Fue durante más de cinco años la sombra de la juez Mercedes Alaya, a la que escoltaba cada día a los juzgados de Sevilla, después de que la magistrada que por entonces instruía las macrocausas recibiera insultos y amenazas de un grupo de sindicalistas. José López Domínguez, Pepín, se jubila este domingo de la Policía Nacional, al haber cumplido los 65 años de edad.

Hijo de militar, el veterano agente fue caballero legionario antes de ingresar hace más de 40 años en el Cuerpo Nacional de Policía, donde recibió de sus compañeros el cariñoso apodo de "Chuck Norris" por su extraordinario parecido físico con el actor estadounidense Carlos Ray Norris, campeón mundial de karate y que en la década de los años 80 interpretó al coronel James Braddock, en la popular saga "Desaparecido en combate", entre otras producciones de éxito de la época.

A Pepín también le atraían las artes marciales y el deporte, y su parecido con el actor era mayor en su juventud. Su imagen se hizo popular como escolta de Alaya, a la que no sólo acompañaba a los juzgados, sino cuando acudía a dar una conferencia o a cualquier otro acto. Detrás de la célebre juez, siempre se veía al agente, que ocultaba su rostro con las clásicas gafas de sol tan frecuentes entre los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y que no dejan lugar a dudas sobre su profesión.

Antes de haber ejercido de escolta de Alaya, el policía también realizó labores similares para dirigentes políticos y altos cargos, entre ellos varios delegados del Gobierno en Andalucía. Durante años también estuvo adscrito al servicio de conducciones de los juzgados de Sevilla, que se encargan del traslado hasta las sedes judiciales de los detenidos.

También estuvo una temporada adscrito al servicio de seguridad de la embajada de España en Rabat  (Marruecos).

El agente cuando se diplomó en Pscografología.

Antes de jubilarse, José López Domínguez se diplomó por la Universidad de Sevilla en la especialidad de Psicografología, en febrero de 2017. La propia juez Mercedes Alaya fue la encargada de hacerle entrega del título universitario.

Sus compañeros le recuerdan como un policía de raza, operativo, que ha preferido siempre la calle a los despachos. De hecho, ha estado "en la calle hasta el último día" y aunque podía haberse jubilado antes por sus más de cuatro décadas de servicio, Pepín ha esperado hasta cumplir los 65 años.

Los que han compartido horas de servicio con él comentan que ha sido un buen funcionario y sobre todo un extraordinario compañero. "Nunca ha tenido problemas con nadie, ni con los compañeros ni con sus superiores", ha asegurado a este periódico un compañero del Chuck Norris de la Policía.