La noche del sábado, a las 20:00 en el Espacio Turina, la Accademia del Piacere que dirige Fahmi Alqhai estrenará dentro de la programación del Femás De Sevilla a Isfahán, un concierto para el que la formación hispalense se alía con el grupo canadiense Constantinople y adentra a los espectadores en las músicas del Renacimiento español y el Imperio Persa-Otomano de los siglos XV y XVI. También el sábado al mediodía, en la Plaza de la Toná (13:00), otro conjunto de referencia, Ministriles Hispalensis, recreará la odisea de la Primera Circunnavegación, mientras en la iglesia de San Luis de los Franceses, a las 12:00, los violines y ganadores de la Beca AAOBS-Femás 2021-2022, Andrés Murillo y Víctor García, acompañados de los veteranos Mercedes Ruiz, violonchelo, y Alejandro Casal, clave y órgano, proponen un Encuentro en la Francia del siglo XVIII. Una sola jornada del Femás en la que se cruzan el presente y el futuro de la música antigua basta para confirmar la extraordinaria salud de la escena local, un talento incontestable que los artistas sevillanos invitados al Femás pusieron de manifiesto este jueves en un encuentro con el alcalde de Sevilla Antonio Muñoz.

El director del festival, Fahmi Alqhai, confiesa que suele recelar de los comportamientos "chovinistas", pero se enorgullece del impresionante progreso que ha vivido una ciudad donde "durante años no hubo una formación de música antigua" y en la que hoy existe un público fiel a la causa y un tejido "de una calidad impresionante, con gente profesional que de un modo u otro vive de esto". El Femás, explica, "siempre fijó el foco en el talento sevillano, con un ciclo que se llamaba Sevilla y sus músicos, pero empezó a haber tantos grupos, ganaron tanto peso en la programación, que ya no tenía sentido un apartado específico". Desde entonces, en la cita se ha trabajado para que "esa ventana esté abierta, y que haya un trasiego" que refleje ese auge. Este Femás congrega, presume Alqhai, a intérpretes "que actúan en escenarios internacionales top, pero que aquí tienen su casa".

Bien podría responder a esa definición el pianista Juan Pérez Floristán, que el 7 de abril ejecutará junto al tenor Ian Bostridge el programa El canto del cisne, y que cree, lejos del envaramiento, que la música antigua "lo peta" y reflexiona sobre el porqué de este entusiasmo. "Quizás se deba a que el ritual de los conciertos en vivo ha llegado a cierto agotamiento. Acercarse a una partitura antigua brinda una experiencia llena de contenido, se plantea como una alternativa a ese vacío", sopesa el intérprete, que defiende que "usando instrumentos de la época se consigue un sonido ultramoderno; al final los festivales de música antigua son los más estimulantes, los más variados. A mí me gusta tocar en ellos porque hasta el público es diferente, tiene otra disposición".

El pianista Juan Pérez Floristán.

El ganador de premios como el Concurso Paloma O’Shea en 2015 y el certamen Arthur Rubinstein en 2021 aconseja deshacerse del fardo de la "competitividad tóxica", que considera "una visión cortoplacista. Uno puede tener la tentación de pensar que si es el único pianista español que triunfa en el exterior eso lo beneficiará, lo llamarán cuando necesiten en una selección internacional a alguien del sur, pero mientras más pianistas o más grupos de música antigua indiscutiblemente será mejor".

Al respecto, Ventura Rico, de la Orquesta Barroca de Sevilla, incide en que "no hay que tener miedo a que seamos muchos. La calle Córdoba está llena de zapaterías, y cuando quieres comprarte unos zapatos los que no encuentras en una tienda te están esperando en otra. Por alguna razón, Sevilla está produciendo mucha música, pero eso nos favorece a todos", opina el contrabajo, que ve en el Femás "un ejemplo de puertas abiertas. El festival ha encontrado una fórmula exitosa, sostenible, un equilibrio admirable entre grupos locales, nacionales e internacionales".

El flautista Rafael Ruibérriz de Torres quiso reconocer la labor de los "pioneros" que fundaron la Orquesta Barroca de Sevilla, también el movimiento que se generó desde el Conservatorio Superior. "Los que veníamos después absorbimos aquello", recuerda sobre aquella etapa ilusionante que creó una afición a la música que hoy se refleja en los "casi mil socios" que tiene la Asociación de Amigos de la OBS.

Rafael Ruibérriz de Torres habla en compañía de Andrés Murillo, becado por la Asociación de Amigos de la OBS y el Femás, y Vicki González, de Vita Vinum.

Álvaro Garrido, de Ministriles Hispalensis, agradece la sensibilidad de Fahmi Alqhai a la hora de programar y dar cabida a las propuestas locales. "Antes, entrar en el Femás para una formación de aquí era toda una odisea. Fahmi conoce nuestro, trabajo, nos apoya, y eso, al final, ha propiciado un salto de calidad en el festival". Julio López Agudo, de A5 Vocalensemble, quienes ofrecen un concierto el sábado 2 de abril, valora también la inclusión de los grupos vocales en la oferta. "En España, los coros tienen una presencia menor en los festivales. Si para un grupo de música antigua es complicado hacerse un hueco, para una propuesta de nuestras características es casi imposible, pero aquí sí se nos apoya", dice López Agudo, que acudió a la reunión junto a su compañera en A5 Teresa Martínez León.

Rami Alqhai, de la Accademia del Piacere, afirma que no sólo hay que "mantener" esa efervescencia que vive la música de la ciudad, el reto es "poder salir, de las actuaciones locales es imposible vivir. Exportar talento sevillano, que podamos ser competitivos fuera de aquí". En este sentido, el alcalde se comprometió a reunirse para "poner en negro sobre blanco la pregunta de cómo crecer".

Ventura Rico.

Vicki González, integrante de Vita Vinum, que presentará el miércoles en el Teatro Alameda un programa basado en las Cantigas de Santa María con dos versiones, una con instrumentos de la época como la zanfoña, la chirimía o la gaita y otra con las piezas adaptadas a una banda de jazz y rock, piensa que otra asignatura pendiente es la docencia. "Es necesario que a los niños se les haga el oído desde pequeños. Si les preguntas no tienen la mínima idea sobre música antigua. Hay que llegar al sistema educativo", reclama.

Otro desafío, añade Ventura Rico, pasa por suavizar las trabas administrativas. "El último contrato que firmé tenía 105 páginas. ¿Qué pasa con un grupo joven que empieza ahora, con tanto papeleo? Que desiste, es imposible que siga adelante". El mismo Femás sufre la burocracia, señala Fahmi Alqhai. "La programación artística de 2023 ya está planteada, eso al final es lo más fácil. Ahora queda el resto, que no es poco".