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Elecciones en EEUU: El tenso y complicado escrutinio ralentiza la elección del presidente

Biden y su esposa.

Biden y su esposa. / EFE

El equipo de campaña de Joe Biden se lanzó por la mañana a difundir entusiasmo y euforia. La conquista de Wisconsin empujó a la jefa de campaña del candidato demócrata, Jen O'Malley Dillon, a proclamar que "Joe Biden está en la senda para ganar estas elecciones y él será el próximo presidente de Estados Unidos. Creemos que tenemos por delante un camino claro para la victoria. Para esta tarde [en Estados Unidos] esperamos que el ex vicepresidente tenga suficiente ventaja en algunos estados para superar los 270 delegados".

Resultados provisionales de las elecciones de EEUU Resultados provisionales de las elecciones de EEUU

Resultados provisionales de las elecciones de EEUU / Dpto. Infografía

En el momento en el que O'Malley Dillon ofrecía su diagnóstico cargado de optimismo, Biden aventajaba a Donald Trump por 237 a 214. Además, los demócratas expresaron su confianza en que Michigan declarase también la victoria de su líder. No ocurrirá lo mismo con Pensilvania y Nevada. En este último estado las autoridades ya habían decidido que los resultados no se harán públicos hasta las 9:00 de este jueves (hora local; 17:00 GTM).

Los rostros sonrientes del bando demócrata, cuya alegría fue atemperada por el propio Biden al subrayar que ni él ni Trump son los encargados de indicar quién es el vencedor de estos comicios, sino la american people, el pueblo americano, contrastó con la primera intervención pública del republicano. En seguida denunció un "fraude" y lanzó su amenaza. "Iremos al Tribunal Supremo, queremos que pare todo el proceso de votación", dijo Trump en un acto organizado en la Casa Blanca ante unos 150 invitados. Oficialmente era una fiesta, pero no lo parecía.

El candidato a la reelección, fiel a su estilo, se presentó como vencedor. "He ganado las elecciones", sentenció. Algo falso, puesto que la situación continuaba ayer en el aire, con diferencias muy ajustadas entre ambos contendientes en determinados estados inmersos en pleno conteo de sufragios. Trump no pormenorizó ni dio ningún tipo de detalles acerca de cómo considera que se ha producido ese fraude que denuncia. No aportó ninguna prueba. El republicano se apresuró a poner en duda el sistema electoral después de que los estados clave de Pensilvania, Michigan y Wisconsin avisaran de que necesitarían más horas, e incluso días, para escrutar los votos, debido en buena parte al aumento que ha registrado en estas elecciones.

Trump todavía hizo más ruido y expresó más furia a medida que transcurrían las horas, en contraste con su oponente, al conocerse el triunfo de Biden en Michigan. Alimentado por estos números, mucho más vitamínicos (253-214 a su favor), el candidato demócrata hizo acto de presencia en una intervención desde el Chase Center de Wilmington (Delaware) sintonizando ya con la dicha de sus correligionarios. "Creemos que seremos los ganadores", dijo el ex vicepresidente. Y añadió: "Nadie nos va a quitar nuestra democracia, ni ahora ni nunca". A la euforia habían contribuido, momentos antes, las victoria de los burros en Wisconsin y Arizona, estados que Biden arrebataba a Trump respecto a los resultados de 2016.

Michigan era otra clave. Y si finalmente Biden ocupa el Despacho Oval de la Casa Blanca quedará demostrado que el impulso que le dieron los electores de este estado fue determinante. Sus números mantuvieron en vilo a los dos bandos hasta última hora.

El equipo de campaña de Trump siguió la orden de su jefe y no se demoró en presentar una demanda para exigir que se detuviera el recuento en Michigan, por considerar que no se le ha dado el acceso suficiente a los lugares donde se hace el conteo de votos. La derrota en Michigan escuece: Trump ganó en 2016 por un estrecho margen y confiaba en repetir la proeza.

El anuncio lo hizo el jefe de campaña Bill Stepien, poco después de adelantar que su equipo pedirá además "inmediatamente" un recuento en el estado clave de Wisconsin. "A la campaña del presidente Trump no se le ha otorgado un acceso significativo a numerosos lugares de recuento para observar la apertura de papeletas y el proceso de recuento, como garantiza la ley de Michigan", denunció Stepien. "Hoy hemos presentado una demanda en la Corte de Reclamos de Michigan para detener el recuento hasta que se nos garantice un acceso significativo. También pedimos revisar aquellas papeletas abiertas y contadas mientras no teníamos" ese acceso.

Trump ya había sacado su perfil más pirómano en Twitter, territorio que domina, y maniobró con prontitud para frenar la escalada de su adversario en todos los frentes posibles. Escribió para construir dudas sobre la legitimidad del resultado en Michigan: "Ha encontrado ahora las papeletas necesarias para mantener" fuera del Senado al candidato republicano en ese estado, John James. Pero lo escribió cuando aún no había resultados oficiales en la pelea por ese escaño. Y también intentó sembrar desconfianza sobre el resultado en Pensilvania, donde las cosas están también muy ajustadas. "Estamos ganando por mucho en Pensilvania, pero la secretaria de Estado de Pensilvania acaba de anunciar que hay millones de papeletas por contar", lamentó Trump en otro tuit.

Desde las vísperas, el equipo de campaña de Trump no ocultó que estaba dispuesto a cuestionar los procedimientos en cuanto vislumbrara que los números no les eran propicios. De esta manera, Estados Unidos es testigo por primera vez, de una acción contra su sistema a cargo de quien se postula como su máximo representante, su presidente y su comandante en jefe.

Entre tanto, el país continúa en vilo debido a ese tenso, complicado y hasta -al parecer farragoso- recuento de papeletas. Fue ilustrativa la satisfacción expresada por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, destacó la velocidad con la que el estado entregó sus resultados electorales en comparación con otras partes de Estados Unidos, lo que espera que "elimine el estigma de que siempre somos un desastre".

"Quizá 2020 es el año en el que finalmente espantamos el fantasma de Bush versus Gore", dijo el gobernador en referencia a la pelea judicial que en 2000 le dio la Presidencia a George W. Bush por una diferencia de 537 votos y que marcó el inicio de una percepción en el resto del país de que "siempre pasa algo con Florida". Entonces, se tardó casi un mes en conocer el resultado de las elecciones en el llamado estado del Sol y la frase "It's always Florida" es común en memes, chistes y burlas.

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