Igualdad

El difícil lenguaje inclusivo judicial

  • Las juezas, abogadas y procuradoras siguen designadas con nombres masculinos

La sentencia del caso Mercasevilla con dos ejemplos de discriminación de las abogadas y procuradoras

La sentencia del caso Mercasevilla con dos ejemplos de discriminación de las abogadas y procuradoras

El lenguaje inclusivo avanza lentamente en las resoluciones judiciales que se dictan en Sevilla: muchas juezas se siguen designando a sí mismas como “magistrado-juez”, las sentencias de la Audiencia y del TSJA hablan de salas “compuestas por los citados magistrados”, aunque la mayoría de sus integrantes sean mujeres, y la mayoría de los escritos de la Fiscalía comienzan y terminan con la expresión “El fiscal” pese a estar firmados por una fiscal.

El primer problema surge en los propios actos procesales: en un juicio en la Audiencia, las partes se dirigen a los “señores magistrados” en lugar de hacerlo a “la sala” o “al tribunal” y se refieren “al fiscal” pese a que lo que tienen enfrente sea a todas luces una señora fiscal (o fiscala, término que parece aún más remoto de generalizarse).

Donde resulta más llamativa la exclusión del femenino es en el encabezamiento de las resoluciones judiciales. En todas las salas colegidas de la Audiencia se sigue manteniendo la cabecera de “Magistrados Ilmos. Srs.” incluso cuando la mayoría de sus integrantes son magistradas. Y a continuación el auto o sentencia persiste en la distinción: “La Sección XX de la Audiencia Provincial de Sevilla, compuesta por los citados Magistrados, ha visto en juicio oral y público…”.

Esa discriminación solo ha sido superada cuando las tres magistradas de la Sala son mujeres y ya se habla de “Ilmas. Sras. Magistradas”.

La jueza que es "Magistrado-Juez"

Todavía quedan en Sevilla juezas de juzgados unipersonales -sobre todo en lo penal y contencioso- que empiezan sus sentencias con su nombre, seguido de “Magistrado-Juez del Juzgado de lo Penal XX”. Hay algunas, por contra, que han feminizado hasta la abreviatura de “sustituta” y se identifican como “Magistrada-Juez Stta. del Juzgado de lo Penal XX”.

Pero queda mucho que recorrer hasta la reformulación total del lenguaje jurídico en términos inclusivos. El masculino genérico -que desaconsejan los expertos- persiste cuando se cita a las partes personadas como “Procurador” y “Letrado” aunque a continuación se nombre a una procuradora y letrada. 

La discriminación es generalizada, posiblemente  por inercia, en los encabezamientos, pies y plantillas de las sentencias, que según los expertos son las normas jurídicas más cercanas a la ciudadanía y en las que debería extremarse la precaución. Es frecuente que la Publicación de una sentencia dictada por una magistrada se exprese en los siguientes términos: “la presente sentencia ha sido publicada por el magistrado ponente en el día de hoy, de lo que yo, el Letrado de la Administración de Justicia, doy fe”.

Sentencia de la Audiencia con sus tres magistradas identificadas en masculino Sentencia de la Audiencia con sus tres magistradas identificadas en masculino

Sentencia de la Audiencia con sus tres magistradas identificadas en masculino

En el cuerpo de las resoluciones dictadas en Sevilla se observa un uso correcto de los genéricos (“la representación procesal, el tribunal ha escuchado, hemos podido ver…”) e incluso se aprecia una discriminación hacia el género masculino en ciertas expresiones peyorativas en las que se habla genéricamente de “los sujetos implicados en hechos delictivos” en lugar de “las personas”. También se lee a menudo “requiérase a los acusados” aunque sean mujeres. 

La nomenclatura sexista ha cambiado en el Tribunal Supremo, que desde hace un tiempo inicia sus sentencias con la identificación: “Excmos. Sres. y Excmas. Sras.” o -cuando hay una sola magistrada- “Excmos. Sres. y Excma. Sra.” También en algunas salas del TSJA en Sevilla se va observando una tendencia a enumerar por separado al magistrado como “Iltmo. Sr.” y a sus compañeras como “Iltmas. Sras.”, aunque a continuación persistan en el masculino genérico con la frase de que la sala está compuesta “por los Ilmos. Sres. citados al margen”.

Una Fiscalía solo con fiscales masculinos

En Sevilla, todavía muchos de los escritos de la Fiscalía redactados por una fiscal empiezan con la expresión “El fiscal, en el procedimiento….”. En el capítulo de medidas a adoptar, añade “El fiscal interesa se notifique a los imputados el auto de incoación de procedimiento abreviado”, pide pruebas diciendo “el fiscal, para el acto del juicio oral, propone valerse de las siguientes pruebas”, para finalmente firmar como “El fiscal” y el nombre de una mujer.

Y ello pese a disponer de un apelativo neutro propio como es el de Fiscalía o Ministerio Fiscal. 

La promoción del lenguaje inclusivo es una de las aspiraciones del Manual de Estilo del Ministerio Fiscal, que contiene unas “directrices mínimas” entre las cuales se encuentra referirse al colectivo como la Fiscalía o la carrera fiscal y priorizar expresiones como “jefatura” en  lugar de “fiscal jefe”. 

La fiscal general del Estado, Dolores Delgado, ha mostrado una implicación personal en el tema y en una entrevista divulgada en marzo de 2020, con motivo del Día de la Mujer, volvió a pedir una nomenclatura  no sexista en el ámbito judicial “porque el actual lenguaje jurídico proviene de cuando las mujeres no contaban más allá del ámbito doméstico”.

La Comisión de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial puso el dedo en la llaga en uno de sus informes, al describir así los principales rasgos del lenguaje sexista en el ámbito de la judicatura: “la identificación de las mujeres a través de los hombres en la designación de cargos y la proliferación de expresiones innecesarias que llevan a un uso excesivo del masculino”.

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