Cine Flamenco

Los inicios del sonoro

  • Los cantaores se prodigaron en el cine silente, pero quedan muy pocos testimonios. Los de Lola Cabello, El Personita y El Carbonerillo son los primeros documentos cinematográficos del cante que han llegado hasta nosotros

El Carbonerillo en una película de la Fox Movietone de 1929.

El Carbonerillo en una película de la Fox Movietone de 1929. / University of South Carolina

El hallazgo de parte de Álvaro Beltrán, de la identidad del protagonista de una filmación de cante en el año 1929 es, sin duda, la gran noticia flamenca, en su vertiente histórica, de la temporada. El documento está alojado en el archivo de la librería de la Universidad de Carolina del Sur y viene etiquetado como Flamenco dancers. En efecto, en el archivo encontramos, en primer lugar, algunas tomas de un grupo de bailaores filmado en el cenador de la Alcoba del Alcázar de Sevilla. Los dos protagonistas más famosos de las tomas son dos niños que con el paso del tiempo serían llamados Rosario y Antonio. Aquello ya fue un hallazgo cuando se encontró, hace unos años. Pero recientemente Beltrán añadió nueva información, y muy valiosa, al archivo: el cantaor que aparece al final de la grabación cantando dos tarantas, con la guitarra de Antonio Peana, es el mítico intérprete sevillano Manuel Vega, alias El Carbonerillo. Las tomas pertenecen a un informativo de la Fox Movietone que, probablemente, nunca se montó ni se emitió, ya que lo que tenemos son los totales. El Carbonerillo aparece también en la primera parte de la filmación como espectador del grupo de baile que, probablemente, es el de Realito, academia de la Alameda de Hércules sevillana en donde se iniciaron y coincidieron como alumnos Rosario y Antonio, siendo el maestro Realito el que los juntó como pareja artística. La fecha de grabación que nos ofrece la página de la Universidad de Carolina del Sur en la que se puede ver la película es la del 12 de diciembre de 1929. Es decir, estamos en los inicios del cine sonoro. De hecho, la primera filmación sonora con la que contamos de un cantaor flamenco es de apenas unos meses antes. Se trata del cantaor de Linares Diego Moreno El Personita que interpreta una malagueña propia, junto a un guitarrista llamado El Niño del Mausoleo, en la que pasa por ser la primera película sonora de ficción del cine español, El misterio de la Puerta del Sol, filmada por Francisco Elías, el que, pasado el tiempo, dirigiría a Carmen Amaya en María de la O (1936).

 

El Carbonerillo y El Personita pertenecen a la primera generación de cantaores flamencos que se entrega sin reservas al séptimo arte. No son los pioneros del cante en el  cine, ya que el silente había retratado, al parecer, las maneras de El Mochuelo, por ejemplo, filmado por Ricardo Baños en varios cortometrajes entre 1904 y 1907. Son películas de las que muchos investigadores hablan pero que al parecer nadie ha visto, porque han desaparecido. La información original de estas grabaciones, que luego se ha repetido innumerables veces, es de la revista Arte y cinematografía de 1926. No obstante, Carlos Valmaseda aportó una información de hemeroteca que es posterior en dos años a las mencionadas filmaciones, de una exhibición de una de ellas en Pamplona, según el periódico El Eco de Navarra. Valmaseda informa que las grabaciones se hacían en play back, sobre un disco del cantaor, que luego en las salas de proyección se ponían al mismo tiempo que la película. Se trata de un tango (Tango del Ferrol), unas jotas, unas peteneras y siete sevillanas. Eugenio Cobo informa de una película de similares características, también sobre un disco de sevillanas, de La Rubia de 1907. Francisco Perales señala en los créditos de Currito de la Cruz (1926) la presencia en su metraje del cantaor Manuel Centeno, pero en el visionado que hemos hecho de la película no lo hemos visto. Perales informa que Centeno participó, con otros flamencos, en el estreno del filme en el Teatro San Fernando de Sevilla, cantando saetas en directo. A la que sí contemplamos cantando  tocando la guitarra es a la protagonista de esta película. Aunque es de suponer que sea un cante fingido, ya que se trata de una actriz, no de una cantaora. No obstante, su estilo a la guitarra demuestra que tenía conocimientos de toque. Canta a guitarra y tambien una saeta que, en el estreno en directo en Sevilla, fue interpretada por Encarnación Fernández La Finito. Recordemos que las escenas de la semana santa sevillana son uno de los fuertes de este filme dirigido por Alejandro Pérez Lugín. En el estreno de Madrid, que tuvo lugar 13 días antes que el de Sevilla, la parte vocal en directo las interpretaron El Mochuelo y Carmen la Lavandera. Esto ha provocado que en algunos estudios se halla dicho que los cuatro cantaores participaron en el rodaje de la película, pero no fue así y por eso no aparecen en la misma. En el filme hay también una fiesta flamenca donde se puede ver a un cantaor  pero, nuevamente, parece, por su ademanes exagerados de borracho, que se trata de un actor haciendo de cantaor, no de un flamenco auténtico. Algunos estudiosos afirman que Guerrita aparece en Fútbol, amor y toros (1929) de Florian Rey: es seguro que en el filme se escuchaba su voz, grabada en discos, ya que esta era una película sincronizada, más que sonora, pero no tengo claro que apareciera su imagen en la misma. El filme también ha desaparecido. De ese mismo año, concretamente de junio, tenemos un noticierio cinematográfico, del que tuvimos noticias por Montse Madridejos, en el que sí aparece cantando, sin sonido, Lola Cabello por fandangos, durante la representación de La copla andaluza.

 

En todo caso, es cierto que los Torre, Escacena, Pastora Pavón y Manuel Vallejo siempre se mostraron reticentes a las ofertas que recibieron para ser filmados. Veían en el cine una competencia desleal, sobre todo en lo que a los precios de los espectáculos se refiere. Pero los nacidos al principio del siglo XX se entregan sin fisuras al nuevo medio de difusión de masas. Y de hecho, compañeros de generación de El Carbonerillo y Personita como Angelillo, Guerrita, Niño de Utrera o Marchena contribuyeron a su enorme popularidad al intervenir en el cine flamenco republicano en calidad de protagonistas. Pensemos, por ejemplo, en la experiencia con Filmófono de Angelillo. Ya no se trata de que el cantaor aporte a la cinta unos minutos de exotismo sino que Angelillo, Guerrita, el Niño de Utrera y Marchena se presentan en estos filmes como estrellas del séptimo arte. A ello contribuyeron, sin duda, los nuevos aires que el régimen republicano trajo al país permitiendo que los trabajadores pudieran acceder a los espectáculos, tanto en directo como filmados, encumbrando así a sus ídolos. Además, la II República propició un cine de trabajadores para trabajadores, al menos como experiencia parcial, como ocurrió con Luis Buñuel y su productora Filmófono en la que colaboró, también, Carmen Amaya. Eran los inicios del cine sonoro que fueron, como sabemos, los orígenes del cine musical. Las dos grabaciones de 1929 que comentamos, siendo experiencias parciales, se sitúan en esta línea que culminaría Filmófono y a la que también contribuyeron El relicario (1933), con, entre otros, Guerrita y Lola Cabello, Roptence con la segunda versión de Rosario la cortijera (1935), protagonizada por el Niño de Utrera y una jovencita Estrellita Castro cantando fandangos, y Martingala (1935-1939) que, a pesar de estrenarse en la posguerra, se rodó en los meses previos a la guerra civil y se puede visionar como el último suspiro de este cine flamenco republicano.

Así que, aunque hay constancia de grabaciones de cantaores en el mudo, como hemos señalado, podemos considerar las películas de Lola Cabello, El Personita y El Carbonerillo como los primeros documentos de cante flamenco en el cine que han llegado hasta nosotros. Por ahora.

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