Agresión sexual

La víctima del depredador sexual se presionó una herida para quedar inconsciente y provocar su huida

  • El detenido ha declarado a la Policía que actuó guiado por unas supuestas "voces internas" que le dijeron que viniera desde Córdoba a Sevilla y le señalaron a la víctima

La detención del violador y el cuchillo empleado.

La detención del violador y el cuchillo empleado. / Emergencias Sevilla

La víctima de Fernando Gallardo Sánchez, el depredador sexual detenido el pasado miércoles en Sevilla por la violación de una joven en su casa de Triana, se presionó una herida que tenía en la mano -fruto del forcejeo con el agresor, que la amenazó con una navaja- para provocar que le saliera más sangre, todo ello con la finalidad de quedar inconsciente y provocar la huida del violador.

Fuentes de la investigación indicaron a este periódico que la mujer, que estaba sangrando por la mano debido a las heridas provocadas en el forcejeo inicial con el agresor, se presionó la herida de la mano para provocar un mayor sangrado con la finalidad de quedar inconsciente y fue en ese momento cuando el depredador sexual, al ver que la mujer se quedaba en la cama inconsciente, se vistió y se marchó de la vivienda.

Fernando Gallardo Sánchez, pasó ayer a disposición del juzgado de guardia, donde se acogió a su derecho a no declarar, si bien previamente sí que había declarado ante la Policía, reconociendo parcialmente los hechos. El detenido afirmó que escogió a la chica porque así se lo dijeron unas "voces internas" que no sólo le indicaron que viniera a Sevilla, sino que le señalaron incluso a su víctima. Esto es lo que contó el detenido al ser examinado por el médico forense, a quien manifestó además que está tomando un tratamiento farmacológico compatible con una patología mental, en concreto, con una esquizofrenia paranoide.

En su comparecencia ante la juez de Guardia, el detenido se acogió a su derecho a no declarar, y la juez lo envió a prisión imputado por cinco delitos: dos delitos de agresión sexual con violencia e intimidación y uso de armas, detención ilegal, lesiones y robo con violencia e intimidación.

El presunto autor de la violación relató que fueron esas "voces internas" las que le dijeron que se desplazara desde su localidad de residencia, en Villanueva del Arzobispo (Jaén), hasta Córdoba, pero una vez en esta ciudad, esas mismas voces le dijeron que no actuara y se trasladara hasta Sevilla. Ya en la capital hispalense, según la versión que ha mantenido el detenido, estuvo deambulando sin tener una víctima clara hasta que, insistió el investigado, esas supuestas voces le señalaron a la víctima de Triana, a la que siguió y violó en su casa.

El forense de los juzgados determinó que Fernando Gallardo, de 57 años, estaba en condiciones de prestar declaración ante la juez de Guardia, aunque finalmente se acogió a su derecho a no declarar en esta comparecencia.

En su declaración ante la Policía, el individuo sí reconoció los hechos, que siguió a la víctima por indicación de esas "voces internas" e incluso la intimidó con la navaja para entrar en su casa, si bien sostuvo que las relaciones sexuales que mantuvo con la chica fueron consentidas por ésta.

Frente a la versión parcialmente exculpatoria del sospechoso, la mujer ha corroborado las agresiones sexuales que sufrió durante las casi cuatro horas en las que fue retenida en su vivienda y que fueron recogidas por la juez en la imputación formal de los hechos que se le hizo al detenido tras su puesta a disposición judicial.

De acuerdo con la investigación policial y el testimonio de la víctima, que la juez considera "persistente y firme", Fernando Gallardo Sánchez la abordó sobre las 21:00 horas del pasado miércoles, 29 de enero, cuando la mujer llegaba al portal de su vivienda, en la barriada de Triana. El agresor, que había cumplido una condena por otro delito de agresión sexual, le colocó una navaja al cuello y la obligó a entrar en el domicilio.

La víctima intentó arrebatarle sin éxito el arma, forcejeando con el individuo y sufriendo por ello cortes en una mano. Dentro del domicilio, el individuo le quitó las llaves de la casa y cerró por dentro para evitar que la mujer pudiera huir o pedir auxilio.

Después le quitó el bolso, quitándole el teléfono móvil y unos 70 euros en efectivo. Y acto seguido, la desnudó y la agredió sexualmente.

Tras presionarse su herida para quedar inconsciente y hacer huir a su agresor, la mujer pidió entonces ayuda a los vecinos y la Policía Local se personó en el domicilio, sobre la una menos cuarto de la madrugada, poniendo fin a un secuestro y a una agresión sexual que se prolongó por espacio de casi cuatro horas. Fernando Gallardo fue detenido por agentes de la Policía Local poco después, sobre las cuatro menos cuarto de la madrugada, en las inmediaciones de la Plaza de Armas, junto a una parada de autobús. Llevaba encima el arma empleada para intimidar a la víctima y 75,20 euros. La descripción que ofreció la víctima sobre las características físicas del sospechoso fue clave para su arresto.

Tras acogerse ayer a su derecho a no declarar, la Fiscalía de Sevilla reclamó el ingreso en prisión provisional del depredador sexual, al que atribuyó los mismos delitos por los que la juez ha acordado su ingreso en prisión.

La juez decidió su encarcelamiento para evitar la reiteración delictiva, dado que Fernando Gallardo ha pasado 26 años en prisión, 20 de ellos por otra agresión sexual. La última vez que ingresó en un centro penitenciario lo hizo el 16 de octubre de 1998 y no salió hasta el mismo mes de 2018. Antes había pasado otros cinco años en la cárcel por una condena por un robo y unos meses más en preventivo a mediados de los años ochenta, por una agresión sexual ocurrida en Córdoba por la que fue detenido y encarcelado pero de la que luego resultó absuelto.

En el auto, la juez señala que sus antecedentes penales y la ausencia de actividad laboral alguna y de arraigo socio-familiar, determinan que el riesgo de reiteración delictiva sea "muy elevado" en este caso.

También argumenta para acordar la medida de prisión la protección de la víctima, y evitar que el individuo pueda influir en el testimonio de la mujer, además de que quedan por practicar algunas pruebas y conocer el resultado de los análisis de las muestras recogidas en el domicilio de la víctima.

De hecho, la Policía no descarta que se hayan producido otros intentos de violación anteriores, , ya que el agresor lleva fuera de la cárcel aproximadamente año y medio, por lo que la Policía ha difundido incluso un retrato robot, aunque con el rostro difuminado, y algunos datos físicos característicos del sospechoso.

La investigación del caso corresponderá al juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla, que estaba de guardia cuando se produjo la violación.

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