La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla tiene señalado para este jueves el inicio del juicio contra Juan Carlos M.H., un comercial de un concesionario de coches que pasó de empleado estrella a empleado estrellado, despedido y denunciado por estafar a su empresa y a sus clientes. La Fiscalía pide una condena de seis años de cárcel y le atribuye hasta una treintena de engaños, aunque la cifra se les queda corta a la acusación pública y al propio concesionario, que vincula a su ex con otras "irregularidades en operaciones comerciales no aclaradas".

En su escrito de calificación, el fiscal relata que el encausado fue contratado en mayo de 2006 como comercial por tiempo indefinido en MMC Centro Automoción Sevilla, en el polígono industrial de la Carretera Amarilla (Parque Empresarial PICA). Al principio lo hizo tan bien que sus jefes lo designaron como "el mejor vendedor del concesionario" durante varios años. Esa "valoración excesiva" y esa confianza, sin embargo, se volvieron en contra de la empresa porque la supervisión degeneró en "dejación de control en todos los órdenes" de las operaciones en que intervenía el comercial.

En vista de que estaba desatado de manos y que podía actuar a su libre albedrío, a pesar de que en teoría no estaba autorizado a vender vehículos nuevos ni usados, Juan Carlos M.H. se valió del sistema Flexiplan, o 'plan elige', para "puentear" al concesionario y participar en esas transacciones. ¿Cómo? "Se apropiaba de los vehículos y los desviaba a terceras empresas dedicadas a la compraventa de vehículos de segunda mano", explica la Fiscalía. Después hacía suyo el importe y simulaba ante esas sociedades que operaba en nombre de su concesionario, hasta el punto de que les extendía recibís con el membrete y los sellos oficiales de MMC.

El sistema Flexiplan es una modalidad de 'leasing' por la que el cliente adquiere un vehículo y entrega una entrega inicial cuya cuantía depende del precio total. La financiera aporta el importe restante y el comprador está obligado a abonar cuotas mensuales durante dos años. Después puede optar entre quedarse con el vehículo pagando lo que le quede; adquirirlo pero con reserva de dominio de la financiera; o conseguir un nuevo vehículo con una nueva financiación y entregar el anterior al concesionario, que se lo queda pagando un valor residual.

Su función, en teoría, sólo era captar clientes y gestionar el 'leasing' con la financiera

De acuerdo con esta operativa, MMC era un simple intermediario que obtenía una comisión por el 'leasing' y la función del comercial se limitaba a captar clientes y gestionar la venta con la financiera, sin más. Pero Juan Carlos M.H., aprovechándose de esa confianza de sus superiores, presuntamente "se hizo con numerosos vehículos" durante dos años y los enajenó a terceros.

Para evitar los problemas que surgían cuando el cliente no compraba el coche y no pagaba esa cuota residual, añade la Fiscalía, "concertaba una nueva operación crediticia a nombre del cliente bien simulando su firma bien realizando otras maquinaciones con engaño durante los trámites de adquisición del nuevo vehículo", con lo que conseguía aparentar que el comprador había intervenido y sellado unas operaciones financieras que en el fondo "nunca habrían suscrito o autorizado".

Por estas "artimañas", el Ministerio Público acusa a Juan Carlos M.H. de un delito continuado de estafa y otro también continuado de falsedad en documento mercantil y solicita que se le impongan seis años de prisión. El acusado, por cierto, fue despedido a finales de marzo de 2010 "por abuso de confianza y transgresión de la buena fe contractual" y el concesionario se querelló un mes y medio después. Así que el juicio, cosas de la Justicia, se va a celebrar la friolera de doce años después.