simiente | Crítica de teatro

Feminismo como antídoto

Bea Ortega y Migue López en un momento de 'Simiente'

Bea Ortega y Migue López en un momento de 'Simiente' / CIRAE/Florentino Yamuza

Verónica Rodríguez logra la cuadratura del círculo: convertir en arte una lacra social. Plantea su espectáculo como una conferencia donde no faltan los datos, las definiciones, las estadísticas, la tremenda realidad que demuestra inexorablemente que no se cumple la Constitución española en temas de igualdad entre hombres y mujeres. Diariamente se impone una violencia de género que es imposible hacerla desaparecer por muchos subterfugios y eufemismos que se usen.

Con dos maravillosos actores, Bea Ortega y Migue López, un espacio sonoro perfecto que acaba conformando una escenografía acústica y la sensibilidad de Verónica Rodríguez entramos de lleno en esos versos de Heiner Müller de Hamlet Machine ‘Yo soy Ofelia. La mujer con la soga al cuello. La mujer con las venas rotas. Ayer dejé de matarme.’

El retrato de una mujer, de las mujeres, y la violencia que se ejerce sobre ellas se percibe en la sutileza en la que Migue López le aparta el micro a Bea Ortega para silenciarla. En esa piedad a la inversa en la que ella carga con él a sus espaldas.

‘Ayer dejé de matarme’ es el grito que siembra esta hermosa ‘Simiente’

En esta conferencia ‘teatral’ se abordan, enciclopédicamente, los abusos que combate el feminismo: la simple lectura de los primeros artículos de la Carta Magna provocan risas, las declaraciones de Mariano Rajoy sobre los bajos salarios de las mujeres "no nos metamos en eso", el paternalismo del Mansplaining, la violencia vicaria y el recuerdo a Ana Orantes. Todo ello con sus dos intérpretes como oficiantes son la mejor invitación para seguir en la lucha.

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