Memoria de una artista única
Arte
Se publica el catálogo razonado de Carmen Laffón, un recorrido que abarca desde los años 50 hasta hoy y que reúne 1.305 obras, testimonio de la disciplina y el entusiasmo de la creadora
El tributo que la ciudad de Sevilla ha dedicado a una de sus artistas más notables, Carmen Laffón, con las tres exposiciones que han albergado de forma simultánea el Museo de Bellas Artes, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) y la Fundación Cajasol –las dos primeras muestras aún pueden visitarse– culmina ahora con la presentación de un catálogo razonado que repasa su extensa producción artística. La propuesta reúne 1.305 piezas:el recorrido abarca desde los años 50 hasta la actualidad, un largo y provechoso camino que refleja que la creadora, Premio Nacional de Artes Plásticas e Hija Predilecta de Andalucía, ha acompañado siempre su prodigiosa sensibilidad de disciplina y rigor, virtudes que le han permitido mantenerse en primera línea durante tantas décadas.
El catálogo razonado de Carmen Laffón "es la última parada del sincero homenaje que Andalucía ha dado a una de sus artistas más sobresalientes", aseguró este jueves la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, en un acto en la Fundación Cajasol en el que también estuvieron el presidente de esta entidad, Antonio Pulido; el especialista y crítico de Diario de Sevilla Juan Bosco Díaz-Urmeneta, responsable científico del catálogo; y Manuel Laffón, sobrino de la artista y uno de los promotores del proyecto. "Quien recorra alguna de las tres exposiciones dedicadas a su trabajo o se detenga en las páginas de este volumen", prosiguió Del Pozo, "descubrirá un hilo común a toda su producción: una mirada única que imprime dignidad a los objetos, los paisajes y las personas".
Un catálogo razonado "suele hacerse cuando ha cesado la actividad del artista", reconoce Díaz-Urmeneta. No es este el caso: el entusiasmo con que Laffón se entrega a su oficio sigue generando nuevas obras, como las expuestas en La sal, la muestra del CAAC, o las que se han exhibido en el Colegio de Arquitectos de Cádiz. "¿Por qué hacer ahora este catálogo, cuando Carmen Laffón, ahora mismo trabaja para su próxima exposición en Madrid?", se pregunta el propio estudioso, antes de explicar que el catálogo "era necesario" por la "dispersión" con la que están repartidas por el país sus creaciones. "Salvo la Fundación Cajasol, ninguna institución tiene una muestra amplia de su trabajo. Sus obras están distribuidas entre colecciones públicas y privadas, y en compradores ocasionales, gestionadas a veces por galerías que ya no existen. Un catálogo razonado era el modo de garantizar, al menos en principio, una visión integrada y unitaria de la obra".
La producción de la artista sevillana se agrupa en este valioso volumen en trece capítulos y un anexo. Los capítulos son Cartas, Homenajes, Figuras, Flores, Jardines, El huerto y la viña, Del interior (género artístico) al lugar (concepto antropológico), Objetos al uso, Bodegones, Paisajes, Niños, Retratos y Carteles. En Homenajes, Laffón se muestra en deuda con artistas que le han dejado huella –Mozart, Picasso, Murillo–, pero a la pintora y escultora también le atraen los personajes modestos y anónimos, que aparecen en Figuras o en Niños.
El Anexo deja constancia de la dedicación exhaustiva de Laffón. El apartado Paisajes, un género significativo en su obra y al que dedicó su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, "incluye una larga serie de treinta y seis dibujos al pastel del Coto de Doñana, con una medida-tipo, 45 x 62,5 cm. Así se expusieron en Burgos el año 2001", apunta Díaz-Urmeneta. "Pero Carmen Laffón siguió haciendo estos dibujos con medidas muy diferentes. Hemos localizado 64 piezas (en su colección sólo conservaba dos), y estas piezas hacen pensar en un diario, un sostenido diálogo de la autora con su entorno. Este es el sentido del anexo".
El catálogo, en el que se han involucrado amigos y colaboradores leales de Laffón como Claudio del Campo, Francisco Ortiz, Juan Suárez, María Victoria Ruiz de Prado o Rafael Ortiz, pone, como destacó Antonio Pulido, el "broche de oro" al Semestre Laffón, "un acuerdo de colaboración entre instituciones que nos debe servir de referencia y que ha hecho posible el homenaje que Laffón se merece en su tierra". La propuesta es también, como concluye Díaz-Urmeneta, un "punto de partida" para seguir investigando la obra de una autora imprescindible que todavía tiene mucho que decir.
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