CONCIERTO EN LA SALA TURINA

Leonskaja reúne un trío de estrellas para Schubert

  • La diva del piano regresa a Sevilla para interpretar este miércoles junto a Liza Ferschtman e István Várdai dos de las obras más célebres del austríaco

Leonskaja, Ferschtman y Várdai  a su llegada a la capital andaluza.

Leonskaja, Ferschtman y Várdai a su llegada a la capital andaluza. / Antonio Pizarro

Hablan en inglés en la soleada terraza del Hotel Casa Romana pero si están solos lo hacen en alemán "y cuando ensayamos en inspiranto, que es el esperanto de los músicos, el lenguaje de la inspiración y la improvisación", bromea Elisabeth Leonskaja, nacida en 1945 en una Georgia que pertenecía a la Unión Soviética. La legendaria pianista conoce "desde antes incluso de nacer" a la violinista holandesa Liza Ferschtman (1979), hija de músicos rusos. "Me llamo así por ella, que es mi madrina. Mi madre es una de sus mejores amigas", confiesa la intérprete, que visita Sevilla por primera vez tras triunfar en los más exigentes auditorios y girar por todo el mundo con la Budapest Festival Orchestra que dirige Iván Fischer.

Completa este variopinto trío el violonchelista húngaro István Várdai (Pécs, 1985), que viaja con su formidable Stradivarius "Ex Du Pre-Harrell" de 1673. "Es un instrumento más antiguo que la mayoría de las casas de Sevilla y anterior incluso al nacimiento de Johann Sebastian Bach", destaca este intérprete.

El currículo de cada uno de ellos impresiona pero, sumados los tres, resulta apabullante. Aún quedan entradas para el concierto de música de cámara que les reúne este miércoles en Sevilla. Será a las 20:30 en la Sala Turina, con los dos célebres tríos para piano de Schubert (Op 99 y Op 100) en los atriles. El mismo programa lo interpretarán el jueves en el Auditorio Nacional de Madrid, allí con todo el papel agotado desde hace semanas.

Para Liza, Schubert tiene todo cuanto ama en un compositor. “Recuerdo que las músicas que más me conmovieron de niña eran sus sonatas, su obra para piano... y de ahí fui evolucionando, estudiando y llegué a la esencia. Si hoy me pusieran un cuchillo en el cuello y me dijeran que eligiera un solo compositor antes de morir, sin dudarlo diría Schubert”.

"No has citado sus cuartetos. ¿Es que no te gustan tanto como sus tríos?", pregunta Leonskaja con curiosidad. "He tocado los más importantes suyos, como La muerte y la doncella, pero el cuarteto me parece algo sagrado", le responde Liza.

"Y tocar en un cuarteto es como un matrimonio, debe haber una comunión total entre sus integrantes. Se debe funcionar como un único cuerpo, por eso hay tantos miembros de cuartetos que se casan entre ellos", bromea István Várdai, interrumpiéndolas.

Los tres derrochan camaradería fuera de los focos pero se han reunido profesionalmente hace poco. "Somos un conjunto tan joven que aún no tenemos ni siquiera el nombre. Tal vez nos llamemos Trío Schubert", avanza Leonskaja. Aspiran, eso sí, a seguir activos como trío a medio y largo plazo. Tras las citas en Sevilla y Madrid la formación no volverá a reunirse hasta la próxima temporada pero ya tienen fechas contratadas para los próximos tres años, incluyendo Viena, donde Leonskaja reside, y el Wigmore Hall de Londres. "La agenda de un músico es cualquier cosa menos improvisación. Trabajamos siempre con varios años de antelación", prosigue Várdai. Para él, que desde su debut en La Haya en 1997 ha frecuentado los principales festivales y auditorios internacionales, tocar con Leonskaja es algo "mágico". "No podía imaginar que trabajaríamos juntos algún día. Sobre el escenario es como si estuvieras al lado de la antena que te conecta con lo mejor de la música. Cuando tocamos juntos no sentimos que estamos sentados con una diva, somos compañeros, y lo maravilloso de la música es que podemos estar en tres tiempos a la vez: pasado, presente y futuro".

La pianista Elisabeth Leonskaja es una apasionada del flamenco y la cultura andaluza. La pianista Elisabeth Leonskaja es una apasionada del flamenco y la cultura andaluza.

La pianista Elisabeth Leonskaja es una apasionada del flamenco y la cultura andaluza. / Antonio Pizarro

"A mí me gusta la música de Schubert porque es pura, absoluta. Es una suerte que el Auditorio Nacional me propusiera hacer un recital con formato de trío porque estaba deseando desde hace tiempo tocar estos dos. Me estremece pensar que, cuando murió, al poco de componerlos, Schubert era más joven que cualquiera de nosotros tres ahora y le dio tiempo a escribir tantas obras maestras. Es, con Mozart, el genio más precoz de la música", reflexiona Leonskaja, que es asimismo gran amante del flamenco y del sur español.

Los tres intérpretes invitan al público sevillano a fijarse en la capacidad de Schubert para lograr tocar el alma humana y conectar con el tempo de cada uno. "La cuerda está inspirada por la voz. Su escritura es muy melódica, sensitiva. Toda la gama de las emociones humanas está encerrada en sus partituras. Es obvio que él quería escribir música para trío pero trasciende el género, estas obras divididas en cuatro movimientos tienen tal perfección y ambición técnica que es una música absoluta", prosiguen.

Este programa surge a propuesta del Auditorio Nacional, donde las entradas se agotaron hace tiempo

A Leonskaja no le molesta que aquí no se hayan agotado todas las entradas. "Sevilla no es tan grande como Madrid y tenéis ópera, sinfónica, zarzuela... No es fácil fidelizar al público de la música de cámara. Pero no es difícil lograrlo si se abre el corazón. Un concierto sinfónico es algo maravilloso pero aquí, al estar tan cerca el público de los intérpretes, se produce una energía y una conexión especial entre todos. La música de cámara crea adicción".

Várdai destaca también la riqueza lírica de las obras de Schubert. "La poesía era esencial para él, como queda patente leyendo los poemas del alemán Wilhelm Müller que inspiraron su ciclo de canciones Winterreise. En estos dos tríos se aprecia a la perfección que la música llega donde no alcanzan las palabras, mucho más cerca del corazón. Las palabras limitan a veces lo que puedes expresar o interpretar; la música no tiene límites".

Al terminar esta charla, Andreea Butucariu, directora artística del ciclo Andalucía Clásica que organiza el concierto, recuerda que estamos "ante uno de los hitos de la literatura musical de todos los tiempos y vamos a disfrutar en Sevilla como pocas veces antes de Schubert. Nuestro objetivo es dar lo mejor a los niños y jóvenes, que se inicien en la música con los programas más atractivos, y por eso las entradas en esta segunda temporada en Sevilla vuelven a ser gratuitas para los menores de 25 años". "Consolidar una actividad lleva su tiempo, da igual el país y la sala, por eso, siendo realistas y haciendo las cosas bien, confiamos en incrementar nuestro público entre un 10 y un 15% este año", continúa Butucariu. Beethoven en marzo y Chopin en abril serán los próximos reclamos de Andalucia Clásica para lograrlo. El listón se pondrá de nuevo muy alto.

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