artes escénicas

'Dido y Eneas', un amor envidiado por los dioses

  • La Orquesta Sinfónica del Aljarafe representa este domingo en el Teatro Lope de Vega la ópera de Purcell

  • La producción se acerca al clásico desde una escenografía austera

Una imagen de 'Dido y Eneas', una producción de la OSA y de la Semana de la Música de Ronda.

Una imagen de 'Dido y Eneas', una producción de la OSA y de la Semana de la Música de Ronda.

La reforma que se emprendió en 2014 de las instalaciones ecuestres de la Real Maestranza de Caballería de Ronda permitió destinar este espacio a un nuevo uso. Gracias a esta mejora del recinto nació el ciclo Ópera en el Picadero, una iniciativa en la que en los últimos años se han visto montajes como Orfeo ed Euridice, de C. Gluck, y Dido y Eneas, de Henry Purcell. Tras su paso este verano por la localidad malagueña, la desgraciada historia de amor entre Dido, la reina de Cartago, y el troyano Eneas, una pasión envidiada por los dioses, se representa este domingo en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, donde ya se vio en marzo el Orfeo ed Euridice. La Orquesta Sinfónica del Aljarafade (OSA), con Pedro Vázquez al frente, y el director de escena Ignacio Herrera revisan una de las partituras clásicas más populares de la música inglesa.

Para Ignacio Herrera, Dido y Eneas no es sólo una joya incontestable en la creación de Purcell, también una obra idónea para adentrar a los espectadores que, por los "prejuicios" que aún rodean al género, se resisten a ir a la ópera. El director de escena cree que el compositor firmó con esta adaptación de un fragmento de la Eneida de Virgilio, un proyecto para el que contó con el libreto del poeta Nahum Tate, una de las piezas más importantes de su siglo. "Es una ópera muy completa", valora el especialista. "No es una serie de motetes hilvanados, tiene entidad realmente, tiene un planteamiento, un nudo y un desenlace. Y es corta, no dilata las escenas en función del virtuosismo de los cantantes ni del texto; la música y la acción dramática van muy acompañadas en todo momento. En mi opinión, todo esto ayuda a que alguien que no haya visto nunca una ópera se sienta y entienda que es algo que habla de todos".

Herrera no se muestra partidario de incidir en el suicidio de Dido. "No me gusta esa palabra, prefiero pensar que se deja morir. En ella me interesa que es una mujer que decide romper con todo lo anterior, que no quiere ser la reina, la hermana, la amada... Toma la decisión de no ser la de antes, de no cargar más con esa mochila. Es una determinación que muchos quieren tomar, pero que no es fácil: hay muchos elementos que nos condicionan", sostiene el director de escena, que aparta así la simplista percepción de "una Dido muerta de amor por Eneas. Es la historia que proponía Virgilio pero no tanto la del libretista Nahum Tate, que creó un personaje muy carismático, muy fuerte. Hay momentos en los que parece cambiar los papeles con el héroe".

En su revisión del clásico, considerada la única ópera de Purcell en sentido estricto, Herrera ha optado por una escenografía desnuda que busca dirigir la atención al trabajo de los intérpretes, un elenco que encabezan Bruna de Castro, Irene Román, José Carrión y Michael Jorge. "Si los actores, los cantantes, me daban lo que les pedía, no hacía falta artificio. Queríamos contar esta tragedia desde la sencillez, definir las claves de cada personaje para que se entienda la situación más allá de lo evidente", apunta el director, que califica de "ejemplar" la andadura de la OSA, que participa en la producción junto con la Compañía de Danza del Aljarafe y el Coro Nova Nerta. "Sus músicos no tienen miedo a ampliar su repertorio, son muy versátiles, y cuando se adentran en una obra nueva lo hacen desmenuzándola, sabiendo que es una oportunidad que se les brinda".

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