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Cultura

Las dos derivas de Julia Llerena

Hace poco más de un año, Julia Llerena (Sevilla, 1985) expuso en el espacio El Butrón fotos de un pañuelo arrastrado por el viento. Los valores formales de luz y color subrayaban la poética del azar. Cultivada por los surrealistas, continuaba el deambular sin rumbo fijo del paseante en la ciudad, el flâneur, figura del artista moderno para Baudelaire. Más tarde los situacionistas intensificarían el paseo y los encuentros del surrealismo con la idea de deriva. Llerena sigue indagando la fecundidad de esa poética con una propuesta algo más complicada.

Tal vez parte del hallazgo en alguna librería de viejo de los volúmenes de una enciclopedia dedicada al universo. Un encuentro lleno de significados. Un libro abandonado, no demasiado antiguo pero anticuado, era un doble viaje por el tiempo (a otros años, a la anónima biblioteca que abandonó el libro) que remitía a un espacio muy especial: el que no podemos ver porque sin cesar (más allá de nuestro tiempo) nos envuelve. Ese juego de paradojas convertía el libro en algo singular que Llerena elabora con un cuidado vídeo y un juego infográfico a la vez lírico e irónico. El vídeo presenta las láminas del libro, que son también una imagen del universo, amenazadas por una pequeña llama que parece a punto de devorarlas: ¿signo de un cosmos actividad antes que espectáculo, de un acontecer que no controlamos, índice de la caducidad del libro o símbolo de cualquier afortunado encuentro? La elaboración infográfica parece jugar con nuestras fantasías sobre el universo: del enigma de los agujeros negros al fuego sin tiempo de las estrellas.

Toda esta elaboración sin embargo resultaría altisonante si no fuera a su raíz: al deambular por la ciudad. A su fantástica deriva por tan altos tiempos y espacios, Llerena añade otra, la que hizo posible la primera, la que se cumple día a día por las calles de la ciudad y contiene la posibilidad del encuentro. De ahí que a las piezas citadas acompañe una mesa y sobre su tapete negro (que emula con sorna el universo) una porción de pequeños objetos encontrados. La muestra más que estimular la mirada invita a la acogida: a medida que conectas con los objetos, entiendes el alcance poético de las dos derivas de Julia Llerena.

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