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Ecuador concede asilo político a Julian Assange

  • El Gobierno de Quito considera que la vida del fundador de WikiLeaks corre peligro si finalmente es extraditado a EEUU. Londres insiste en que extraditará a Assange.

El Gobierno de Ecuador ha concedido asilo al fundador de WikiLeaks, el australiano Julian Assange, y dijo que confía en que Londres otorgue las garantías y el salvoconducto pertinentes para que pueda viajar a Quito. El ministro ecuatoriano de Exteriores, Ricardo Patiño, declaró que la decisión de Ecuador se sustenta en el derecho internacional y en la consideración de que la vida de Assange corre peligro si finalmente es extraditado a Estados Unidos por Suecia. La decisión ecuatoriana ha sido comunicada al encargado de negocios de Reino Unido en Quito por el vicecanciller, Marco Albuja.

Assange, reclamado por la Justicia sueca por supuestos delitos sexuales y responsable de la divulgación de miles de documentos secretos sobre todo de EEUU, está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde el 19 de junio. El canciller ecuatoriano dijo que ha pedido a los organismos de integración de la región que convoquen reuniones urgentes para analizar el caso y que pueda haber una respuesta.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, ha ofrecido "que en los próximos días, lo más pronto posible, convocará a una asamblea general extraordinaria de la OEA que implica la participación de los cancilleres para tratar este delicado tema", agregó. El ministro aseguró que la concesión del asilo a Assange obedece también al temor que ha expresado sobre "la eventual persecución política que podría sufrir en un tercer Estado, el mismo que podría valerse de su extradición al Reino de Suecia para obtener a su vez la extradición ulterior a aquel país".

Concretamente se refirió a la posibilidad de que finalmente Assange sea extraditado a Estados Unidos, donde sus abogados temen que sea juzgado y condenado a cadena perpetua o a pena de muerte por la "desclasificación de información comprometedora" para Washington. Assange, en su petición de asilo, ha argumentado que "es víctima de una persecución en distintos países, la cual deriva no solo de sus ideas y sus acciones sino de su trabajo al publicar información que compromete a los poderosos, de publicar la verdad y, con ello, desenmascarar la corrupción y graves abusos a los derechos humanos de ciudadanos alrededor del mundo", subrayó Patiño.

Añadió que, según la "evidencia jurídica" recogida por el Gobierno ecuatoriano, tiene fundamento que si Assange es extraditado a EEUU "no tendría un juicio justo, podría ser juzgado por tribunales especiales o militares" y ser sometido a tratos crueles o degradantes. Asimismo, indicó que Ecuador cree que "se han menoscabado los derechos procesales" de Assange y que tampoco cuenta con la ayuda de su país de origen, Australia. Patiño volvió a rechazar la "amenaza explícita" expresada este miércoles en un escrito por las autoridades del Reino Unido, en el sentido de que podrían irrumpir en la sede de la Embajada de Ecuador en Londres para arrestar a Assange para cumplir con la obligación de extraditarlo a Suecia. 

Londres insiste en que extraditará a Assange pese al asilo

Por su parte, el ministerio británico de Exteriores dijo que, aunque Ecuador conceda asilo político a Julian Assange, eso "no variará en absoluto" su postura, pues tiene la "obligación legal" de extraditar a Suecia al fundador de WikiLeaks. Un portavoz del Foreign Office insistió en que el Reino Unido ha "dejado reiteradamente clara" a Ecuador su posición sobre el periodista australiano, refugiado en la Embajada ecuatoriana en Londres desde el 19 de junio en busca de asilo. "El Reino Unido tiene una obligación legal de extraditar a Assange a Suecia para ser interrogado sobre las acusaciones de delitos sexuales y estamos decididos a cumplir nuestra obligación", indicó ese portavoz en un comunicado.

El Foreign Office precisó no obstante que, "aunque Quito garantice el asilo político" al fundador de WikiLeaks, el Ejecutivo de David Cameron sigue teniendo "una obligación de extraditar a Assange". Así lo dispusieron tres tribunales británicos, el último de ellos el Supremo, máxima instancia judicial del Reino Unido, en base a una euroorden dictada por un fiscal en Suecia, donde Assange es reclamado por supuestos delitos sexuales que él niega. El activista australiano es requerido por las autoridades suecas por supuestos delitos sexuales contra dos mujeres de ese país, a las que conoció en Estocolmo en agosto de 2010. El Gobierno británico también ha incidido en su compromiso por "alcanzar una solución que sea aceptable para ambos países", después de que Ecuador lo haya acusado de amenazar con asaltar su Embajada para detener a Assange.

WikiLeaks condenó en un comunicado "de la manera más rotunda posible que el Reino Unido haya recurrido a la intimidación". "Una amenaza de esta naturaleza supone un acto extremo y hostil, no proporcional con las circunstancias, y un ataque sin precedentes contra los derechos de los solicitantes de asilo político de todo el mundo", manifestó el portal. El Ejecutivo británico ha indicado que podría ampararse en una ley de 1987 que le permite revocar el estatus diplomático de una Embajada. Si eso ocurriera, la Policía podría acceder al interior de la Embajada ecuatoriana y detener a Assange, a quien Scotland Yard avisó el 20 de junio de que sería arrestado si abandonaba el edificio pues violó las condiciones de su arresto domiciliario.

Assange estaba obligado a permanecer en el domicilio establecido de Norfolk, una casa prestada por un amigo en el este de Inglaterra, pero el 19 de junio se presentó en la Embajada ecuatoriana, donde permanece desde entonces. Desde que fue detenido en el Reino Unido en diciembre de 2010, su defensa ha intentado evitar su entrega a Suecia por miedo a que sea extraditado desde allí a Estados Unidos, el país más perjudicado por la difusión de miles de cables diplomáticos secretos de WikiLeak. Al igual que varios agentes de la Policía británica, un grupo de simpatizantes de Assange esperaba la respuesta de Ecuador a las puertas de la oficina diplomática ecuatoriana en Londres, con pancartas en las que pidían la "libertad" del australiano.

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