El lógico sino de la viola da gamba

ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA | CRÍTICA

Heumann, Peñalver y la OBS.
Heumann, Peñalver y la OBS. / Luis Ollero
Andrés Moreno Mengíbar

15 de abril 2023 - 23:00

La ficha

****Programa: Obras de G. Ph. Telemann, G. Tartini y E. F. dall’Abaco. Orquesta Barroca de Sevilla. Flauta de pico: Guillermo Peñalver. Viola da gamba y directora: Friederike Heumann. Lugar: Espacio Turina. Fecha: Sábado, 15 de abril. Aforo: Casi lleno.

Escuchando este concierto se comprenden las razones por las que el violonchelo desplazó a la viola da gamba a mediados del siglo XVIII del panorama europeo. Por muy virtuosa que fuese la interpretación de Friederike Heumann, la naturaleza tímbrica de la viola, la composición de los armónicos, su rango dinámico y sus posibilidades articulatorias le impedían empastar con los instrumentos de la familia de los violines, mucho más adaptados para tocar juntos y conseguir un sonido global homogéneo.

Un ejemplo: en la brillante suite para viola da gamba, cuerdas y continuo TWV 55:D6 de Telemann hay abundantes pasajes en los que viola y violonchelo establecen chispeantes diálogos, de los que indubitablemente sale siempre triunfador el violonchelo por relieve sonoro y por su mayor estabilidad tonal en los pasajes más rápidos. Fueron momentos, por supuesto, de sobresaliente interpretación por parte de Heumann y Mercedes Ruiz, que en la Bourrée trenzaron un delicado encaje con la orquesta en breves y fulgurantes intervenciones. Aquí, en esta imaginativa composición del siempre creativo genio de Telemann, Heumann pudo mostrar su completo dominio de la viola, con digitación ágil y precisa en la mano izquierda y una articulación muy cuidada y variada en la mano derecha a base de toda una amplia galería de ataques y de golpes de arco.

El extraño y desconcertante concierto para viola da gamba, dos trompas y cuerdas de Tartini no ofrece mayor interés que el de lo inusual de su distribución instrumental. Resultó imposible hacer concordar las trompas con la viola y el resto, pero no por errores de los trompistas, sino por evidentes fallos de armonía en la composición.

Ya bajo la férula exclusiva de ese gran violinista que es Stefano Barneschi, la OBS desplegó en el concierto op. 2 nº 5 de dall’Abaco toda la densidad y calidez del sonido de sus cuerdas, de un empaste lleno de colores gracias a la claridad con la que se pudo apreciar el sonido de cada instrumento. A la acentuación incisiva de las frases apuntilladas del Largo le sucedió la claridad en el tejido contrapuntístico de los dos tiempos rápidos, llevados con fraseo vivo y chispeante.

Telemann vuelve a dar muestra de su inagotable originalidad con el concierto para viola y flauta de pico, con el que pudimos reencontrarnos con el magisterio de Guillermo Peñalver, de sonido fino, preciso, brillante y ágil.

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