Pleno de investidura

¡Menuda bulla en el Salón Colón para el alcalde de Ocnos!

  • Tres ministras, pero sólo dos ex alcaldes. Guiños reiterados a la Iglesia, la memoria histórica y el futuro en un discurso con ambiciones para más de año y medio

Antonio Muñoz

Antonio Muñoz / Antonio Pizarro (Sevilla)

Tres ministras en el redondel. Pilar Llop, María Jesús Montero y Reyes Maroto. Tres ministras para avalar al nuevo alcalde, el Varofaukis de la Alameda, el favorito de Espadas, el niño bonito de la prensa hispalense, el incombustible Antonio Muñoz. Tres ministras pero solo dos ex alcaldes. Los empresarios, periodistas y banqueros llenaron el Salón Colón. Cómo no, estuvieron el teniente general, José Rodríguez; el arzobispo Saiz y el presidente del Consejo de Cofradías, Francisco Vélez. ¡Menuda bulla en un estancia para 160 personas! Hasta el ex vicepresidente Alfonso Guerra. Dicen que había 300 invitados. Menos mal que estaban los ventanales abiertos. Al término faltaba que los de protocolo dijeran eso tan sevillano mientras empujaban levemente al personal: "¡Señores, vamos a colaborar con la hermandad, por favor, avancen que las ministras tienen que coger el AVE!". La primera bulla del año, ironías del destino, la provocó el nuevo alcalde. Ni distancias de seguridad ni mesura. La Sevilla novelera y oficial (el orden de los adjetivos no altera el resultado) no estaba dispuesta a renunciar a la silla institucional.

Antonio Muñoz saludó en primer lugar a Espadas. "Mi amigo Juan". Lógico. Le debe al cargo. Gratitud se llama. Se refirió a Juan Marín como vicepresidente primero de la Junta. Que sepamos sólo hay uno. Del Gobierno andaluz acudió la consejera sevillana Patricia del Pozo. Y de la Mesa del Congreso de los Diputados su vicepresidente primero, el eternamente alcaldable Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Muñoz nombró a todos los alcaldes de la Democracia. Un buen detalle. Elegancia se llama. En la bancada solo estaban Monteseirín, con el que Muñoz hizo un viaje a Alemania en coche, y por supuesto Espadas. "No estoy proponiendo la celebración de otra exposición universal", proclamó Muñoz, pero sí quiere usar la fecha de 1929 como estrategia de futuro. ¡Casi bastaría con no permitir más destrozos en la Avenida de la Palmera, una de las arterias que nos legó la Muestra Iberoamericana! Por cierto, el nuevo alcalde dio las gracias por su labor a Rafael Carmona, ex concejal del PA, militante del PP y actual presidente de la Autoridad Portuaria. Buen detalle de inicio el de reconocer a los escritores emergentes de la ciudad, como Daniel Ruiz, y la histórica vocación americana de Sevilla. Mejor, por cierto, que hubiera dicho Iberoamérica y no caer en la trampa de Latinoamérica. 

Muñoz con las tres ministras de España que asistieron al Pleno. Muñoz con las tres ministras de España que asistieron al Pleno.

Muñoz con las tres ministras de España que asistieron al Pleno. / Antonio Pizarro (Sevilla)

Muñoz prometió el cargo sin mascarilla. Minutos antes, la nueva edil socialista, Amelia Hernández Garrido, pidió permiso para hacerlo, pero Sonia Gaya, todavía alcaldesa y presidenta del Pleno, no le dejó. "Sevilla es Ocnos", proclamó el ya alcalde Muñoz. Bonito. "Sevilla te hace mejor persona". Esperanza se llama. Tuvo unas breves palabras de cariño a Fernando, "mi pareja". Citó a Amparo Rubiales y a Luis Rey, entre otros. El nuevo alcalde se comió el espacio tradicionalmente asignado a la derecha al entonar loas a las hermandades y a la Iglesia. Sabe que es camino inexcusable para su consolidación. Hizo levantar a Espadas de la primera fila para que recogiera una ovación, un gesto más de mítin del PSOE que de Pleno de investidura. Muñoz se refirió expresamente a los 94.000 sevillanos que viven en los barrios más pobres y degradados. Buenas intenciones y buen enfoque. Apeló a la cultura, la educación y el urbanismo como herramientas de transformación, un discurso para cuatro años, no sólo para poco más de uno. 

Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, se frotaba las manos antes del Pleno. Gel, mucho gel hidroalcohólico. Hablaba con José Luis García Palacios, presidente de Caja Rural. Muy próximos estaban el empresario Rosauro Varo, el catedrático Manuel Marchena, el humorista y empresario Manu Sánchez, el emprendedor Juan Martínez Barea, Carlos Rosado, el actor Antonio de la Torre, el compositor y empresario Manuel Marvizón, los hermanos mayores de la Macarena y la Esperanza de Triana, los periodistas Antonio Yélamo y Diego Suárez, Jaime Bretón, Francisco Herrero (el último mohícano), Miguel Rus y Carlos Aristu, entre muchísimos otros.

El nuevo alcalde es saludado por Alfonso Guerra. El nuevo alcalde es saludado por Alfonso Guerra.

El nuevo alcalde es saludado por Alfonso Guerra. / Antonio Pizarro (Sevilla)

José Luis Sanz, candidato a la Alcaldía del PP, estuvo hábil al conseguir cuota de pantalla desde la misma Plaza Nueva minutos antes del inicio del Pleno. No es concejal y debe esforzarse en dejarse ver y hacerse notar. Pero erró al no desearle suerte en lo político Antonio Muñoz. ¿Era necesario en un día marcado por el tono institucional? Se supone que si a Muñoz le va bien, a la ciudad y sus  vecinos debe irle también bien. Tal vez peque uno de ingenuidad. El senador Sanz tiene sobrada capacidad para guardar un tono institucional sin necesidad de incurrir en discursos facilones. 

La concejal no adscrita Susana Heredia pareció estar rellenando la hoja de afiliación al PSOE. Dos veces dijo que Muñoz había demostrado ser un gran gestor. No dudamos de la honradez ni de la capacidad de Antonio Muñoz, pero esos adjetivos grandilocuentes, tan dadivosos, son fácilmente cuestionables con hechos concretos. 

La nueva concejal del PSOE, señora Amelia Hernández, gozó de una despedida epistolar de la Plataforma 8 de Marzo: "A nuestra compañera Meli". Sus compañeras confían en que "seguirá combatiendo el heteropatriarcado". Cosas veredes, Sancho. Que no era sanchista. 

Cristina Peláez, portavoz de Vox, definió como "anomalía" el cambo de alcalde. Muñoz no fue cabeza de lista en 2019, claro. Y Espadas se ha ido por exigencias del guión autonómico del partido. 

Daniel González Rojas (IU) es un gran orador, pese al tuteo improcedente que en ocasiones emplea en el Salón Colón. Acertó al denunciar que Muñoz puede ser un alcalde "de marca" y "autocomplaciente con el poder". Lo hizo sin acritud. Susana Serrano (Adelante Sevilla) resultó demasiado entregada al PSOE en su discurso. 

Álvaro Pimentel, de Ciudadanos, fue el que saludó a las autoridades con mayor naturalidad sin perder solemnidad. Pimentel pide a voces ser integrado en la lista del PP ante el descalabro del partido naranja. Lo tiene todo para el PP, su espacio natural. El discurso de Pimentel fue el más pegado a la realidad. Enumeró problemas reales de la ciudad: la falta de conexión ferroviaria entre el aeropuerto y Santa Justa, la despersonalizacion del Centro, los ascensores que faltan en muchos bloques residenciales, la reforma pendiente en la estructura de la Gerencia de Urbanismo, llamada a ser el motor de la ciudad...

Juan de la Rosa, jefe de filas del PP municipal, se la dio a la salida a su tocayo Espadas al pedirle a Muñoz que no mantenga "la soberbia y el servilismo" de su antecesor. Y eso que mi Juan tenía el mejor concepto de Juan de la Rosa. Ya debe saber el ex alcalde que quien no la da la entrada, la da a la salida. ¿O es simplemente un pellizco de la política? El caballero de la Rosa tiene colmillos

Las medallas de los capitulares, por cierto, siguen siendo de hermandad pretenciosa de pueblo, con esos cordones que combinan el dorado con el carmesí. Forman parte de la herencia de mi Juan. Entre eso y los muebles de Ikea que nos dejó Espadas en el Salón Colón... ¡Y quitó la bancada de caoba! Detalles del pasado se llaman. Y como curiosidad, sí estuvo en el acto Fernando Zoido, el hijo del ex alcalde Sevilla.