Fuerza expresiva, celebración, color: la mirada del artista gaditano Lolo Pavón

Exposiciones

La sala David Puentes acoge, hasta el próximo 23 de mayo, la exposición ‘Universo Informal. Los mundos de Lolo Pavón’, un tributo a la trayectoria de un creador polifacético y genuino

El espectacular patrimonio de la Academia de Bellas Artes de Sevilla

El artista Lolo Pavón
El artista Lolo Pavón / Julián Ochoa

“En la pintura de Lolo Pavón existe siempre un sentido de luz bondadosa que ilumina”. Con estas elocuentes palabras define el pintor Juan F. Lacomba la propuesta del artista Lolo Pavón, nacido en el municipio gaditano de San Fernando y creador de una obra singular en la que converge el color de Munch, la estética picassiana, la música de Los Beatles o Tom Waits, el eco del estilo de Robert Crumb. Cuando se cumplen quince años de la prematura muerte del artista, la sala David Puentes de Sevilla (calle Salmedina, 3) dedica a Lolo Pavón una exposición-tributo que recoge parte de lo más significativo de su producción, la cual oscila entre la pintura y la escultura, el dibujo y el cine.

De Barceló a Guillermo Pérez-Villalta, de Matisse a Pollock, de la música de Nacha Pop a Lou Reed. Son multitud los nombres que Lolo Pavón interpretó desde su mirada, e hizo suyos, convirtiendo estas heterogéneas inspiraciones en un homogéneo estilo propio. En ese “universo informal” que en esta exposición se divide en siete capítulos. “Esta muestra es un recorrido por diferentes temáticas que en Lolo Pavón fueron recurrentes”, explica Manuel Pérez Bañez, comisario de la exposición. “He construido un relato en el que he ido eligiendo una serie de obras que fueron representativas del artista”, añade.

El primer apartado, titulado Casa. Infancia. Sueño, apreciamos “los recuerdos de niñez” de Lolo Pavón, y por supuesto “la casa familiar, los juegos infantiles y todas esas vivencias que de pequeño marcan a cualquier persona”, declara el comisario. Son obras que en efecto remiten a ese imaginario de lo infantil, de lo ingenuo, de la distracción, de esa infancia que Lolo Pavón vive en la localidad natal, en la Isla de San Fernando, lugar que determinó la personalidad de un artista que trabajó en ciudades como Madrid o Barcelona, y que recibió “once premios y menciones por distintas entidades de Andalucía”.

Lolo Pavón era muy de Cádiz. Siempre tuvo añoranza de su tierra”, indica Manuel Pérez Báñez

Tras la infancia pasamos al segundo capítulo de esta exposición, vehiculado en el cuadro Me gusta volver. Un tramo de la muestra donde se describe la afinidad del creador con sus orígenes. “Lolo tenía un cariño muy especial a San Fernando y a Cádiz en general”. El artista siempre tuvo muy presente la tierra donde nació, a la que regresaba en cuanto se presentaba la oportunidad. “Él tiene muchos cuadros donde aparece con sus bártulos de pintura, con maletas, con objetos que van y vienen, en esa idea de ir y venir siempre de un lugar a otro. Pero a Lolo Pavón siempre le encantó volver. Lolo Pavón era muy de Cádiz. Siempre tuvo añoranza de su tierra”, indica Manuel Pérez Báñez.

De la infancia y la tierra natal, de esas cuestiones personales, a los procesos creativos del artista, es decir, a detallar cómo trabajó su obra Lolo Pavón. Cuáles eran sus intereses. Cuáles eran sus métodos. Sus inquietudes. Este tercer capítulo se articula en una cita de Truman Capote que nos advierte de la complicada labor del artista, sostenida siempre entre la frustración constante y la efímera –absolutamente pasajera- satisfacción. “Se dice que el artista tiene un don, pero ese don también es algo así como un castigo, pues a medida que lo trabajas siempre te exiges más. Esa idea se intenta reflejar en esta serie”, precisa el comisario, quien nos señala la influencia de “lo audiovisual” en la producción de Lolo Pavón. Esa influencia la vemos en una de las vitrinas de la muestra, situada casi en el centro de la sala. “A Lolo Pavón también lo influyó mucho la música. Él mismo tocaba y componía. En su pintura están reflejadas las letras de la música que le interesaba. De hecho, ‘universo informal’ –título de la exposición- es una frase de un estribillo de Nacha Pop”.

'La tentación', escultura de Lolo Pavón
'La tentación', escultura de Lolo Pavón / Manuel Pérez Báñez

Esa intimidad del artista se manifiesta a lo largo de la exposición y sus mundos. “Observamos al artista reflejado en su cotidianeidad. Lolo todo lo compartía a través de su pintura: los momentos felices con los amigos, el nacimiento de su primer hijo, el trabajo en el estudio, el recuerdo del padre. Es este otro de los hilos conductores de su obra”. Para el cierre de este itinerario, Manuel Pérez Báñez eligió una obra fechada en 1997 y titulada El principiante, que contiene numerosas claves para descifrar ese lenguaje tan personal del artista gaditano. “En este cuadro se representa un corazón, premonitorio, pues fue lo que le empezó a fallar antes de su muerte”, cuenta el comisario. Pero ese corazón también es metáfora del despierto vitalismo del creador. Una vitalidad que se percibe en el uso de los colores intensos, de los trazos expresionistas, de los motivos festivos, alegres, de esa pintura que nos celebra la vida –lo mejor que nos da la vida-.

Lolo Pavón fue un "incansable innovador" y un "continuo observador”

En esta exposición de la sala David Puentes el visitante tendrá la ocasión de ver una serie de obras, jamás expuestas, de Lolo Pavón. Por ejemplo: platos de cerámica, una serie de retratos o una llamativa escultura, La tentación. Una pieza que consiste en una colorida serpiente a punto de dar un mordisco a una manzana que queda suspendida en uno de los laterales de la sala.

En el otro extremo de la galería se recopila una breve muestra de la incursión en el cine por parte de este creador –“incansable innovador, continuo observador”-, autor del cortometraje Capricornio Suite, o de los largometrajes Fango y Almendras Verdes –Pavón no pudo ver esta última en la pantalla, pues falleció en la fase del montaje-. “Nosotros –anuncia el comisario- vamos a proyectar estas dos películas en la sala. En diferentes días de mayo. Fango se proyectará alrededor del día 15, y Almendras Verdes el día de la clausura, el 23”. Durante las próximas semanas de mayo, mes de luz, la sala David Puentes recibe la obra de este artista que nos ofrece, recordando las palabras de Lacomba, una “luz bondadosa”.

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