¿Las procesionarias son peligrosas para gatos? Esto es lo que debes saber
Mascotas

Sevilla/La oruga procesionaria es una plaga de orugas que se encuentran principalmente en las zonas donde hay árboles de pino y climas templados. Su nombre se debe a la forma en que se desplazan en fila, como imitando una procesión. Es bien conocido el peligro que representan para los perros, pero también es importante saber que los gatos también pueden verse afectados al entrar en contacto con estas orugas, aunque en menor medida porque suelen ser animales más cautelosos que los perros.
La procesionaria es una oruga llena de pelos urticantes que tienen una toxina llamada thaumetopoeina. Estos pelos pueden soltarte y flotar en el aire, afectando no solo a los animales que las toquen, sino también a los que simplemente inhalen el aire contaminado. Esta oruga pasa el invierno en nidos construidos en las copas de los pinos y cuando bajan al suelo en primavera para enterrarse y completar su ciclo vital, aumenta el riesgo de contacto con mascotas y humanos.
¿Cómo puede afectar la procesionaria a los gatos?
Aunque los gatos son más cautos que los perros, su naturaleza curiosa puede llevarlos a acercarse, o incluso tocar con la pata, a estas orugas. El contacto con los pelos urticantes puede provocar reacciones alérgicas serias y problemas de salud.
Los síntomas más comunes tras el contacto con una procesionaria incluyen la salivación excesiva cuando se irrita la boca y lengua; inflamación de la lengua y labios; vómitos; dificultad respiratoria; lesiones en la piel, si se toca la oruga con otras partes del cuerpo; y por último fiebre por la reacción inflamatoria generalizada. En casos graves, la toxina puede causar necrosis (muerte del tejido) en la lengua o labios, lo que representa una emergencia veterinaria.
¿Qué hacer si tu gato entra toca una procesionaria?
- Si sospechas que tu gato ha estado en contacto con una procesionaria, es necesario actuar con rapidez. Primero, lava la zona afectada con agua templada para limpiar la boca o la piel del gato. No frotes, ya que esto podría romper los pelos urticantes y liberar más toxinas. Debes también evitar que el gato se lama ya que puede agravar la situación al extender la toxina a otras partes del cuerpo.
- Es importante no aplicar vinagre, alcohol o productos caseros, ya que pueden empeorar la reacción inflamatoria. Mira bien si tu gato tiene inflamación, dificultad para respirar o, si lo ves muy decaído, acude al veterinario de inmediato. El tratamiento que el veterinario te dé puede incluir antihistamínicos, corticoides, antibióticos y fluidoterapia según la gravedad del caso.
- Si bien es cierto que las procesionarias son una plaga a la que están más expuestos los perros, los gatos también pueden sufrir los efectos de entrar en contacto con ella, ya que hay muchas personas que optan por pasear a sus gatos, o incluso puedes llevarte una en el zapato y meterla en tu hogar sin darte cuenta. Para evitar esto, evita paseos en zonas infestadas. Si sueles sacar a tu gato o tienes un jardín con pinos, evita que salga mucho durante la temporada de procesionarias.
- Se recomienda asimismo inspeccionar bien el entorno y mantener a tu gato bajo supervisión. Por último, elimina los nidos si tienes pinos cerca de tu casa. Consulta con expertos en control de plagas para eliminarlos de manera segura.
A pesar de que la procesionaria afecta tanto a perros como a gatos, hay algunas diferencias. Lo primero es que los perros suelen ser estar más expuestos porque suelen ir a olisquear y morder las orugas, lo que les expone a una intoxicación más grave. Los gatos, por su lao, son más cautelosos y suelen tocar con la pata antes de intentar morder o lamer, lo que reduce el riesgo de intoxicación grave. La mayoría de los gatos domésticos viven en interiores, lo que disminuye su exposición directa a esta plaga.
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