Caminos barrocos para el futuro
Crítica música
Femás 2010. Programa: Obras de J. B. Lully, G. F. Haendel, A. Corelli y F. S. Geminiani. Joven Orquesta Barroca. Violín y director: Enrico Onofri. Lugar: Centro Cultural Cajasol (Sala Joaquín Turina). Fecha: Lunes, 15 de marzo. Aforo: Tres cuartos.
Los responsables de la cosa pública no quieren darse cuenta, pero la realidad es así: no hay mejor inversión de futuro que la inversión en educación. Pero no en una educación cualquiera, pensada para conseguir réditos electorales, para escatimar presupuestos (que se dilapidan en cosas muchos menos trascendentes) y para tranquilizar a la ciudadanía. No. Hablo de una educación de calidad basada en criterios de excelencia didáctica y diseñada y dirigida por los verdaderos profesionales de la enseñanza, musical en el caso que aquí nos trae.
Los resultados ya tangibles de esta gran iniciativa del Femás demuestran que muchas veces se tira el dinero en divanes, academias y otros montajes a la mayor gloria de divos y políticos de cortas miras, sin que por ello se vea mejorar la situación de la música en nuestra comunidad. Todo lo contrario que esta Joven Orquesta Barroca que gracias al magisterio de verdaderos profesionales como Onofri, nos permite ilusionarnos con el bello futuro que la Música Barroca tiene en Sevilla. Hay camino por recorrer, pero sólo el hecho de ser capaces de seguir el trepidante ritmo (Marcha de Lully, Follia de Geminiani) de Onofri, de plegarse a su asombrosa variedad de acentos y de conseguir un sonido y una expresividad barrocas con instrumentos modernos es suficiente garantía para la ilusión.
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