A Séneca se le atribuye la frase: "Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía". El libro de Juan Mora-Sanguineti, economista titulado del Banco de España y abogado señala otro aspecto negativo del colapso judicial: el económico. En La factura de la injusticia, Mora-Sanguinetti, demuestra cómo afecta a los bolsillos de todos la alta tasa de litigiosidad y demuestra que a pesar de que existe la impresion de que la Justicia en España funcona mal, en realidad esta administración está en la media de los países europeos de nuestro entorno.

-¿Cuánto nos cuesta a todos la justicia lenta?

-Tener una justicia que potencialmente no funcione todo lo bien que debería tiene unos altos costes para la sociedad. Todo esto importa incluso a los que nunca han litigado porque hay  implicaciones muy importantes para el desarrollo económico y para el bolsillo diario de las personas. Son situaciones más cercanas a los ciudadanos de lo parece porque un solo punto de congestión judicial implica perder miles de viviendas en alquiler.

El premio nobel Douglass North decía que en el muy largo plazo, y hablamos de siglos, el principal factor para que unas sociedades se desarrollen y otras se queden atrás es su fiabilidad, su seguridad jurídica. Al fin y al cabo es el marco institucional, como ocurre con la justicia, lo que permite dar esa seguridad. Es decir, hay una garantía para ejecutar las normas y los contratos. Muchísimas situaciones son reflejo concreto de esto pero uno de los más claros es el de las viiviendas en alquiler. En la relación entre inquilino y propietario  la seguridad y confianza en que hay garantía de cumplimento de contratos alquilará o venderá el domicilio, si existe la posibilidad de que el incumplimiento de contratos no tenga ninguna consecuencia, la persona preferería dejar la vivienda sin habitar porque piensa que no va a contar con protección legal. 

-¿Y cómo se llega a esta confianza y seguridad?

-Es fundamental que las partes se sientan protegidos por el sistema judicial. En esta reflexión se relaciona históricamente las tasas de alquiler y venta en España con respecto a la capacidad de solución de congestión del sistema judicial en cada lugar de España.Comprobamos que donde el sistema judicial funciona mejor, en otras palabras, puede defender mejor los buenos intereses y las buenas expectativas de las partes; es decir, puede generar una confianza en el sistema, hay más viviendas en alquiler.

La clave es la seguridad jurídica, en otras palabras, la confianza y estabilidad que dota a la sociedad y al mercado que el sistema judicial funcione bien. Que si tienes un problema, la justicia va a estar ahí para defenderte de forma rápida y certera.

-¿Hay confianza de los ciudadanos en la Justicia?

-En el debate social se habla mal de la justicia, pero cuando uno mira los datos con metodología fiable, la Justicia española está en la media internacional. No estoy diciendo que la media sea buena, pero no es cierto que estemos peor que todos los países de nuestro entorno. Ahora bien, es cierto que las regiones más pobladas como Andalucía tienen sistemas judiciales más congestionados que la media.

-Las regiones más industrializadas suelen ser menos litigiosas. Andalucía está siempre entre las regiones con la tasa más alta. ¿Está relacionada la economía con los asuntos que llegan a los tribunales?

-Son problemas endógenos.Si tienes poca industria, más servicios o agricultura, generas más litigación, si generas más litigación y más congestión judicial es más difícil que enraíce la industria. Como poca industria, hay litigación. Tienes una región con el potencial de Andalucía, que tiene de base más sector servicios y agricultura y es muy litigiosa. Esta situación congestiona el sistema judicial, que a su vez impide que enraíce la industria.

-Una vez analizadas las causas, ¿cómo se resuelve esta situación?

-Los datos y el análisis estadísitico indican que las sociedades que relativamente están más basadas en la industria son sociedades menos litigiosas y, por tanto menos dadas a generar congestión en el sistema judicial. Estadísticamente están más expuestas a generar una justicia rápida.

Cuando la justicia en una región o país está más congestionada, es más ineficaz, es más lenta y estadísticamente se relaciona con empresas más pequeñas, menor emprendimiento, inseguridad jurídica y, por tanto menor tasa de alquiler, y esto afecta por supuesto a la movilidad de los trabajadores.La justicia congestionada, lenta e ineficaz tiene un reflejo evidente en la economía y en el bolsillo de los ciudadanos, en su vida diaria. En aquellos lugares de España donde la Justicia está menos congestionada, las empresas invierten más.

-Casi todos los expertos auguran que el colapso será peor cuando empiecen a llegar a los tribinales asuntos laborales por la pandemia.

-En general, en las recesiones se litiga más porque se rompen más contratos y lleva a un sistema judicial más congestionado e ineficaz. No son buenas noticias. España durante la gran recesión de 2008 a 2013 fue una de las economias más litigiosas del planeta hasta el punto que estuvo entre las cuatro economías más litigiosas del mundo.Ni el sistema judicial mejor dotado, con las personas más dispuesa puede copar con esto. Es un tsunami. Litigar es derecho fundamental, pero como dicen los ingleses, puede ser "demasiado de lo bueno" .

-En La factura de la injusticia aboga por la estadística judicial o la jurimetría para aplicar nuevas técnicas de gestión. ¿Cómo se podría hacer?

-Tenemos unas magníficas estadísticas judiciales. Cuando trabajé en París, constaté que España tiene de las mejores estadísticas judiciales del mundo. Todo es mejorable, pero estamos muy bien con este trabajo realizado por el CGPJ.  Ahora bien, una cosa es que exista y otra  que se utilice y desarrolle más.La jurimetría es una buena herramienta para  aplicar nuevas técnicas de gestión que se ha constatado a nivel internaional que ayudan a reducir la congestión y aumentar la productividad del sistema judicial. Por ejemplo, se puede indentificar los datos que previsiblemente más problemáticos y pueden colapsar un órgano judicial.