El impresionante sótano del Parque de María Luisa de Sevilla

Una excavación que impresiona a los visitantes del Parque por excelencia de la ciudad. La obra de construcción del nuevo edificio que ocupará el solar del antiguo restaurante La Raza –siempre en el mejor imaginario colectivo de los sevillanos– avanza a una gran velocidad con la previsión de que el nuevo negocio se inaugure a mitad de 2024. El vacío contrasta con el mantenimiento de las dos torres cilíndricas y un cuerpo central, únicos restos originales del que fue Pabellón de Informaciones de la Exposición Iberoamericana de 1929. Todo lo demás ha sido derribado al tratarse de construcciones posteriores que, además, se ha considerado que desconfiguraban el proyecto original.

La gran excavación que se ha practicado obedece a una de las singularidades del proyecto: todas las instalaciones deben ir bajo tierra. De esa manera se evita el efecto visual de levantar una planta más y no se ensucia el paisaje del Parque de María Luisa con aparatos, antenas y dependencias varias. El proyecto, por su singularidad y su privilegiado emplazamiento, ha tenido que recibir los avales de la Delegación de Parques y Jardines del Ayuntamiento, el servicio de Patrimonio municipal, la Comisión de Patrimonio de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, el servicio de Medio Ambiente y la Gerencia Urbanismo.

La parcela y el edificio de la Raza son de propiedad municipal. La explotación hostelera ha sido adjudicada al Grupo Abades. Esta empresa obtuvo a principios de 2022 la licitación del negocio por un canon anual de 610.999 euros y un periodo de 16 años. Los autores del proyecto son los arquitectos Gonzalo Castro Fernández-Palacios y José Ramón Guerra del Moral. La estética del nuevo inmueble estará marcada por un gran comedor de cristal, la recreación de la gran pérgola original y, como ya se ha referido, la ausencia de instalaciones a la vista. Un diseño limpio que se inspira en el edificio original del 29 del que se ha recuperado la planimetría.

El gran comedor de cristal anexo no superará la altura del pabellón original y se retranqueará en sus fachadas este y oeste de los cerramientos del Parque de María Luisa lo máximo posible hasta formar un conjunto exento. La transparencia del nuevo pabellón de cristal permitirá la entrada de luz y la percepción del Parque de María Luisa desde el interior del recinto en todo momento.