El camino a la Abogacía
La situación de los jóvenes abogados
Los jóvenes abogados se encuentran con un panorama bastante diferente al que los veteranos se enfrentaron cuando comenzaron el ejercicio de la profesión
Cuando se termina la carrera de Derecho comienza la verdadera elección. Una cosa es ser graduado universitario y otra comenzar a ejercer como abogado. Para aquellos a los que la vocación les llama hacia la toga y los Juzgados, además de la carrera deben estudiar un máster en Abogacía y aprobar una prueba del Ministerio de Justicia que garantice su certificación como abogados.
Con esta evaluación de la aptitud profesional para acceso a las profesiones de Abogado y de Procurador “se hizo realidad una de las reivindicaciones históricas de los abogados, el tener una prueba específica para poder ejercer la profesión”, afirma José Joaquín Gallardo, decano del Colegio de Abogados de Sevilla. "La Ley de 2006 y el Reglamento del año 2011 supuso un cambio importante que ha redundado en un mayor servicio al ciudadano".
Una vez aprobada esta prueba, el joven se puede incorporar al Colegio Profesional de Abogados y dedicarse a la rama que más le interese, después de un camino de estudio y esfuerzo.“Eso es lo difícil y apasionante de esta profesión”,explica el decano.
Conocer la profesión y sus dificultades
Óscar Fernández León es un abogado que dedica parte de su tiempo en conferencias y charlas para , en cierto modo, orientar a los nuevos abogados a la hora de comenzar el ejercicio de la profesión.
El socio director de León Olarte Abogados destaca varios pasos que todo nuevo letrado debe tener en cuenta a la hora de sumergirse en el mercado laboral.
En primer lugar, y como cualquiera antes de lanzarse a la piscina, lo primer es comprobar que, por lo menos tiene agua. “ Es necesario que antes de decidir si incorporarse a un despacho o montar un bufete con otros compañeros, conocer la dificultad en una profesión donde hay muchos compañeros, con una competencia dura que se ha traducido en un descenso sin precedentes en los honorarios y en una clientela que tiene muchas posibilidades de cambiar”, asegura Fernández León.
La importancia de la vocación
Este conocimiento del mundo laboral les llevará a ajustar las expectativas a la realidad en un viaje empresarial donde el mejor motor va a ser siempre la vocación. “Es algo que va creciendo a medida que va conociendo la profesión”, señala.
Pero la vocación va más allá de disfrutar con la profesión. Óscar Fernández explica que sólo conociendo la abogacía desde dentro, sus dificultades, "se puede tener una verdadera vocación".
Humildad y formación
Si hay un secreto para mantenerse y seguir con una trayectoria ese es la formación y la humildad. Los abogados están en un permanente proceso de adaptación a nuevos conocimientos. Una de las mejores formas de aprender es acudiendo a un profesional veterano para solucionar las posibles dudas.
Redes sociales
En un mundo con gran competencia, manejar las Redes Sociales y crear una marca con prestigio digital es un rasgo diferenciador. Cada vez los clientes acuden más a través de internet.
Conocer a los operadores jurídicos
Es importante mantener buena relación con jueces, fiscales, abogados, registradores, notarios, etc. Hay que conocer y ser conocidos en el mundo jurídico.
Cuidar la empresa
El despacho es el negocio de los abogados y hay que cuidarlo en todas sus vertientes. Tan importante es el plano empresarial (económicamente saneado, tener recursos para obtener los objetivos, etc.) como el del cliente.
Los clientes son el verdadero tesoro de la Abogacía y quien da o quita el prestigio al bufete. Aquí tiene mucha importante la parte de humanidad de la profesión y la gestión emocional del trabajo.
Cada caso es diferente porque las personas son distintas. "Es importante el plano psicológico del despacho y liberar a quien llega del problema que trae", asegura Fernández León. Este punto es clave para fidelizar al cliente.
La conciliación como novedad
Los nuevos abogados están más preocupados por conciliar la vida familiar y laboral para conseguir trabajar con mejores condiciones que sus antecesores. Esto ha contribuido al asociacionismo, algo que repercute en la formación de los miembros de estas organizaciones. "Comparten conocimientos y experiencia, contribuyendo a crear un colectivo capaz de hacerse oír dentro de la sociedad", afirma Fernández León.
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