El análisis de los riesgos naturales es clave para la ordenación del territorio, y en la que se está trabajando ampliamente en los últimos años desde ámbitos científicos. No obstante, según un estudio realizado por el Departamento de Geografía de la Universidad de Málaga, aún no se ha logrado una transferencia real y efectiva a los documentos normativos, según un análisis de los planes de la provincia de Málaga.

Los autores del trabajo, Antonio Gallegos-Reina y Laura Calvo-Delgado, afirman que "existe una manifiesta preocupación en dichos planes por los riesgos naturales, pero que no llega mucho más allá de la mera exposición, sin que finalmente quede recogido de manera eficiente en la normativa o en la cartografía de ordenación".

"El cambio climático y la repercusión que tiene sobre el territorio son una realidad incuestionable, como por ejemplo en la situación de sequía en la que nos encontramos y en los numerosos casos de incendios forestales o inundaciones que se han dado en los últimos años. La manera más eficiente de hacer frente a ello es desde la prevención y más concretamente, desde la ordenación del territorio", afirma Gallegos-Reina. 

Concretamente, los investigadores aluden a que, normalmente, los planes se limitan a trasladar normativas sectoriales ya existentes, sin que se realicen estudios específicos para las problemáticas concretas de cada Plan, ni aportar mucho más allá de lo que ya está legislado. Además, la escala comarcal es la más idónea para el análisis y prevención de los riesgos naturales, por lo que se pierde una excelente oportunidad para actuar frente a ellos si no se aprovechan estos planes para hacer análisis y propuestas específicas. 

Normalmente, añaden en el artículo publicado en la Revista de Estudios Andaluces (REA), se traslada información andaluza o incluso nacional, y se plantean generalidades con insuficiente rigor técnico. Raramente se incluyen las referencias bibliográficas de los estudios en los que se basan, las variables, las escalas o la información metodológica de dicha información.

Además, apuntan a cierta descoordinación entre administraciones y explica que, generalmente, solo se trabaja con el riesgo de inundabilidad, obviando otras problemáticas importantes tales como la erosión de suelos, las sequías, los incendios forestales o los movimientos de ladera.