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"En cuanto alguien escucha una canción nuestra, sabe ya de quién es"
Los Amaya. Cantantes
El dúo regresa tras años de sequía discográfica con 'Vuelven Los Amaya'. En este álbum de versiones de su repertorio participan, entre otros, Bebe, Marlango, El Arrebato o Rosario.
José y Delfín, Los Amaya, pertenecen a esa afortunada categoría de músicos que han conquistado con sus temas un hueco en la memoria colectiva y presumen de un legado con unos cuantos clásicos "que nos pide todo el mundo", como detallan con orgullo: "Caramelos, Vete, Pena, tristeza y dolor, Decirle a ella que vuelva...". Pero en persona estos músicos que podrían abandonarse a la nostalgia -más de cuarenta años de carrera, al fin y al cabo, justificarían esa flaqueza- esquivan el sentimentalismo con un quiebro de ironía. "Es bonito tener tus canciones en la memoria de la gente, aunque también lo es que la Sociedad de Autores las tenga controladas", bromean, antes de aclarar que los derechos de autor les han ayudado a "subsistir estos años".
Porque la biografía de Los Amaya parece un ejemplo de los peligros y la inestabilidad que conlleva consagrarse a la música: el dúo que desde su debut discográfico en 1969, y particularmente desde aquel Caramelos de principios de los 70, triunfó como uno de los renovadores indiscutibles de la rumba; que se adentró en casi una veintena de países gracias al efecto expansivo de Vete, o la formación que fue una de las elegidas para clausurar los Juegos Olímpicos de Barcelona terminó sufriendo dos décadas de deriva en las que sus propuestas no alcanzaban suficiente eco. Ni siquiera trabajos como En directo (2000) o Únicos (2003), en los que se unían de nuevo a un colaborador clave en su discografía como el recientemente desaparecido Tony Ronald, funcionaron. "Y no pasó nada exactamente", rememoran sobre aquel regreso, "aunque más tarde volveríamos aprovechando un homenaje que nos hicieron en 2005. Algo falló, creemos que era por las compañías, que no llegaban del todo a los medios, y el producto no llegaba a la gente". Hasta que la suerte, de nuevo, se puso de su parte: una campaña de publicidad que utilizaba como sintonía el Vete. Y Universal se interesó por los veteranos: de esa toma de contacto surgió Vuelven Los Amaya, un grandes éxitos que está desde esta semana en las tiendas y en el que los dos hermanos reinterpretan sus hits, aliados con un grupo de celebridades actuales: Bebe, Muchachito Bombo Infierno, Antonio Carmona, Macaco, Rosario, El Arrebato, India Martínez o Marlango.
Delfín y José aceptaron entusiasmados el ofrecimiento. "Nos gustó cómo sonaba eso de Vuelven los Amaya. Y creemos que con nosotros y con los colaboradores que hay, este disco puede tener éxito". Aparte del "pedigrí interesante" y el aval que aportan sus más de cuatro décadas de trabajo, y de ese "respeto" que aprecian en el público, razones ya suficientes de por sí para lograr la nómina de invitados que han reunido, ellos creen que el empeño de Universal ha ayudado a que los artistas implicados entendieran que el proyecto iba en serio. Algunos de los intérpretes ya habían firmado alguna revisión de Los Amaya, como Marlango. "Ellos ya hicieron Vete en una película, porque resulta que Leonor era fan de nosotros. Cuando la vimos le dimos un abrazo y le dijimos: 'Has hecho un clásico', porque quedó preciosa la versión que hicieron, con sus violines...", aseguran. Aquella adaptación es ahora el bonus track del nuevo recopilatorio, al que Marlango contribuye también con una nueva mirada a Llorarás.
No quieren "enumerar" las canciones que más le agradan en este cambio de piel, "porque todos lo han hecho genial", aunque a Delfín se le escapa un "¡huy, cómo está la India! Un monstruo". En los cantantes en los que sí se detienen son dos amigos: Antonio Carmona, "que está genial, es un tío muy carismático y va a tener una carrera en solitario muy buena", y Rosario, de la que tienen "recuerdos entrañables. Nosotros íbamos a su casa cuando ella estaba durmiendo y nos poníamos a cantar en el balcón. Al padre le decíamos: '¡Que vamos a despertar a Rosario!'. Y nos decían: 'Que no, que no, sigamos".
¿Qué les parece a Los Amaya que su vuelta se deba a un anuncio emitido en televisión? "La publicidad ayuda, pero el público es el que manda. Y éste es un disco muy pensado: si lo compran, estarán comprando arte", sostienen. A continuación explican algunas de las virtudes de su trayectoria. "En cuanto uno escucha una canción nuestra, sabe que es nuestra. Algo que no ocurre en general, porque a veces, todos parecen iguales", lamentan. Dentro de ese "género alegre, bailable, que suele contener un montón de sentimientos dentro, Los Amaya quizás hemos hecho una música para escuchar. Cuando ya nadie vendía rumba, nosotros editamos el elepé de Vete, que se llamaba Nosotros los gitanos, y colocamos 600.000 copias. Hicimos que la rumba se escuchara, que la gente prestara atención a las letras, a los mensajes, al contenido de las canciones", argumentan.
Barajan la posibilidad de editar un disco de composiciones inéditas, pero aguardan a ver los resultados de esta nueva aventura. "Es un mal momento para todo, pero nosotros tenemos fe. Si no funciona, pues nos volvemos a casita. Nosotros conocemos el éxito, pero también hemos conocido el fracaso", confiesan. Y no creen que la rumba tenga los días contados. "No morirá nunca, porque moriría Cuba, que es de donde viene, moriría la salsa, moriría todo. Nuestro representante dice que puede tener épocas delicadas, pero que sobrevivirá", cuentan. No les importa que para algunos esté "desprestigiada. Porque si está de capa caída la rumba, Los Amaya la vamos a poner de nuevo de prestigio".
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