Cultura

'Bromas aparte': la vida en Palestina a través de sus chistes

  • La francesa Vanessa Rousselot presenta fuera de concurso esta original muestra del humor árabe

En árabe, lucha y humor "suenan muy parecido", por eso, explica Vanessa Rousselot (París, 1981), cada vez que le preguntaba, cámara en mano, a un vecino de Belén que le hablara del humor palestino su interlocutor ponía cara "de víctima" y comenzaba a relatar "como si estuviera programado" los episodios enconados y trágicos del conflicto palestino-israelí. Pocos podían entender al principio que esta joven francesa tuviera interés en grabar no la lucha por la frontera, sino la espontaneidad de sus bromas y chistes, del humor cotidiano y familiar que habita en la intimidad de las reuniones de amigos o que surge, sin más, entre vecinos en la calle.

El origen de Bromas aparte -(No) Laughing Matter-, que ayer se proyectó en la sección Eurodoc fuera de concurso, surgió en la primera visita de Rousselot a Belén, ciudad en la que estuvo residiendo entre 2005 y 2006, tras darse cuenta de que "no quería seguir estudiando historia, sino rodar documentales". Por entonces, su árabe -aún muy rudimentario- le daba para entender con sorpresa que "los palestinos contaban chistes, con los que se reían a carcajadas, en los que aparecían conceptos como ejército, ocupación o check-point. La gente es muy abierta y hay una cultura muy grande de contar burlas", relata, con un excelente castellano, esta joven francesa que ha descubierto una nueva Palestina gracias a este proyecto. "Mis clichés se han caído: en la sociedad palestina hay gente rica, pobre y de clase media y no sólo fanática", e insiste: para encontrar a un palestino gritando, metralleta en mano y enarbolando una bandera "hay que salir a buscarlo, no te lo encuentras sin más en la calle".

La directora asegura que tras visitar colegios en los que captó el humor de los chavales -"las futuras generaciones de este país" tan castigado-, cree que "hay futuro" para la salida del conflicto porque, dice, "están convencidos que la única puerta a la libertad es la educación". De hecho, concluye, "donde hay humor, hay esperanza", según relata en el documental un sociólogo e investigador del humor en Palestina que tiene "una colección de chistes catalogados en conceptos como Intifada, Proceso de Paz o Acuerdos de Oslo".

Producida, en parte, gracias al crowfounding (financiación anónima a través de internet) y rodada entre octubre de 2009 y mayo de 2010, la cinta ha recorrido más de 20 festivales (acaba de ganar un premio de la Sociedad de Autores Francesa) y participará el 1 de diciembre en la Muestra de Cine Palestino de Madrid.

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