"Después de dieciocho años Nocturama tiene una responsabilidad con la ciudad"

Festival Nocturama

David Linde, codirector de Nocturama, nos habla de las circunstancias que han causado la suspensión del festival en su habitual fecha de finales de agosto

Za! en Irreductibles de Nocturama
Za! en Irreductibles de Nocturama / Pasos Largos

El verano se nos había echado encima y los espectadores de los habituales festivales de estos meses en Sevilla se extrañaban de la falta de información sobre Nocturama. Finalmente, el día 1 de este mes, Violeta Hernández y David Linde, sus directores, hicieron pública una nota anunciando el traslado de su programación al día 15 de octubre, inaugurando con ella la temporada del Teatro Central. Con Linde hablamos para delimitar el contexto en el que se entretejen las circunstancias actuales del festival.

-En su nota hablan de la imposibilidad de celebrar el festival en agosto debido a las obras de restauración del recinto y a las dificultades del procedimiento administrativo. ¿Me aclara cuáles han sido estas?

-Aunque no hubiesen existido las obras no hubiésemos podido hacerlo debido a que los expedientes se han retrasado. El Ayuntamiento ha sacado una nota de prensa diciendo que están al día y eso, sin ser falso, no es exacto. Se han resuelto los expedientes, pero hace muy poco de ello y no puedes ponerte a organizar un festival sin saber con qué dinero cuentas. Un festival como Nocturama se empieza a diseñar con un año de antelación y es imposible trabajar a menos de nueve meses vista porque el mercado es muy dinámico, tenemos que economizar mucho y nosotros tenemos merecida fama de respetar el caché del artista, dentro de lo prudente. Para eso la clave es trabajar con tiempo, con planificación, negociando con mucha antelación.

-¿Corren peligro, entonces, todos los proyectos que dependan del Ayuntamiento?

-No todos, pero sí los proyectos que vengan del sector privado y tengan algún tipo de expediente de ayuda nominativa o ayuda de eventos, porque se van a atascar ya que el ICAS -Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla- no tiene capacidad para gestionarlas con rapidez. Este es el eterno problema del ICAS, que tiene que ser reformado. Incluso se llevó ya a pleno esta reforma, pero la oposición, que ya estaba en tiempos electorales con las elecciones autonómicas, la tumbó.

"Las ayudas municipales a Nocturama llevan un retraso severo, por lo que las dos últimas ediciones las hemos hecho sin tenerlas"

-¿Qué son las ayudas nominativas?

-Las que concede el Ayuntamiento en pleno cuando considera que un proyecto, por su arraigo, aporta a la ciudad un valor más allá de su propia actividad, y eso lo convierte en sensible de ser apoyado de forma nominativa. En el caso de Nocturama esa ayuda representa un porcentaje pequeño del presupuesto, pero sin ella no podríamos salir adelante. No es tanto la cantidad como saber que cuentas con ese dinero. Del ICAS recibes un porcentaje antes de realizar la actividad y el otro porcentaje una vez que justificas el gasto de esas ayudas y se da por cerrado el expediente. El problema es que con Nocturama el retraso era más severo de lo que la prudencia aconseja; el expediente de 2020 no se había resuelto aún a fecha de abril de 2022, y hasta que no se cerrase no se podía abrir el de 2021, por lo que hemos hecho esos dos festivales sin haber cobrado las ayudas. Sé que tanto por el alcalde como por la gente del ICAS la voluntad es máxima, no les estamos culpando a ellos ni a las políticas culturales, pero este ICAS se diseñó hace más de veinte años y la ciudad no tenía el movimiento que tiene ahora de empresas públicas y privadas. El ICAS solo gestionaba espacios propios como los teatros Lope de Vega y Alameda, algún concierto más y punto. Ahora estamos Monkey Week, Circada, o Mes de Danza, que ha desaparecido porque, como Nocturama, no pueden planificar para trabajar.

-Estoy entendiendo que el Ayuntamiento tiene el dinero, pero su maquinaria burocrática para repartirlo se atasca.

-Eso es. Y festivales de nuestras características, que no son comerciales ni están orientados a ganar dinero sino a divulgar la cultura local, andaluza, nacional e incluso internacional, que aportan un valor cultural más allá del mercantil, sin ayuda pública no son viables. Y ya no es solo que el ICAS no tiene capacidad para gestionar toda la burocracia que esto implica: música, danza, teatro, cualquier opción que se haga en la calle, sino que cuando se resuelven los expedientes tienen que pasar por una Intervención municipal que tiene una política de desconfianza hacia todos los gestores culturales de la ciudad y se retrasan todavía más.

"Tenemos confirmados a Orthodox y Bala. Traeremos artistas que no sean muy comerciales, aunque sí divertidos y lúdicos"

-Conocemos ya las causas, háblenos de las consecuencias.

-Pues que nos hemos tenido que parar y replantearnos el asunto. Ya llevamos 18 años con Nocturama y estamos muy acostumbrados a transformarnos. Este año ya habíamos cerrado Irreductibles con el Teatro Central y nos propusieron que abriésemos la temporada con ellos. Y como iba a ser en octubre no hemos tenido problema en hacerlo y adaptar el formato de Nocturama de la forma más fiel posible a la de Irreductibles. Aunque este año no será como los dos anteriores, con un concierto tras otro en la sala A, sino que vamos a usar todos los espacios posibles del teatro. Estamos trabajando también en las bandas, de las que ya tenemos confirmadas a Orthodox y Bala. Va a ser todo muy dinámico, con toda la gente de pie por fin y muy en la onda de los últimos Nocturama, cuidando el detalle y trayendo artistas que no sean muy comerciales, aunque sí divertidos y lúdicos, pero huyendo de las programaciones estándares de otros festivales.

-¿Esta reforma de Nocturama será definitiva?

-No. En 2023 volveremos al Casino. Esto no es una suspensión propiamente dicha, sino un replanteamiento de fechas y espacios. Ni por parte nuestra ni del Ayuntamiento se ha planteado esto como una ruptura, muy al contrario, lo que queremos es justamente que este gobierno pueda resolver los problemas burocráticos que tiene para seguir trabajando más y mejor. Después de 18 años tenemos una responsabilidad con la ciudad y no podemos hacer lo que nos dé la gana, no podemos imitar otro modelo de festival; somos radicales en seguir manteniendo el nuestro, de creación de público, que crece, de paridad en la programación, de integración; un reflejo de lo que está pasando en la sociedad continuamente y de ahí no nos vamos a bajar. Tenemos que reflejar lo que es la sociedad. Por eso estas propuestas no pueden salir adelante solo con la taquilla y la barra, necesitan del apoyo público. La cultura solo se puede salvar en este país con buena relación entre las entidades públicas y privadas.

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