El Maestranza se transforma en una pista nevada al son de Tchaikovsky

El teatro del Paseo de Colón acoge hasta el domingo 'El Cascanueces sobre hielo' 26 atletas de alta competición protagonizan esta mágica fusión de patinaje artístico y cuento de Navidad

Un operario colocando ayer sobre el escenario del Maestranza el hielo que da forma a la pista de El Cascanueces.
Un operario colocando ayer sobre el escenario del Maestranza el hielo que da forma a la pista de El Cascanueces.
Ch. R. Sevilla

27 de diciembre 2012 - 05:00

El público del Maestranza está acostumbrado a ver sobre su escenario a las mejores voces de la lírica internacional, desde Plácido Domingo a Juan Diego Flórez pasando por Cecilia Bartoli; a las mejores gargantas del flamenco, como el recordado Enrique Morente o el jerezano José Mercé. Ningún género musical ni coreográfico, del rock, al jazz, el ballet o la danza, le resulta ajeno. Pero es hoy, por primera vez, cuando el teatro se transformará en una pista de hielo surcada por patinadores para recrear la historia de la pequeña Marie y del misterioso muñeco al que logra insuflar vida con su amor. Acrobacias y piruetas que se desarrollan a temperaturas glaciales pero al son de una de las partituras más cálidas de Tchaikovsky, adaptada ahora por Tim Duncan.

El Cascanueces sobre hielo, que se podrá ver hasta el próximo domingo, es la nueva apuesta de The Imperial Ice Stars, que sorprendió el año pasado en el Lope con su versión de El lago de los cisnes; una formación que desde su creación en 2003 ha actuado en teatros tan prestigiosos como el Sadlers Wells de Londres o la Ópera de Sidney.

Para que pueda alzarse el telón, el equipo técnico de la compañía ha invertido hasta 34 horas de trabajo ininterrumpido a cargo de 32 profesionales encargados de crear la pista de hielo de 14x14 metros sobre la que exhibirán su destreza 26 intérpretes procedentes de Rusia y el este de Europa que suman entre sí 250 medallas de alta competición.

Los preparativos se iniciaron ayer a las ocho de la mañana con la descarga, en el Paseo Colón, de tres tráilers que portaban la iluminación, escenografía y maquinaria necesaria para montar la pista de hielo, incluidos dos grandes compresores. Para lograr el prodigio de enfriar la pista en apenas 24 horas, la compañía emplea una tecnología sofisticada que incluye 15 kilómetros de tuberías rellenas de glicol de etileno, responsable de mantener la pista a temperaturas bajo cero. Sobre esas tuberías se colocaba ayer una gran moqueta y, encima de ella, 250 sacos de hielo, de 20 kilogramos cada uno, procedentes de Mercasevilla.

En total, cinco toneladas de nieve que cubrían la superficie al completo y sobre las cuales un operario vertía agua cada 10 minutos para que, poco a poco, se convirtieran en 14 toneladas de hielo. "El sistema, esencialmente manual, consiste en esparcir agua sobre el hielo. Un técnico trabaja toda la noche, regando y acuchillando la superficie helada, hasta la mañana del estreno", explicaba ayer Luis Drake Romero, director técnico de este singular Cascanueces que trae de Inglaterra toda su maquinaria.

"Lo más hermoso es la belleza estética, la viveza que aporta el hielo. Nuestro Cascanueces es visualmente impactante. Tienes ante ti una superficie blanca, orgánica, sobre la que, como en un lienzo, se trazarán los movimientos. Los bailarines, los acróbatas, la música, se funden en un espectáculo de tono muy familiar que disfrutan por igual los niños y los mayores. Y, por supuesto, está el ver por primera vez a este coliseo lírico convertido en una pista de hielo que siempre está impoluta, porque en cada intermedio se vuelve a limpiar y regar".

El final del espectáculo, "con todos los intérpretes desarrollando en libertad sus piruetas y saltos, en una muestra muy comprimida de toda su disciplina deportiva", es otra de las imágenes favoritas de Drake, que elogia cómo estos atletas venidos del Este se han adaptado "a la perfección" al lenguaje artístico, la dramaturgia y los vuelos acrobáticos en la intimidad de un escenario.

stats