probablemente será difícil que termine en seis años, como todas las obras, la situación se plantea como bastante preocupante. Esperemos que se pueda reconducir y que haya nuevos plazos”, desea.

Vila echa de menos aquel tope inicial de 2030. “Podíamos estar un par de años paliando esa situación, pero ya son ocho años más. Me parece que habría que hacer un sobreesfuerzo por parte de las Administraciones para que se agilizara ese plazo”, insiste la decana, que ya en su día confesó que Palmas Altas no le convencía demasiado. “No es una reticencia, es una realidad porque hay un déficit de movilidad. No es una pataleta ni una incomodidad, es una disfunción y un problema que habrá que atajar de alguna manera. Es evidente que no es la mejor ubicación. El Metro salvaba ese problema de movilidad, pero si no existe el Metro volvemos a tener el mismo problema de movilidad porque el complejo está enclavado en la encrucijada de salida de la ciudad y la conexión con la SE-30”, reitera.

Los fiscales

El fiscal jefe de Sevilla, Luis Fernández Arévalo, ahonda en los contras de 2036. “Supone un contratiempo muy serio para la actuación normal de la Administración de Justicia una vez que culmine todo el proceso de traslado de los juzgados, la Audiencia y la Fiscalía”, contesta en primer lugar. “En las áreas contencioso-administrativa y mercantil [ya instaladas allí] no hay demasiados testigos, pero para 2028 o 2029 está previsto que estén las jurisdicciones social y penal, que movilizan muchísimos testigos. Eso puede ocasionar unas distorsiones brutales, en la medida en que el simple retraso de una persona puede conllevar suspensiones de múltiples juicios”, cuenta.

“2030 como fecha prevista en principio podía ser una fecha realista para la llegada del Metro, aunque ya iría con retraso. Si llega en 2036, la valoración es que puede ser demoledor y generará unas distorsiones gravísimas en los señalamientos”, continúa. “Se había barajado utilizar medios ferroviarios próximos en la zona del Puerto, pero las líneas de autobuses no van a dar abasto para la remesa de testigos que tienen que acudir a los juicios. No hablo ya ni de profesionales, sino de la avalancha de testigos que mueven las jurisdicciones social y penal”, finaliza.

Los procuradores

Desde el Colegio de Procuradores de Sevilla, más de lo mismo. “Es un varapalo, un fiasco, casi un despropósito”, denuncia la decana, Teresa Rodríguez Linares. “Cuando nos informaron de que llegaría en 2030, creo que en el fondo éramos conscientes de que no iba a ser así porque no es viable, pero aun así les dimos un voto de confianza porque se comprometieron. Sin embargo, cómo te quedas cuando lees que lo que se propone es que llegue en 2036... Y el miedo es: ¿será en 2036 o en 2040?”, se pregunta.

“Ahora hay una línea de autobús, pero no es suficiente. La zona donde actualmente están los juzgados tiene una conexión extraordinaria con el Metro, el Cercanías, otras líneas de autobús… Palmas Altas no la tiene. Venimos de estar en una zona privilegiada, así que vamos a pasar de tenerlo todo en cuanto a transporte público a tener sólo una línea de autobús”, protesta. “No es la mejor manera de convencer a los profesionales”, asiente también la decana. “No dudo de que la Ciudad de la Justicia sea un ejemplo en el futuro, pero hoy en día deja mucho que desear. No tiene sentido, no puedes hacerla fuera del centro sin tener un Metro o un Cercanías”, agrega. “Y serían ocho años sin Metro desde que estén todos los juzgados. Un poquito caótico...”, sentencia.

Los abogados

El Colegio de Abogados de Sevilla no desentona y califica como “muy preocupante” que el Metro “se posponga hasta 2036”. “Resulta difícil entender que una infraestructura esencial para garantizar la accesibilidad y la movilidad de miles de ciudadanos y profesionales se demore más de una década”, dice el decano, Óscar Fernández León.

“La modernización de la Justicia no puede ir desligada de unas comunicaciones adecuadas, por lo que instamos a las administraciones a replantear los plazos y asumir un compromiso real y decidido para que esta conexión sea una prioridad”, reclama.

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