Fresco clasicismo
Cía. Antonio Reyes. Cante: Antonio Reyes, Remedios Reyes. Baile: Patricia Valdés. Guitarra: Antonio Higuero, Manuel Jero. Piano: Sergio Monroy. Violín: Sophia Cuarengui. Palmas: Diego Montoya, Tate Núñez, Carlos Grilo. Lugar: Sala Joaquín Turina. Fecha: Jueves, 27 de marzo. Aforo: Tres cuartos de entrada.
Me gustó el desembarazo con el que cantó por seguiriyas y martinetes, al final del recital, ya libre de la presión, inspirado además por el baile de Patricia Valdés. Reyes canta bonito, afinado,con un enorme sentido del ritmo y un colorido tímbrico bellísimo. Lo hace además bajo una concepción clásica del cante, que incluye los coros canasteros de los tangos parados. Sus maneras y su forma de cantar son de hace 30 ó 40 años y, sin embargo, su aroma es fresco, delicado. Evocó a sus ídolos flamencos: Camarón clásico para el arranque por nana lorquiana, el Mairena del romance del Conde Sol a ritmo de soleá y el Caracol de la zambra para el baile. La cantiña es la forma en la que respira. Para la soleá gaditana, clásica, se quedó a solas con Manuel Jero. Y la farruca, un alarde de composición con unas hermosas modulaciones que le dan nuevos aires a este estilo. Las guitarras fueron puro Jerez aunque de dos maneras muy distinta: la fresca serenidad de Antonio Higuero frente al nervio de bordón marca Jero. Remedios Reyes se cantó y bailó por fiesta y Valdés le ayudó a evocar al dúo Flores-Caracol. Me encantó el final porque, al cantarle al baile, el exceso de responsabilidad, el perfeccionismo que a veces atenaza a este intérprete, se esfumó en las mudanzas del baile en aras de la naturalidad.
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