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MAYA KIMURA & NORIO SATO | CRÍTICA

Del pasado al futuro

Kimura, Sato y el koto.

Kimura, Sato y el koto. / Luis Ollero

Decía Eugenio D’Ors que “lo que no es tradición es plagio”. Lo pensaba mientras escuchaba la extraordinaria Midare de Kengyo Yatsushashi, un compositor ¡del siglo XVII! y cuya música suena con una modernidad, con una audacia armónica y con una estructura casi fractal que la sitúa más allá en originalidad y vanguardia que muchas piezas compuestas hace dos días. Pero ese choque ucrónico no hubiera sido posible sin la interpretación de Maya Kimura al complejo koto de veintitrés cuerdas, un instrumento que parece pensado para jugar con las infinitas posibilidades de la armonía, ya que es posible cambiar la entonación y el color de cada cuerda con los desplazamientos de los puentes individuales y pulsando a un lado u otro de cada cuerda. Fascinante a la vez que extraordinariamente complejo de materializar, algo que Kimura resolvió con precisión sobresaliente y un conocimiento profundo de las implicaciones tonales del instrumento.

Desde la inicial Yuri de Dai Fujikura, la virtuosa deslumbró por la destreza en los cambios de posición de los puentes, por el cromatismo cambiante del sonido y por la sutilidad con la que dejaba colgadas del aire algunas notas, creando efectos muy feldmanianos. Con la colaboración del guitarrista Norio Sato sacó todo el partido expresivo de Shut down, de Juan J. Eslava, una pieza que explora las rugosidades del sonido y que hace de los glissandi y microglissandi una herramienta para abrir una ventana a la microtonalidad. Muy interesante el efecto de preguntas sin respuestas entre ambos instrumentos en un clima de incertidumbre. Extraordinaria sin más fue la versión de Time Sequence de Toshi Ichiyanagi, que se adhiere a los presupuestos minimalistas y que va creando mediante phasings rupturas del horizonte de expectativas de nuestro cerebro, en una interpretación de increíble concentración y precisión. Interesante la pieza de López López, con sus juegos de slides y su moto perpetuo.

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