ELISA URRESTARAZU & CORNELIA LENZÍN | CRÍTICA

De las cuerdas al saxofón

Cornelia Lenzín y Elisa Urrestarazu

Cornelia Lenzín y Elisa Urrestarazu / ACTIDEA

Escribíamos hace unos días sobre una de las señas de identidad de este ciclo de conciertos del Alcázar, en concreto sobre su carácter de mesa de laboratorio sobre la cual los músicos pueden arriesgarse a iniciativas más o menos novedosas o arriesgadas sabiendo que el público al que van dirigidas carece de los prejuicios o de los condicionantes de la escucha del asistente habitual a las salas de conciertos.Una de esas propuestas que se salen de lo estrictamente académico es la que nos presentaron la noche del miércoles Elisa Urrestarazu y Cornelia Lenzín, con sus versiones para saxofón y piano de obras compuestas por mujeres del siglo XIX y principios del XX y originalmente pensadas para violín o viola más el acompañamiento del piano.

Lo primero que cabría señalas al respecto es que Urrestarazu tuvo que enfrentarse a la más tórrida de las noches de lo que va de verano y que ello lastró en cierta medida sus prestaciones debido a la sequedad de boca y a la sudoración de manos que bien puedieron influir en que hubiese momentos en que el sonido no naciese con nitidez y definición, especialmente en los pasajes por debajo del piano. Por otra parte, ciertos recursos técnicos de los instrumentos de cuerdas (dobles cuerdas, molinos) no acabaron de encajar en el saxo. Con todo, Urrestarazu mostró un gran control del fiato y una delicada línea cantabile.

El piano se mantuvo en un excesivo segundo plano y con poca implicación expresiva.

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