Algunos medios de comunicación han difundido que el Gobierno está planteándose realizar cambios en relación a las etiquetas de la DGT, incluso hasta el punto de retirar la etiqueta Cero a algunos coches que, estando a la venta, hoy sí cuentan con ella.
Actualmente, estas etiquetas son B, C, Eco y Cero, de modo que la primera se entregan a los coches de gasolina matriculados desde el 1 de enero de 2001 o Diesel desde 2006, y la C a los de gasolina desde 2006 o los Diesel desde septiembre de 2015. La Eco distingue, por su parte, a los vehículos híbridos, híbridos enchufables con autonomías eléctricas inferiores a 40 km y aquellos que pueden utilizar gas; mientras que la etiqueta Cero se utiliza en los híbridos enchufables con autonomía eléctrica por encima de 40 km y los coches eléctricos, ya sea con batería o pila de combustible.
¿Y dónde está el problema?
El problema deriva, por un lado, de que la etiqueta Eco engloba a tecnologías muy diferentes entre las que también está la que emplean en los coches microhíbridos. Estos son coches que tienen un sistema eléctrico de bajo voltaje y un motor eléctrico que suplementa al térmico puntualmente. Es decir, que no puede sustituirlo para impulsar el vehículo, sino para ayudar a esa tarea, lo que permite reducir algunas décimas de consumo y emisiones de CO2. Sin embargo, no son híbridos como tales.
Además, del mismo modo que es posible encontrar en el mercado motores de muy baja cilindrada a los que se incorporan arquitecturas eléctricas de apoyo y cuentan con esa etiqueta Eco, también los hay de gran cilindrada microhibridados que la tienen, mientras que coches con motores de baja cilindrada y sin apoyo eléctrico, incluso consiguen, pese a su etiqueta C, mejores resultados tanto en emisiones y consumos que grandes modelos con esos motores muy potentes mínimamente electrificados.
Esta situación, pone sobre la mesa algunas contracciones normativas que, según especulan algunos medios, podría obligar a una modificación de las normas.
Asimismo, los cambios podrían extenderse a que, por ejemplo, los híbridos enchufables tuvieran que aumentar su autonomía eléctrica para ser merecedores de la etiqueta Cero respecto a la actual. Recordemos que hoy, para alcanzarla, basta con que su batería permita realizar 40 km sin que el motor de combustión actúe e, incluso, ya se ponen sobre la mesa que los coches nuevos deberían superar los 90 km de alcance eléctrico.
AEDIVE aclara: "los cambios no están en la agenda"
Sin embargo, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), que trabaja, según ella misma, "en estrecho contacto tanto con el Gobierno como con la Dirección General de Tráfico", a través de su director general, Arturo Pérez de Lucia, ha aclarado que pese a lo informado por algunos medios, no están previstos cambios en relación a las normas que regulan las etiquetas de la DGT. Por ahora.
Pérez de Lucía ha explicado en redes sociales que "no es cierto que esto sea algo que se haya acordado", tal como parecen dar a entender diversas noticias y que, si bien el tema lleva discutiéndose desde hace tiempo, está paralizado sobre la mesa y, "en este momento no está en las agendas ni de la DGT, ni del Gobierno".
Según el director general de AEDIVE, "hay que tener en cuenta también que las ayudas estatales de los Moves siguen contemplando al híbrido enchufable en la ecuación como un vehículo eléctrico" y aclara que, "con independencia de la opinión que se tenga al respecto, lo cierto es que habrá que esperar todavía a que se produzca alguna modificación de las etiquetas de la DGT que, por otro lado, tendrá sentido que se actualicen en línea con la evolución tecnológica del sector".
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