Cultura

La ROSS, una gran familia en la calle

  • La Sinfónica, con John Axelrod al frente, ofrece una multitudinaria y festiva actuación en la Plaza Nueva para dar a conocer a la ciudadanía la grave situación financiera que atraviesa.

En la calle, rodeados por personas de toda edad y condición, los músicos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) reclamaron ayer la ayuda y la "solidaridad" de la ciudadanía. Lo pidieron con alegría, haciendo lo que mejor saben, y liderados por un John Axelrod que puso su carisma y su talante simpático y alérgico a la solemnidad al servicio de la causa. El motivo de la convocatoria, un concierto al aire libre, en la Plaza Nueva, fuera de los gruesos y aislantes muros institucionales, era sin embargo angustioso. Una contundente pancarta detrás de los músicos lo recordaba: "La Junta deja morir a la Sinfónica".

El funcionamiento de una institución del calibre de la ROSS está abocado a ser complejo. Grossomodo, la gravedad de la situación se debe a que la orquesta arrastra un déficit acumulado de 1,3 millones de euros. El agujero en sus cuentas tiene su explicación principal en una serie de pagos comprometidos pero no realizados por parte de la Junta de Andalucía, que en teoría debe financiar a medias la institución junto al Ayuntamiento. Esos impagos por parte del Gobierno andaluz ascienden en los últimos años a casi dos millones de euros. Tras los sustanciales recortes sufridos en el último lustro -que han supuesto una merma del 30% en los salarios de los músicos y de casi un 20% en la plantilla, pues hay 19 plazas vacantes que no se han cubierto-, los trabajadores se enfrentan ahora a una nueva rebaja de 820.000 euros. La forma en que se hará se está debatiendo aún, pero la sombra de un ERTE (en forma de vacaciones forzosas desde julio a septiembre) planea con fuerza sobre la mesa de negociación.

El actor Alberto López, el de los compadres, leyó al comienzo del acto, pocos minutos después de las 19:00, el comunicado donde se explicaba esta "dramática" coyuntura a los asistentes al "concierto de sensibilización", varios centenares de personas que por momentos superaron las 2.000. Muchos de ellos se acercaron a la mesa donde se recogían firmas de apoyo y exhibieron durante la aproximadamente hora y media que duró la concentración el lazo verde que la ROSS ha elegido como su distintivo solidario. Ante un público expectante, que no dejó de fotografiar a los músicos, los primeros aplausos se escucharon cuando la sección de metales de la orquesta se arrancó con unas joviales Danzas de Tielman Susato. Le sucedieron la de viento-madera (Octeto en do menor de Mozart) y la de cuerda (de nuevo Mozart, uno de sus Divertimentos), con el ruso Maxim Emelyanychev llevando la batuta, como lo hará también mañana y el viernes en el Maestranza en el decimoquinto programa de abono de la temporada de la ROSS.

Las piezas se alternaron con la intervención de varios representantes políticos. El ex alcalde Juan Ignacio Zoido, del PP; Daniel González Rojas, de IU; y Susana Serrano, de Participa Sevilla, expresaron su apoyo a la Sinfónica. También lo hizo, de forma "clara, nítida y contundente", como quiso recalcar, el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, en una intervención acaso más significativa por representar al mismo partido, el PSOE, que en la administración autonómica ha aprobado el nuevo recorte.

Y llegó por fin el momento que todo el mundo parecía aguardar, empezando por los propios músicos: la comparecencia de Axelrod, como una especie de catalizador de la energía y el entusiasmo. Si entre los presentes había alguien que todavía creyera en el cliché de la música clásica como un objeto de museo, encorsetado, antiguo y elitista, es de suponer que vio cómo el estadounidense lo hacía saltar por los aires metiéndose a los espectadores en el bolsillo, saltando del español al inglés, presentando a Mozart con una euforia medio gamberra, no como si fuera una figura embalsamada sino como una estrella del rock a punto de poner bocabajo un estadio, o haciendo cantar a todos los presentes un multitudinario cumpleaños feliz al concertino de esta temporada, el albanés Paçalin Zef Pavaci, que celebró de ese modo sus 48 años.

"¿Podéis imaginar vuestra ciudad sin esta orquesta?", preguntó/espoleó hasta en dos ocasiones. "¿Veis como somos una familia? ¡Pues decidlo alto para que la gente de la Junta y el Ayuntamiento os oigan!", exhortó Axelrod, que dirigió fragmentos muy populares de las óperas El barbero de Sevilla, Las bodas de Fígaro y Carmen, todas ellas relacionadas con esta ciudad. "Pero ésta no es sólo una ciudad con una gran historia musical. También debe serlo en el futuro", proclamó el director artístico de la ROSS. Las clásicas palmas a compás con las que el público lo ovacionó, a él y a todos los músicos puestos en pie al término del concierto, invitaron a pensar que el estadounidense había desatado la empatía necesaria para que todos los presentes así lo sintieran.

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