El Xoloitzcuintle, también conocido como el perro azteca o perro sin pelo mexicano, es una raza canina que tiene raíces profundas en la historia y la cultura de México. Su nombre proviene de la combinación de las palabras "Xolotl", el dios azteca de la vida y la muerte, y "itzcuintli", que significa perro en náhuatl. Estos extraordinarios caninos no solo son conocidos por su apariencia única sin pelo, sino que también son venerados por su conexión con la mitología.

Se cree que el Xoloitzcuintle tiene una presencia en México desde hace más de 3,000 años. La civilización azteca consideraba a estos perros como compañeros leales y los asociaba con propiedades místicas y espirituales. Se creía que el Xoloitzcuintle poseía la capacidad de ahuyentar a los espíritus malignos y proteger a sus dueños tanto en la vida como en la muerte.

Una de las características más notables del Xoloitzcuintle es su pelaje ausente o muy escaso. Existen, sin embargo, variedades de esta raza con pelaje, conocidas como "pelones". Su piel suave y tibia los hace especialmente queridos por aquellos que buscan compañía amorosa y cercana. A pesar de su apariencia única, estos perros son extremadamente resistentes y se adaptan bien a diferentes climas.

El Xoloitzcuintle es conocido por su naturaleza cariñosa y su fuerte vínculo con sus dueños. Son perros leales y protectores, lo que los convierte en excelentes compañeros para las familias. Aunque pueden mostrarse reservados con extraños, su lealtad hacia sus dueños es inquebrantable.

En la mitología azteca, el Xoloitzcuintle era considerado el guía espiritual de las almas hacia el inframundo. Se creía que estos perros acompañaban a los muertos en su travesía al más allá y proporcionaban protección en el viaje. Su presencia en rituales y ceremonias funerarias testimonia la conexión profunda entre esta raza y las creencias religiosas de la antigua civilización mexicana. De hecho, si has tenido la oportunidad de ver la película "Coco" de Disney, recordarás que Miguel tenía un perro que lo acompañó al inframundo, siendo este animal un Xolo. 

Aunque el Xoloitzcuintle ha sido una parte integral de la cultura mexicana durante milenios, la raza enfrentó peligros de extinción en el siglo XX. Sin embargo, esfuerzos de conservación y el reconocimiento de su importancia cultural han contribuido a su preservación. Actualmente, el Xoloitzcuintle es considerado un tesoro nacional en México y ha ganado popularidad en todo el mundo.