Un cuervo en la habitación del duelo
Esa cosa con alas | Crítica
La ficha
** 'Esa cosa con alas'. Drama, Reino Unido, 2025, 94 min. Dirección y guion: Dylan Southern. Fotografía: Ben Fordesman. Intérpretes: Benedict Cumberbatch, Richard Boxall, Henry Boxall, Sam Spruell.
Podría decirse que esta es una película de una sola idea. Esa idea es el duelo traumático que se instala en el seno de una familia tras la muerte inesperada de la madre, un duelo que cobra la forma literal de un cuervo gigante que acecha primero las pesadillas y luego todo el espacio mental y vital de ese padre con el que Benedict Cumberbatch sigue dispuesto a demostrar su versatilidad después de que lo hayamos visto hace unas semanas en Los Rose en un registro más ligero y sarcástico.
Su personaje, dibujante de profesión, esposo amantísimo y padre esforzado, arrastra así su dolor y su pena por cada encuadre mientras ese cuervo crece desde la tinta y el papel hasta adoptar tamaño humano y ponerse a reprocharle a viva voz (de ultratumba) su condición de viudo blanco y patético de mediana edad incapaz de coger de nuevo las riendas de su vida. La película se debate así entre conseguir el tono adecuado para su metáfora a gritos e insuflar un aire de poema gótico a lo Poe a unas imágenes y un contexto que remiten al viejo kitchen sink drama británico.
Dylan Southern asume el riesgo y no sale precisamente airoso, incapaz de trascender la literalidad de la propuesta (procedente de la novela de Max Porter) y enrocado en una misma secuencia de acontecimientos y apariciones que se hace cansina y, a la postre, poco efectiva en ese crescendo emocional que, a pesar de amigos y terapeutas, sólo puede desanudarse a cielo abierto.
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