Matilde Coral comparte su arte y grandeza en el Festival de Jerez

La bailaora inaugura el ciclo 'Vivencias' en una jornada en la que el Villamarta apaga sus focos y la propuesta se centra en territorios periféricos del flamenco

Coral, en su anterior visita a Jerez con 'Tórtola Valencia'.
Coral, en su anterior visita a Jerez con 'Tórtola Valencia'.
F. S. Múgica / Jerez

02 de marzo 2010 - 05:00

El XIV Festival de Jerez, que anoche acogió entre la máxima expectación Esencial, el regreso a las tablas de Juan Manuel Fernández Farruquito, inaugura hoy a las seis de la tarde en el Centro Andaluz de Flamenco el ciclo Vivencias. Con los micrófonos de Canal Sur Radio, el periodista Jesús Vigorra entrevistará a la maestra Matilde Coral, la máxima representante viva de la escuela sevillana. Esta nueva experiencia que oferta el Festival, siempre atento a la búsqueda del reconocimiento de los grandes tótems del flamenco y la danza, es de acceso libre hasta completar aforo, y en ella Coral desnudará todas esas anécdotas más sorprendentes de décadas y décadas de baile y docencia en su escuela de Triana. Hablará la gran Matilde de su paso por el Duende, de su marido Rafael el Negro, de Farruco, de su Tratado de la bata de cola, de sus rodillas, de sus alumnas... En fin, un acercamiento a un libro abierto, a uno de los mitos vivientes que guarda el flamenco y, por supuesto, la muestra jerezana de baile y danza española, como oro en paño.

Y en esta jornada en la que el Villamarta descansa, la propuesta central se marcha a territorios periféricos del flamenco. Así ocurre con la que trae María Bermúdez, californiana de orígenes mexicanos pero afincada en Jerez desde hace años. Con marcado carácter vivencial, su Chicana gypsy project sube a la Sala Paúl (21:00) con la dirección musical de Ildefonso de los Reyes, Pelé de Navajita, y la colaboración cantaora de Miguel Flores Capullo de Jerez. María Bermúdez ha agotado las entradas para un espectáculo que define como "ecléctico" y "diverso", y para el que reclama que se acuda a disfrutarlo "sin prejuicios". "El flamenco es tan grande que se puede compartir con otras músicas; ya sabemos que lo puro está ahí y no va a desaparecer, siempre existirá, por lo que no hay que tener tantos prejuicios cuando se acude a algo nuevo", reflexiona.

Tras poner de manifiesto "los sacrificios que tenemos que hacer los extranjeros para acercarnos al flamenco, por llegar a estar cerca de estas personas que nos inspiran tanto", Bermúdez viaja en su producción desde Estados Unidos -donde era cantante- hasta Jerez, "donde me he formado como bailaora y he intentado aprender el flamenco en profundidad". Esta fusión es lo que motiva a Bermúdez, que canta en inglés y en español con la sensualidad del blues americano y baila con la fluidez y fuerza del flamenco más jondo.

El elenco artístico de su heterogéneo espectáculo incluye el violín de Bernardo Parrilla; las voces de Miguel Rosendo y Juan Cantarote; la guitarra flamenca de Jesús Álvarez; la guitarra eléctrica de Lolo Bernal; la batería de Tato Macías; y el contrabajo de Paco Lobo. Una suma de músicos excepcionales para una propuesta que merodea la periferia del flamenco y en la que lo mismo Bermúdez baila por soleá que interpreta "una ranchera mexicana por alegrías". La jornada se completa, en el Palacio de Villavicencio, con el concierto en acústico (19:00) de dos jerezanos de talento: el guitarrista Ramón Trujillo y el cantaor Pedro Garrido.

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